La Amazonía es un espacio históricamente habitado por muchos pueblos y comunidades tradicionales que han establecido en él su sentido de la existencia y su cosmovisión.
Por Luis Ventura
Un territorio habitado, por tanto, para decir que es un territorio con sentido y no sólo ocupado. Es un territorio vivo, en el que existen relaciones de pertenencia entre los pueblos y su entorno, pero también entre las diversas formas de vida y existencia que habitan este mismo espacio de diferentes maneras.
La Amazonía cuenta actualmente con una población de más de tres millones de indígenas, que pertenecen a unos 400 pueblos diferentes y hablan casi 250 lenguas distintas. Existen registros de 137 pueblos en situación de aislamiento voluntario, que han optado por controlar su relación con el entorno para preservar su vida. Se trata de una diversidad cultural extraordinaria, con diversas formas de ser y estar en el mundo. A lo largo del proceso de colonización y hasta nuestros días, los pueblos indígenas han sido perseguidos y sus territorios ocupados por una economía de destrucción. Por eso, durante el proceso de escucha del Sínodo, un indígena definió la Amazonía como un “espacio de territorios robados”.
La lucha por la tierra y la resistencia de los pueblos indígenas siempre ha sido fundamental para garantizar la vida en la Amazonía. La lucha contra las grandes empresas, la explotación, la deforestación y el avance del agro negocio y la minería es una lucha por la vida que perdura hasta hoy. La sabiduría y espiritualidad de los pueblos y su sentido de pertenencia al territorio muestra a todos el camino para una sociedad más justa, plural y posible para las generaciones venideras. Como dice y repite a menudo el Papa Francisco, “hay que escuchar más a los pueblos indígenas”.
Desde su fundación en 2014, la REPAM se ha propuesto cultivar esta capacidad de escuchar a los pueblos, al tiempo que fortalece sus lugares de articulación para la defensa de sus derechos. La organización de diversos encuentros de pueblos indígenas en las principales cuencas o regiones fronterizas tiene como objetivo fortalecer las luchas de estos pueblos y comprender los caminos que están tomando. Un evento clave fue la reunión sinodal de escucha celebrada en Colombia con representantes de más de 25 pueblos amazónicos.
Escuchar es fundamental, pero necesita ir acompañado de gestos y de una actitud de respeto y compromiso concreto, como Iglesia y como sociedad amazónica, con la defensa de los derechos y territorios indígenas. Así, podremos pasar de una región de territorios robados a la retomada de la Amazonía como territorio habitado.
Traducción: Hno. Hugo Bruno Mombach, FSC – Periodista, traductor y revisor de textos
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