37 días de caminata duró la Gran Marcha Indígena que convocó a Oriente, Chaco y Amazonía desde que salió de Trinidad (Beni) hasta llegar a Santa Cruz de la Sierra, una medida que adoptaron los pueblos indígenas de Bolivia para defender su tierra y territorio y también porque exigen respeto ante el avasallamiento y olvido del Estado.
Por Agencia de Noticias Fides – ANF
Agotados, con los pies llenos de callos, deshidratados, tras 37 días de caminata llegó la XI marcha indígena a su objetivo, Santa Cruz de la Sierra (Bolivia), demandando al Gobierno central respeto a sus territorios y una agenda de 14 temas. La ciudadanía se volcó a las calles para un masivo y ovacionado recibimiento.
Desde el cuarto anillo grupos de gente en diferentes puntos, desde sus casas, los balcones, las aceras, portando banderas cruceñas y otras con el símbolo del patujú, expresaron con aplausos y gritos su apoyo al esfuerzo de los indígenas.
En la columna de la marcha, unos se pusieron al frente con un extenso lienzo de la marcha, en otra fila otros indígenas que ya se movilizaron en 1990 por Territorio y Dignidad, acompañaron sin parar al ritmo de la tamborita.
Los marchistas de los diferentes pueblos indígenas utilizaron en esta jornada su indumentaria típica en señal de recuperación de su cultura, unas túnicas color marfil, además varios llevaron la flor de patujú.
Marcial Fabricano, líder indígena, estuvo al frente de los recibimientos, además lideró la movilización de los pueblos indígenas de Tierras Bajas que desde el inicio de su caminata denunció los avasallamientos a sus territorios indígenas.
En su discurso en un pequeño acto en el centro de la plaza 24 de septiembre de la capital cruceña exigió a las autoridades electas de todos los órganos del Estado cumplir sus funciones y “no condenar en sometimiento a los pueblos indígenas. No queremos más eso”, exclamó.
“No tenemos que pedir nada a nadie, porque todo lo que pedimos es nuestro”, sentenció, al recordar que los territorios donde viven fueron habitados por sus padres y existen los “testigos mudos” de esa realidad.
Al llegar a la plaza se dirigieron directamente a la Catedral donde fueron recibidos por monseñor Sergio Gualberti, Arzobispo de Santa Cruz, y otros sacerdotes, quienes oficiaron una celebración eucarística de agradecimiento y reconocimiento a la “valentía” de los marchistas.
Asimismo, en su mensaje el obispo pidió que cesen los avasallamientos y precisó que la autodeterminación de los pueblos indígenas es un derecho. Expresó su deseo porque todas sus demandas sean atendidas tras tan largo esfuerzo.
Las autoridades departamentales como el gobernador, Luis Fernando Camacho y el presidente de la Asamblea Legislativa Plurinacional, Svonko Matkovic, aguardaron a dos cuadras de la plaza para saludar a los líderes de la columna de la marcha.
Mientras que en la Catedral también estuvo presente el presidente del Comité pro Santa Cruz, Rómulo Calvo, quien calificó como un “esfuerzo de vida” la movilización.
“Hemos conocido las acciones y reacciones de la gente que vive en la carretera. Solo hemos recibido gratitud, amistad y esperanza, una botella con agua, un guineo; era lo que Dios ha puesto en su corazón”, agradeció Fabricano.
La presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos, Amparo Carvajal, que se sumó a la medida después que pasó el municipio de San Julián, en la recta final contrajo un resfrío lo que provocó que se alejara de la marcha, no obstante, este jueves pudo esperarlos a un par de cuadras del centro de la ciudad.
En su intervención en la plaza no solo destacó la protesta indígena, recordó la marcha de 1990. Asimismo, repudió la detención preventiva de la expresidenta Jeanine Áñez, de los exministros, militares y policías, para quienes pidió que se defiendan en libertad.
La macha partió el 25 de agosto de la ciudad de Trinidad con rumbo a Santa Cruz, una decisión diferente al resto de las marchas pues el objetivo siempre fue la ciudad de La Paz donde se encuentra el Gobierno central.
En el camino crearon el Parlamento Indígena para que desde esa instancia se gestionen las demandas y los derechos de los pueblos originarios. Este jueves aprobaron su agenda de 14 puntos.
La agenda indígena
-Tierra territorio
– Acceso a los proyectos fondo indígena
– Escaños especiales a nivel nacional, departamental y municipal
– Abrogación, derogación de leyes y normas que afectan a los pueblos indígenas
-Autonomía de los fondos indígenas nacional, departamental y secretarías departamentales de los pueblos indígenas
– Auditorías al exFondioc
– Demandas en educación
– Demandas en atención de salud
– Administración de justicia indígena
– Ley de la Amazonía
– Ley de compensación histórica (pacto fiscal)
– Límites del Tipnis, Línea Roja con Cochabamba
– Cumplimiento del Acuerdo Escazú de protección al medio ambiente
– Realización del Censo 2022
El presidente de la Central de Pueblos Indígenas de Beni, Abdón Justiniano, agradeció el recibimiento de la población, anunció que este viernes descansarán y recuperarán fuerzas.
Asimismo, están a la expectativa de que el Gobierno responda a su pliego. “Esperemos que nos contesten”, dijo. Los indígenas no pretenden abandonar la ciudad hasta lograr respuestas concretas a sus demandas.
En al menos tres oportunidades la gente que los recibió arengó ¡federalismo! ¡federalismo! ¡federalismo!, sin embargo, no se percibió que los indígenas corearan el mismo mensaje.
¡Esto no es político! ¡esto no es político! Se escucharon otras voces, Marcial Fabricano marcó la línea afirmó “yo digo que sí, esto es político, porque tiene sentido lo que pedimos, vivir en libertad y justicia, eso demandamos y exigimos y con eso queremos retornar a nuestra casa”, afirmó.
Tras los actos los marchistas cansados de una jornada de deliberación y caminata en el último tramo se retiraron a la Universidad Autónomo Gabriel René Moreno donde se quedarán hasta obtener respuestas a sus peticiones.