“Como CEAMA tratamos de estar como un soporte (…) hacemos eco de estas realidades y queremos hacer sentir a los pastores que están directamente con estas poblaciones que no están solos y que toda la Iglesia nos hacemos cargo de la problemática”, expresó Monseñor David Martínez De Aguirre, vicepresidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía.
Por Carmen Julia Lujan
Monseñor David Martínez De Aguirre, obispo de Puerto Maldonado- Perú y vicepresidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía, CEAMA, se refirió a la situación dramática que enfrenta la Tierra Indígena Yanomami de Brasil debido a la crisis de supervivencia física y sanitaria, además de la violación de los derechos humanos y colectivos que sufre esta población originaria y que pone en peligro su existencia y transcendencia cultural.
Con los Yanomami en peligro de genocidio, monseñor Martínez De Aguirre afirmó que desde la CEAMA se hace eco de esta situación para hacer sentir a los pastores en contacto directo con este pueblo indígena que no están solos y que como Iglesia también se asume está problemática.
“Como CEAMA lo que intentamos es recoger y hacernos eco de todo esto e intentar condicionar la vida de la Iglesia, sabiendo que tenemos ahí unos hermanos necesitados (…) esta Iglesia que es samaritana, asume ese compromiso”, expresó.
CEAMA: un soporte para la Iglesia
Monseñor David también recordó que la CEAMA, al ser un organismo eclesial trata de dinamizar la vida conjunta de la Iglesia de la Amazonía e intenta dar un plan de pastoral junto a todos los actores eclesiales que están en los territorios, es decir, las jurisdicciones en cada uno de los países de la Panamazonía.
“Nosotros como CEAMA tratamos de estar como un soporte ahí detrás y es lo que estamos haciendo en este momento (…) también hacernos eco de estas realidades y queremos hacer sentir a esos pastores que están directamente con estas poblaciones que no están solos y que toda la Iglesia nos hacemos cargo de la problemática”, expresó.
Además, enfatizó, que ahora son los Yanomani quienes sufren el abandono y la crisis, pero que también existen otras poblaciones indígenas en alto riesgo en diferentes sectores de la Panamazonía, como en Bolivia, Perú, Ecuador, y otros que conforman el bioma amazónico.
Esto lo comprueba desde su propia experiencia, porque desde el Vicariato del departamento del Cuzco y el departamento en Madre de Dios en Perú convive directamente con los pueblos indígenas y con pueblos en situación muy similar.
Contradicciones
Sobre el pueblo Yanomami, el vicepresidente de la CEAMA considera que existe una contradicción por parte del Estado hacia una sociedad que depende del bosque y que no es considerada como parte de la ciudadanía.
“Hay una contradicción, por un lado, el Estado no los considera ciudadanos. Son grupos que no se les considera dentro de la ciudadanía y, por tanto, no son sujetos de derechos, ni de derecho a tierra, ni de derecho de educación, ni de derecho a la salud ni los derechos individuales ni los colectivos, no se les reconoce”, manifestó.
Asimismo, el obispo detecta que, si bien el Estado no reconoce a esta población originaria como ciudadanía, sí la toma en cuenta como territorio y desde esta perspectiva alienta proyectos extractivistas que llegan a invadir el hábitat de los Yanomami para dejar sus consecuencias como contaminación, violencia, saqueo, etc.
“Por otro lado, el Estado sí los considera sus territorios para extender proyectos nacionales de explotación. Entonces al abandono que sufren del Estado se suma la invasión de sus territorios, una invasión que les pone en un grave peligro”, dijo
¿Cómo se actúa desde la CEAMA?
Monseñor Martínez De Aguirre resalta que, en estas realidades de dolor, la Conferencia Eclesial de la Amazonía actúa a través de la Iglesia local y particular que está en territorio donde se intenta respaldar y ayudar en todo lo posible.
Destaca que la CEAMA trabaja de la mano con la Red Eclesial Panamazónica, REPAM, que desde el Núcleo de Derechos Humanos e Incidencia, hace eco también de este sufrimiento.
REPAM pide acciones urgentes
Ante la insostenible situación de violación de los derechos humanos que vive la Tierra Indígena Yanomami, desde el Núcleo de Derechos Humanos e Incidencia de la REPAM, junto al sustento del Consejo Indigenista Misionero de Brasil (CIMI), se inició una intensa labor de incidencia internacional ante las Naciones Unidas y la Organización de los Estados Americanos.
De esta manera se acudió de manera urgente ante estas instancias para urgir que se lleven a cabo las medidas de presión necesarias para detener las flagrantes vulneraciones denunciadas en diferentes ocasiones desde hace al menos cuatro años.
Corazón en sintonía
El obispo reflexionó, además, que cuando una persona está alejada de las realidades de los pueblos indígenas es difícil tener una solidaridad afectiva hacia ellos. Por tanto, considera importante que al momento de ejercer los derechos ciudadanos también se tome en cuenta qué políticas públicas van a favor de los desatendidos y cuáles defienden los derechos de los territorios vulnerables.
Por eso, exhorta a la solidaridad y a informarse de lo que sucede, es decir, que sea un tema de preocupación la situación de pueblos originarios.
“Animar todos a que pongamos nuestro corazón en sintonía con estos pueblos y que a la hora de ejercer nuestros derechos y nuestra preocupación ciudadana, pues que les tengamos en cuenta”, finalizó.