El cardenal enviado del Papa Francisco a la selva central peruana, a fin de presidir la beatificación de Aguchita, señaló que esta celebración fue “un regalo para la Iglesia universal después del Sínodo para la Amazonía”.
Por Querida Amazonía
“Siento una gracia muy especial del Señor, que me ha regalado venir y presidir en nombre del Santo Padre a esta beatificación”. El enviado del Papa Francisco, arzobispo de Mérida y administrador apostólico de Caracas (Venezuela), Card. Baltazar Porras Cardozo, resaltó que las virtudes de la nueva beata y mártir de la Misericordia, María Agustina Rivas, más conocida como ‘Aguchita’, constituyen un ejemplo de sinodalidad para el mundo entero.
Expresó que su beatificación fue un regalo para la Iglesia universal tras el Sínodo para la Amazonía, pues la vida de la nueva beata de la Congregación Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor constituye un ejemplo de “caminar juntos”, y significa también “resurrección”; no solo para la Iglesia Amazónica, sino para el mundo entero. “Dios quiera que Aguchita pueda ser patrona, o una de las patronas de esta inmensa tierra amazónica”, añadió.
Para el Card. Baltazar Porres, la nueva beata peruana tuvo una espirtualidad “muy bella y hermosa”, pues los cuadernos que escribió cuando estaba a la mitad de su vida demuestran una hondura que tiene el “sello de la espirtualidad misionera de San Juan Eudes”. Y es que, ‘Aguchita’ tenía un sentido de entrega total de su vida con alegría. “No es sentir lástima por el otro, sino compartir de verdad la situación dificil”, expresó.
Tras destacar el entusiasmo con el que Aguchita asumía ayudar en la búsqueda del desarrollo integral las personas, el enviado del Papa Francisco indicó que el ejemplo que dan “santos a la altura de una mujer como Aguchita” es el impacto espiritual que ha logrado en muchos; pues a pesar de que no se encuentra en cuerpo presente, aún vive entre fe que las personas ponen en ella.
“Que Aguchita nos bendiga, nos acompañe y nos cubra con su manto, nos dé su alegría, su espíritu de misericordia, de perdón y de promoción de servicio al prójimo”, concluyó el Card. Baltazar Porras.
Fuente: Querida Amazonía