El Sínodo de la Amazonía y el nuevo momento de la Iglesia, un diálogo para sumar

 

Los nuevos caminos de la Iglesia en la Amazonía no serán fáciles de encontrar. Antes, esta tendrá que cambiar su mirada y estar dispuesta “a correr riesgo de accidentarse”, dijo monseñor Alfredo Vizcarra, obispo del Vicariato de Jaén y presidente del CAAAP, en un foro público sobre el Sínodo de la Amazonía, que se realizó en Lima.

El referido Sínodo -encuentro de obispos de todo el mundo para discutir una realidad urgente y particular, pero desde una perspectiva global- se llevará a cabo en Roma, en octubre del próximo año.

Convocado por el Papa Francisco, el Sínodo de la Amazonía “se inscribe en un proceso de reforma de la Iglesia”, aseguró Vizcarra, y “todo parece indicar que dicha reforma es una verdadera revolución que busca su actualización a las características de nuestro mundo moderno”.

Ese mundo hoy está marcado por la mirada codiciosa que se tiene respecto a la Amazonía, “por el sistema neoliberal que se mueve por la obsesión del consumo y por la idolatría del dinero y del poder”. Vizcarra asegura que, en ese marco, la Iglesia “no puede venir con un programa e imponer”.

Laura Vargas, de la Comisión Episcopal de Acción Social (CEAS), amplió al sostener que la presencia de la Iglesia en la Amazonía o en territorios de pueblos indígenas, no es para ganar adeptos.

Defiende la idea de que “la gente viene a la Iglesia por lo que ve, por lo que siente, por lo que escucha. Entonces, lo que tenemos que hacer nosotros (la Iglesia) en medio de las comunidades indígenas es presencia viva de cariño, de solidaridad, de acogida”.

Al respecto, sobre la idea de no imponer, Vargas puso como ejemplo el caso de la comunidad Caco Macaya, en el Alto Ucayali (Vicariato de Pucallpa), donde las hermanas religiosas estuvieron ocho años sin hablar una sola palabra de religión, y recién comenzaron a hablar de por qué estaban ahí cuando les preguntaban.

En la palabra, monseñor Alfredo Vizcarra. Foto: CAAAP

De acuerdo al obispo de Jaén, casi todas las intervenciones a la Amazonía, incluyendo la del Estado, las empresas, las oenegés y las de la propia Iglesia, “en diferentes grados y con diferentes motivaciones o intenciones”, se ha dado bajo una mirada “neocolonialista”, que no ha sido consciente del “tremendo sufrimiento histórico y presente” de los pueblos que allí habitan.

A estos pueblos “los hemos hecho pasar (del espacio) de la fraternidad y la solidaridad a otro en el que no solo no se les ha dado la bienvenida, sino que además no se les valora como pueblo… Les imponemos nuestros sistemas de valores y de conocimientos, no hacen parte de nuestras prioridades”, enfatizó.

Dicho ello, Vizcarra, quien además es coordinador de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) en el Perú, reflexionó sobre el momento de transición que vive la Iglesia, y enfatizó en la necesidad de cambiar el sistema, tal como el propio Papa lo dice, “a uno que nos lleve a salir de la lógica del consumo”.

Romina Rivera, del Movimiento Ciudadano frente al Cambio Climático (MOCICC), explica que hay sectores -entre ellos los pueblos indígenas- que están pagando por adelantado las consecuencias de aquel modelo consumista y perjudicial para la Tierra; y que, por tanto, es importante hablar desde “el enfoque de justicia climática” y ver los niveles de responsabilidad en lo que ocurre hoy con el mundo.

“Los territorios no están separados, hemos podido poner algunas líneas (fronteras) en el mapa… pero a la hora de la hora, el mundo no funciona así: los territorios están tan interconectados que hay una responsabilidad en las ciudades frente a lo que pasa en otros lugares”, aseveró Rivera.

Sostuvo, además, que para enfrentar el cambio climático se hace inevitable hablar y discutir sobre las desigualdades y la forma cómo se mira a la Amazonía. Lanzó también un reto a la Iglesia para que construya discursos que involucren más a los jóvenes y a las mujeres.

“La Iglesia tiene ahí una voz más que sumar, el reclamo de las mujeres, el reconocimiento de los jóvenes que tienen mucho anhelo de hacer algo por su país o de tener un desarrollo, pero que necesitan paradigmas distintos a los que el día de hoy el sistema y la sociedad nos ofrecen”, manifestó Rivera.

Romina Rivera, del MOCICC. Foto: CAAAP

El Papa y la ‘parresía’

Un valor destacado por monseñor Vizcarra es el tipo de llamado que el Papa Francisco ha hecho en los sínodos desarrollados hasta ahora (uno de ellos de la Juventud), donde pide que se hable con franqueza o ‘parresía’.

Lo que estamos viendo de este Papa es que es que no tiene temor a lo que la gente le diga, aseguró Vizcarra. “Él quiere que en la Iglesia nos habituemos a hablar así”.

“La ‘parresía’ es una virtud de los profetas, que es hablar con franqueza y con valentía incluso ante un público hostil”, precisó al respecto Gonzalo Gamio, filósofo de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya(UARM), institución que junto al CAAAP y la REPAM organizaron el evento.

Gamio destacó el giro en la mirada de la Iglesia que surge con Francisco. “Yo estaba convencido de que no iba a ver en mi vida a un papa como Francisco (…) la idea de un papa progresista, latinoamericano y, además, jesuita, era completamente impensable para mí.”

El foro público se desarrolló con la participación de hombres y mujeres del pueblo indígena Shipibo-Konibo, de la comunidad de Cantagallo, que enriquecieron el diálogo con sus comentarios y preguntas. También destacó la participación de religiosas y religiosos, misioneros y misioneras laicos y laicas de algunas provincias de Lima.

Intervención de lideresa indígena de comunidad de Cantagallo. Foto: CAAAP

La bienvenida estuvo a cargo del rector de la UARM, y también anfitrión, Ernesto Cavassa. La moderación estuvo a cargo de Ismael Vega, director del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), institución fundada en 1974 por los obispos de la selva peruana.

Sobre las actividades en la Amazonía respecto al Sínodo, entre agosto y octubre se han desarrollado tres asambleas con participación de representantes de los ocho vicariatos de la selva peruana, y miembros de pueblos indígenas. En estos momentos, encuentros similares se vienen replicando dentro de cada vicariato.