Mauricio López, responsable de pastoral en el CELAM y miembro del equipo promotor y secretario ejecutivo interino de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) da cuenta de la experiencia inédita que vive el CELAM y la Iglesia Latinoamericana en el camino hacia una mayor sinodalidad a través de la escucha del pueblo de Dios y de las orientaciones del Papa Francisco.
Sinodalidad y escucha en la primera Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe
Mauricio López Oropeza considera que la Asamblea Eclesial, más que una prioridad para el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), “esta experiencia se ha convertido en el eje que expresa un proceso de ir hacia una mayor sinodalidad en todos los ámbitos de nuestra Iglesia, es decir, es más que una prioridad creo que es el modo propio en el que el CELAM está explorando, confirmando y siendo consistente con los llamados del discernimiento hecho en su proceso de renovación (…) de la escucha a los gritos del pueblo de Dios y de las orientaciones del Papa para hacer mucho más consistentes en una reforma que sea fiel a los cambios que estamos viviendo..”
Avances en el proceso de escucha de la primera Asamblea Eclesial
La Asamblea Eclesial se ha tornado en una caja de resonancia y en un espacio para acoger las voces de toda la realidad eclesial latinoamericana que actualmente está marcada por la pandemia, señala Mauricio López:
No ya de una manera unívoca sino en doble vía, no sólo atendiendo y asistiendo las necesidades que el pueblo de Dios está experimentando en esta pandemia, sino abierta a escuchar para que el pueblo de Dios pueda marcar la pauta, las perspectivas, el modo de proceder que tendrá nuestra Iglesia latinoamericana en el presente y en el futuro. Por eso que se han establecido mecanismos de participación individual para que cualquier miembro del pueblo de Dios pueda participar, pero sobre todo con el enfoque sinodal de esta asamblea nos interesan mucho los espacios y procesos comunitarios que se están dando de múltiples maneras, algunos presenciales en espacios también adecuados y con número de participantes reducido, pero por otro lado, en espacios virtuales múltiples donde se está dinamizando mucho más esta reflexión comunitaria y en discernimiento.
Mauricio López señaló la virtud de la modalidad de foros temáticos porque “permite profundizar en temas específicos de particular importancia con la presencia de una diversidad de actores eclesiales latinoamericanos, regionales y con una sensibilidad particular sobre los temas”.
Escucha y participación
El responsable de la Pastoral del CELAM considera que el proceso de escucha ha sido “progresivo y paulatino desde el lanzamiento de la Asamblea”; también subrayó que la participación no se produjo de manera simultánea en todas las jurisdicciones eclesiales, sino que se ha trabajado a múltiples ritmos. “A nivel de participación individual se tiene registro de más de 22 mil personas. “Esto se multiplica en el ámbito comunitario (…) en los foros temáticos ya se ha superado la barrera de los mil participantes, pero hay innumerables experiencias, procesos, seminarios, encuentros, que no están registrados todavía en la plataforma y esperamos que se puedan hacer en las próximas semanas.
López también señaló un gran dinamismo de participación a través de las redes sociales, así como en la creación de páginas especializadas, comités específicos capaces de generar espacios de diálogo.
“Yo percibo, afirma López Oropeza, que, de un mes, un mes y medio para acá, se ha detonado toda una fuerza eclesial que está activa y activada y que está propiciando todos los procesos de escucha. La escucha en la iglesia es parte de su identidad es inherente a su ser Iglesia”.
Las voces de las periferias dicen: presente
En todas las sesiones hemos insistido en la imprescindible necesidad de escuchar a las periferias, insiste Mauricio López:
Los que hemos llamado los improbables, los que nunca fueron escuchados, los que nunca participaron, los que siempre fueron destinatarios y no sujetos dentro de nuestro camino eclesial, entonces vemos con mucha alegría que en varios países la manera en que se han generado los puentes a partir de las instancias eclesiales van dando frutos importantes en este sentido vemos puentes por ejemplo hacia la población privada de la libertad, en algunos países la Pastoral Carcelaria, vemos puentes hacia las personas que están viviendo situaciones de enfermedad a través de la pastoral de la salud; estamos viendo puentes hacia espacios ecuménicos a partir también de redes eclesiales especializadas en este sentido.
Vemos comunidades afectadas por la minería, impactos ambientales, puentes hacia los pueblos originarios puentes hacia el papel de la mujer en la iglesia, puentes hacia la población afrodescendiente, hacia ministerios eclesiales distintos; hacia realidades desafiantes de frontera sea la Pastoral de la diversidad sexual; puentes también hacia comunidades que trabajan en apostolados de la oración, de seguimiento también de itinerarios del discipulado misionero.
El responsable de la Pastoral del CELAM considera que la síntesis de la escucha a todas las periferias es fundamental para que sus voces tengan un lugar merecido en el discernimiento que vendrá como preparación al evento de noviembre.
Incorporar las voces de las periferias al proceso de discernimiento
Mauricio López considera importante, en primer lugar, aprovechar las dinámicas que se han generado en este proceso de escucha para preparar la Asamblea Eclesial, especialmente las originadas en las periferias: “hagamos llegar esos frutos a este comité de escucha para poderlos incorporar al proceso de discernimiento” y, en segundo lugar, “abrazar la dinámica sinodal que ya se ha gestado con este proceso”. Más allá de los productos que genere la Asamblea Eclesial, están la conversiónsinodal, la conversión pastoral, la dinámica de Iglesia en salida y los rostros concretos de la Iglesia los que han dinamizado el proceso de escucha y que tienen que ver con presencia encarnada, legítima y transformadora que hace vida el proyecto del Reino en medio de esta realidad, en eso está nuestra esperanza y nuestra convicción (…) la sinodalidad es un elemento inherente de la Iglesia (…) presente desde sus inicios y que se torna en algo irreversible en esta dinámica de conversión integral”.