Una vida misionera, una historia construida en las periferias geográficas y existenciales de Manaos (AM), una vida dedicada a los pobres de la Amazonía durante 28 años. Esa es sólo una parte de su vida misionera en Brasil, que comenzó en 1969, en Salvador, 15 días después de ser ordenado sacerdote. Se trata del padre Ronaldo Colavecchio SJ, nacido en Estados Unidos y nacionalizado brasileño, misionero en la Amazonía desde 1982, en Marabá, Manaos y Rio Branco.
Por Luis Miguel Modino
Ha sido una vida en la que construyó una amistad con Jesús, algo que se refleja en su último libro, presentado el 30 de mayo, la víspera de su 88º cumpleaños, titulado: “En la amistad de Jesús de la Amazonía. Una espiritualidad sinóptica“. La presentación de la obra, junto con un homenaje de la Arquidiócesis de Manaos, un evento organizado por el Instituto de Teología Pastoral y Educación Superior de la Amazonía (ITEPES) y el Seminario San José, fue un momento para reconocer su largo y fructífero trabajo en la Arquidiócesis de la capital del Estado de Amazonas.
El homenaje, según Mons. Leonardo Steiner, quiso ser “un gesto de gratitud por su presencia y dedicación“, que en palabras del arzobispo de Manaos son palabras apropiadas para entender mejor lo que significa seguir a Jesús, estar en compañía de Jesús. Un agradecimiento que también estuvo presente en las palabras del padre Ricardo Castro, director del ITEPES, donde el padre Colavecchio siempre quiso ser un profesor amigo, para enseñar a través de los lazos de amistad.
A partir de la realidad local
El padre Ronaldo Colavecchio “nos hizo mirar a Jesús, siempre hizo procesos de construcción colectiva“, según el padre Zenildo Lima. El rector del Seminario San José de Manaos destacó que este proceso de construcción colectiva fue realizado por el misionero jesuita “a partir de la Amazonía, de nuestro suelo”, insistiendo en que “somos nosotros, aquí en este suelo, los que estamos en este proceso de amistad con Jesús”.
Alumno del padre Colavecchio fue Mons. José Albuquerque de Araújo, quien dijo que siempre vio en el jesuita una referencia, relatando hechos destacados de la vida del homenajeado y algunos de los muchos servicios prestados a la Archidiócesis. El Obispo Auxiliar de Manaos recordó la presencia del Padre Ronaldo en el equipo de formadores del Seminario San José, como director espiritual, párroco, gran y prolífico predicador de retiros, confesor, visitador de enfermos en hospitales, director del CENESC, entre otros servicios.
Compartir su vida en la Amazonía
El autor del libro lo ve como un compartir su vida en la Amazonía, destacando la importancia del encuentro personal con el Señor, de la amistad con Jesús de la Amazonía, relatando lo que ha significado su vida como misionero jesuita en Manaos. De ahí la importancia de seguir a Jesús para seguir creciendo en su seguimiento y en su amor.
Un homenaje que contó con una buena representación del clero diocesano de Manaos, sus colegas jesuitas, que agradecieron el homenaje de la Arquidiócesis, la Vida Religiosa, y los laicos y laicas formados por él en la educación formal y en las parroquias, áreas misioneras y comunidades por donde pasó el Padre Ronaldo.
Por último, Mons. Leonardo Steiner agradeció un libro que es una experiencia de vida, que recuerda un camino del Evangelio en el que llegamos a conocer mejor a Jesús. Según el arzobispo de Manaos, “un libro es una revelación del Misterio”, refiriéndose al libro del Padre Ronaldo como “testimonio de una historia y una presencia en la Amazonía“.
Fuente: CELAM