Construir nuevos caminos se convierte a menudo en una ardua misión en la Iglesia. Desde octubre de 2017, cuando el Papa Francisco convocó el Sínodo para la Amazonía, la Iglesia en la región tiene el reto de buscar nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral. El Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de los obispos de Brasil (CNBB), asumió este desafío, que comenzó con el proceso de escucha, y ahora quiere concretar en la realidad de las iglesias locales todo lo que se discutió a lo largo del proceso sinodal.
Por Luis Miguel Modino
La 48ª Asamblea del Regional Norte 1, que se celebra del 20 al 22 de septiembre en Manaos, quiere construir juntos estos nuevos caminos, a partir de las reflexiones del Sínodo para la Amazonía y de las Orientaciones Generales para la Acción Evangelizadora de la CNBB, pero sin olvidar una nueva realidad social y eclesial determinada por la pandemia del COVID-19. Estos nuevos caminos tienen que nacer de la realidad local, de la vida de las comunidades, de los documentos que forman parte de la vida de la Iglesia en la Amazonía después del Concilio Vaticano II.
La Iglesia del Regional Norte 1 se entiende a sí misma como una Iglesia Discípula Misionera, Discípula de la Palabra, Iglesia servidora de la vida, Iglesia hermana de la Creación. Esto responde a cada uno de los cuatro sueños del Papa Francisco en Querida Amazonía y a cada uno de los cuatro pilares de las Orientaciones para la Acción Evangelizadora de la CNBB.
Misión y Palabra
El espíritu misionero es el fundamento del ser de la Iglesia, aspecto constitutivo en las iglesias amazónicas, marcadas por su identidad misionera, algo que forma parte de la propia dinámica y forma de ser de la comunidad, recogida en los planes pastorales, donde se insiste en la presencia en la vida de las personas, se proponen las comunidades eclesiales como opción y el camino sinodal, desde la escucha, formación y articulación, como propuesta, teniendo la ministerialidad, con ministerios conferidos por el obispo, como forma de ser Iglesia, apoyada en la figura del catequista y en el protagonismo de la mujer.
La Palabra tiene un papel fundamental en la vida de la Iglesia en la Amazonía, en la iniciación a la vida cristiana, en la liturgia y en los sacramentos. De ahí la importancia de impulsar procesos formativos, de la inculturación como camino hacia la interculturalidad, siendo una Iglesia que anuncia la Palabra y se convierte en oyente de la riqueza cultural del pueblo amazónico, del mundo urbano, una Iglesia que camina en busca de un rito amazónico y asume los derechos del pueblo.
Caridad y Cuidado de la Creación
La caridad en la Iglesia de la Amazonía se traduce en la denuncia profética, la solidaridad y el compromiso con los vulnerables y descartados, incluso en tiempos de pandemia. Una Iglesia servidora y defensora de la vida, que escucha los clamores y presta atención a las luchas existenciales de los pueblos amenazados, de las mujeres y de los jóvenes, que se compromete en la defensa y protección de la naturaleza. Esto hace que la Iglesia sienta la necesidad de comprometerse con los pueblos indígenas, las poblaciones ribereñas, los migrantes y las víctimas de la trata de personas y la lucha contra el feminicidio, el exterminio de los jóvenes y la violencia institucional.
Es una Iglesia hermana de la Creación, comprometida a través de la pastoral y la participación en los momentos de lucha común. Pero también se pregunta cómo estar presente en las comunidades más lejanas a través de la creatividad. El sueño ecológico del Papa Francisco en la Querida Amazonía desafía a la Iglesia en la región a integrar el medio ambiente y la espiritualidad, a fomentar la transversalidad de la cuestión socioambiental como paradigma en toda acción evangelizadora guiada por la mística del cuidado, a garantizar la Eucaristía en la vida de las comunidades.
Incluso en las dificultades, cuando se parte de la escucha y se asume el discernimiento como forma de ser y caminar en la Iglesia, se dan pasos y se concretan nuevos caminos. En esta dinámica avanza la 48ª Asamblea del Regional Norte 1 de la CNBB. Con audacia y parresía, el kairós, el tiempo de Dios, se hace presente y conduce la vida de quienes peregrinan en la Amazonía.
Fotos: Luis Miguel Modino