Monseñor Pedro Brito, ha propuesto en el Sínodo Amazónico, la urgencia de confesar nuestros pecados ecológicos. Pero, en torno a la inversión minera por parte de las congregaciones religiosas y la Iglesia Católica, confiesa no haber hecho esa reflexión. “No tenía esta reflexión”, dice levantando las cejas. “Pero es evidente que con este tipo de inversiones estamos ayudamos a mantener a esas empresas que degradan el ambiente, matan el ambiente y quitan vidas. Es importante que hagamos un examen de conciencia en ese sentido. Un examen de conciencia sobre cómo estamos contribuyendo a matar la vida -donde está Dios-, pensando sólo en el lucro económico.”
Monseñor Pedro Brito Guimarâes, arzobispo de Palmas (Brasil) sostiene que hablar de los pecados ecológicos “no es una creación propia”, se fundamenta en estudios académicos profundos de la teología de los sacramentos que realizó en la Universidad Gregoriana. “Entonces, yo hablo de la comprensión que tengo de los sacramentos. Y entre esos sacramentos están los sacramentos de la penitencia. Si nosotros miramos los manuales de la teología de los sacramentos, encontramos que la gente habla mucho de pecados personales como desobedecer, no ir a misa, hablar mal de alguien, esos pecados son existenciales, individualistas”, explica.
En esos manuales, dice monseñor Brito, “no existe el pecado que es más grave, matar al hombre que Dios creó”. Un pecado ecológico es un pecado contra Dios, porque él es creador de todas las cosas. Creo en Dios padre creador de todas las cosas. El decálogo habla de amar a Dios sobre todas las cosas, no matar, no robar, no desear las cosas de los otros y lo que más hacemos es esto.”, asegura de forma decisiva.
Contaminamos las aguas, los ríos, el aíre que respiramos está lleno de veneno, la comida que comemos produce cáncer. Nosotros no confesamos esos pecados. “Confieso que aún no he confesado, pero los voy a pedir en confesión.
Si nosotros queremos vivir una ecología integral, todo está ligado, hay que confesar que cuando nosotros matamos a la naturaleza, nosotros estamos pecando contra Dios y contra las generaciones que vienen detrás de nosotros. ¿Qué mundo vamos a entregar para nuestros hijos, nuestros nietos y nuestros descendientes?
Refiriéndose a la propuesta de una Campaña de Desinversión, planteada por la Red Iglesias y Minería, señala, “la naturaleza es una identidad de derechos, así como yo tengo derecho a comer, a vestir, a respetar las leyes, la naturaleza también tiene derechos. Ella tiene el derecho a sobrevivir. Pero nosotros avasallamos sus derechos -ella no habla, no puede presentar una ley- pero ella es sujeto de derecho. Ella tiene el derecho de vivir. Los ríos el derecho de correr, las nubes el derecho de caer como lluvia libremente, porque, son derechos de la naturaleza. Si nosotros atentamos contra esos derechos, nosotros estamos infringiendo una ley, la ley de Dios.
Según el padre Dário Bossi, religioso comboniano de la Red Iglesias y Minería, estas son algunas de las razones, por las que las congregaciones religiosas y las diversas entidades e instituciones de la iglesia Católica deberían desinvertir en empresas mineras y otras industrias extractivistas:
- Las organizaciones de la Iglesia o de inspiración católica no debieran invertir en Proyectos de Muerte.
- Un proyecto de muerte es una iniciativa económica que conduce a la destrucción de ecosistemas, afecta modos de vida y vulnera los derechos humanos.
- Invertir no es una actividad trivial e inconsciente es una forma de decidir qué tipo de actividades económicas se promueven. Los flujos de capital son la forma de alimentar y “nutrir” practicas económicas.
- Las inversiones como expresión de decisiones y valores no solo deben privilegiar la rentabilidad sino también tener en cuenta los impactos en los ámbitos de influencia de los proyectos y los modos de vida que sostienen y promueven.
- Invertir en combustibles fósiles, fracking, minería, agronegocios produce impactos negativos irreversibles. Muchos proyectos de muerte se ubican en la cuenca Amazónica.
- Las inversiones católicas pueden ser una oportunidad para promover modos de vida sostenibles en el contexto en que un cambio sistémico global está ocurriendo.
- No hay que olvidar sin embargo que las nuevas tecnologías promovidas como parte del cambio de modelo energético global también requieren materias primas como el Litio (para las baterías de los autos eléctricos). Esta extracción tiene un impacto en los ecosistemas y comunidades que debe considerarse al momento de invertir.
Entrevista: Asunta Montoya, Red Iglesias y Minería