En el 15º aniversario de la apertura de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, que tuvo lugar del 13 al 31 de mayo de 2007, en el altar del Santuario Nacional de Aparecida, donde el Papa Benedicto XVI presidió la misa que dio inicio a un acontecimiento histórico en la vida de la Iglesia en el continente y en la Iglesia universal, la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), el Santuario Nacional y el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) agradecieron el tiempo transcurrido con la celebración de una solemne Eucaristía.
Por Luis Miguel Modino
La misa, presidida por el presidente de la CNBB, Mons. Walmor Oliveira de Azevedo, y concelebrada por el presidente del Celam, Mons. Miguel Cabrejos, su vicepresidente, el cardenal Odilo Scherer, el cardenal Orani Tempesta, obispos, y más de 500 sacerdotes, que participan en el 18º Encuentro Nacional, contó con una destacada participación de peregrinos que vinieron a visitar a su Madre, Nuestra Señora de Aparecida.
En su homilía, el arzobispo de Belo Horizonte, que participó en la V Conferencia del Celam en el día en que la Iglesia celebra la fiesta de Nuestra Señora de Fátima, destacó la figura de María como “discípula ejemplar”, y la destacada presencia de peregrinos durante la V Conferencia como algo de gran importancia. Afirmó que, al llegar a Aparecida como peregrinos, “nuestros corazones se llenan de muchos sentimientos”, destacando la gratitud, el agradecimiento por la presencia protectora de María y la confianza, que lleva a los peregrinos a hacer peticiones a la Virgen.
Asumir la condición de discípulos misioneros
El presidente de la CNBB llamó a dar gracias a Dios por lo vivido hace 15 años, “esta importante experiencia que inspira el horizonte de nuestra Iglesia”, que nos lleva a ser una Iglesia sinodal, una Iglesia de participación, comunión y misión. Esto ante “un largo camino por recorrer”, donde “hay nuevas respuestas que dar”, y ahí asumir la condición de discípulos misioneros, partiendo de algo recogido en el Documento, una experiencia personal y comunitaria en Cristo Jesús, de donde nace el espíritu misionero.
Mons. Walmor definió como vergonzosa “la desigualdad social en la nación brasileña y en todo el mundo, los abusos contra nuestra casa común, la incapacidad de vivir la comunión en nuestra propia familia”. A partir de esto dijo que “celebrar el 15º aniversario del Documento de Aparecida es revivir en el corazón de cada uno de nosotros sus realidades, sus desafíos y la valiente profecía de seguir en camino”.
Ser una Iglesia en salida, sinodal y misericordiosa
Al final de la celebración, Mons. Miguel Cabrejos, en un mensaje a los presentes, fizo ver que “en los últimos tres lustros el Documento de Aparecida ha permeado la naturaleza misionera y sinodal de nuestra Iglesia en América Latina y el Caribe, hablando igualmente del proceso sinodal, que ve como “una apuesta por la implementación de los desafíos pastorales que emergieron de la Asamblea Eclesial”, nutrida en Aparecida.
Desde ahí, el presidente del Celam llamó a “la necesidad de reafirmar nuestra identidad de discípulos misioneros, de ser una Iglesia en salida, sinodal y misericordiosa, de llevar la Misión Permanente a los nuevos areópagos de nuestra historia y a las fronteras geográficas y existenciales donde reconocemos los rostros sufrientes de Cristo, y de asumir con decisión la conversión pastoral permanente a partir de nuestro encuentro con Jesucristo. De este modo, queremos fortalecer la misión, la comunión eclesial, la colegialidad y la sinodalidad”.
Aparecida no es un acontecimiento del pasado
Fueron precisamente los dos presidentes, del Celam y de la CNBB, quienes se encontraron con los periodistas en rueda de prensa, celebrada en el mismo espacio de la V Conferencia, para abordar los 15 años de su realización, algo que Mons. Walmor Oliviera de Azevedo relacionaba con el actual camino sinodal al que el Papa Francisco nos llama, insistiendo en que “Aparecida no es un acontecimiento del pasado, no es un documento agotado, sino un reto, un cuestionamiento muy actual para nosotros en el camino de América Latina y el Caribe, con inspiración incluso para el mundo entero”.
Junto a esto dijo que ve en el Documento de Aparecida enormes respuestas para el actual momento pandémico, con retos que a veces parecen imposibles de superar. Para ello destacó el papel de la alegría cristiana y la mirada del discípulo, de la formación, en el Documento. Junto a ello, de cara a las próximas elecciones, llamó a “iluminar nuestras mentes, nuestros corazones, con la fuerza del amor de Dios”, superando prejuicios, disputas, fundamentalismos y radicalismos que no conducen a nada.
Comunicación que genera diálogo y encuentro
Algo que se repite en todos los países de América Latina, en palabras de Mons. Cabrejos, que ve algunos desafíos en el campo de la política: la formación para políticos, que trabajen por el bien común y no en intereses particulares, que entiendan el poder como servicio, especialmente a las poblaciones vulnerables, algo presente en Aparecida y hoy también.
El presidente del Celam también respondió a la pregunta por la comunicación en la Iglesia, haciendo ver el trabajo en ese sentido con el Centro para la Comunicación del Celam, destacando la importancia de trabajar en red, de lo realizado en la Asamblea Eclesial, donde asumiendo los fallos de algo que se inicia, se hizo posible a través de la comunicación, un verdadero encuentro, un verdadero diálogo, algo debe ayudar a superar la mera transmisión de contenidos. Desde ahí insistió en que en el Celam “estamos los medios de comunicación de diferentes niveles para llegar”, llamando a los comunicadores al compromiso de dar a conocer lo que existe.
Aparecida marca el Magisterio del Papa Francisco
Aparecida todavía plantea muchos desafíos, sabiendo que hay desafíos nuevos, según Mons. Cabrejos, que ve la existencia de diferentes puentes hacia el pasado y hacia el futuro, afirmando la influencia de este documento en el Magisterio del Papa Francisco, algo que ve en Querida Amazonía, que se nutre en Aparecida, inspiradora de los cuatro sueños, también de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), que define como el sueño de una Iglesia con rostro amazónico.
Al hablar sobre los actuales desafíos de Aparecida, el presidente del Celam citó el impulso misionero, la opción preferencial por los pobres, el ejercicio de la sinodalidad, algo siempre presente en América Latina, la categoría pueblo de Dios, que lleva a ver a la Iglesia como una pirámide invertida, el concepto de discípulo misionero, que considera la gran riqueza de Aparecida, y que es necesario continuar explorando.
Centralidad de la Palabra de Dios
Mons. Walmor destacó como desafío que surge de Aparecida la centralidad de la Palabra de Dios, motivo de fuerza misionera. El presidente de la CNBB destacó la importancia de la continuidad de la Asamblea Eclesial, teniendo en cuenta el Documento de Aparecida.
Ellos también se hicieron presentes en el 18º Encuentro Nacional de los Presbíteros, donde el presidente del Celam hizo ver a los sacerdotes brasileños la importancia del proceso sinodal que la Iglesia está viviendo, animándolos a envolverse en ese proceso y explicando a grandes rasgos los diferentes pasos que se van dando y que se darán hasta 2023.
Fuente: CELAM