Este lunes comenzó la visita ad limina de los Regionales Noroeste y Norte1 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB). Podríamos decir que comenzó con el momento principal, porque después de celebrar la Eucaristía en la tumba del Apóstol Pedro, los 17 obispos presentes, junto con el administrador de la Diócesis de Roraima, se reunieron con el Papa Francisco, el sucesor de Pedro.
Por Luis Miguel Modino
Un momento para vivir la catolicidad, un momento de alegría, según Mons. Leonardo Steiner. Al pie de la tumba donde está enterrado el primer Papa, aquel que recibirá el birrete cardenalicio el 27 de agosto, insistió en “expresar la alegría de nuestras Iglesias”, destacando, por su experiencia en Manaos, “el enorme cariño que el Pueblo de Dios tiene por el Papa, y nos alegramos con nuestras comunidades”.
Según el arzobispo de Manaos, “la tumba de Pedro, para nosotros los obispos, tiene el significado no sólo del primado”, destacando el carácter extraordinario de la figura de Pedro, “porque tiene muchas debilidades, tiene muchas fugas, muchas piedras, pero un hombre de fidelidad“. Mons. Leonardo Steiner dijo, dirigiéndose a los obispos, que “en la figura de Pedro nos vemos, nos entendemos y nos comprendemos como personas, pero nos vemos, nos entendemos y nos comprendemos también como obispos”, subrayando que forman parte de este ministerio de siglos.
Episcopado como servicio, como gracia
Dijo a los obispos que “ante la tumba de Pedro pedimos no sólo fidelidad, sino también la gracia de la gratitud, gratitud por poder ejercer este ministerio en la Iglesia al servicio de nuestras comunidades”. Mons. Steiner, siguiendo las palabras de San Pablo, dijo que “nuestra fuerza no está en nosotros mismos, nuestra fuerza está en el ministerio que hemos recibido“. Frente a la tentación de centrar todo en uno mismo, llamó a percibir que “la fuerza del Espíritu, la fuerza del Reino de Dios, está guiando nuestras Iglesias y guiando nuestro propio ministerio”.
El arzobispo de Manaos llamó a descubrir “nuestra finitud, que está llena de fragilidad, de debilidad“, siendo el propio ministerio el que libera, “en la medida en que volvemos, entusiasmándonos, buscando, sirviendo, entregándonos”, haciéndonos ver la necesidad de salir de las cadenas del yo y de las cadenas del sistema. También quiso agradecer a los papas que los nombraron, insistiendo en que “no es una promoción, sino una gracia que Dios nos ha dado”, subrayando que es un servicio a la Iglesia, que hay que hacer con alegría.
Un encuentro inolvidable y memorable
A la celebración eucarística siguió “un encuentro inolvidable y memorable“, según Mons. Edson Damian. Todavía emocionado, después de más de dos horas de enuentro, que comenzó con un saludo personal a cada uno de los miembros de la visita ad limina, donde el Papa Francisco recibió y se interesó por los dones de cada una de las iglesias particulares, el Presidente del Regional Norte1 insistió en lo que el Papa Francisco dice al principio: “aquí quiero que digan lo que quieran, que pregunten lo que quieran, también que critiquen, aquí se necesita libertad, porque cuando no hay libertad, no hay diálogo”, según Mons. Edson. Estas palabras dieron paso a un largo diálogo en el que el Papa “estuvo escuchando las preguntas, los comentarios de cada uno”.
El Obispo de São Gabriel da Cachoeira agradeció al Papa Francisco por el Sínodo para la Amazonía y el Sínodo sobre la sinodalidad. Él, que es obispo de la diócesis con mayor porcentaje de población indígena en Brasil, expresó al Santo Padre la gran gratitud de los pueblos indígenas hacia él “porque por primera vez son escuchados, y se sintieron muy felices“, destacando el fantástico trabajo de escucha realizado en el proceso sinodal del Sínodo para la Amazonía, algo que se está repitiendo con el actual Sínodo, mostrando el Papa a los pueblos indígenas, “que los toma en serio”.
Escuchar a los pueblos indígenas y a las comunidades de base
El Papa instó a los obispos a “escuchar a los pueblos indígenas, escuchar a las comunidades de base, el Espíritu Santo actúa a través de estas personas, los pobres en la Iglesia, y ustedes están en la frontera, están con los más pobres, están donde yo quisiera estar”.
En relación con el actual Sínodo, Mons. Edson Damian afirmó que “este Sínodo es para poner en práctica las intuiciones más profundas del Concilio Vaticano II, es para volver a lo que la Iglesia debería ser siempre y terminó perdiendo, la sinodalidad, donde la Iglesia es el Pueblo de Dios, unido a sus pastores, todos caminando juntos”.
El Evangelio debe llegar a todos
El presidente del Regional Norte1, al hablar del Praedicate Evangelium, destacó que según el Papa Francisco “es el resultado de 9 años de trabajo de la Iglesia, con ese grupo de cardenales que me ayudaron mucho, y ya se siente todo este espíritu, de que es nuestra Iglesia la que está predicando el Evangelio, sobre todo el Evangelio, anunciando el Evangelio, y el Evangelio debe llegar a todos los pueblos, empezando por los pobres, los migrantes, los que están en las fronteras”.
Por último, el obispo de São Gabriel da Cachoeira destacó de las palabras del Papa que “aunque seáis dos regionales, estáis profundamente unidos, estáis en sintonía. Todas las preguntas que habéis hecho han complementado nuestro diálogo, destacando que este encuentro que me hace profundamente feliz”, insistió el obispo: “y a nosotros aún más”.
Fue un encuentro en un ambiente distendido, como se puso de manifiesto en los últimos momentos, cuando el Papa Francisco recibió de manos de Mons. Edson Damián un tocado, elaborado por mujeres indígenas, en nombre de los pueblos indígenas de la Amazonía. En tono de broma, el Papa Francisco preguntó sonriendo si se trataba de una mitra, y luego dijo: “¿se imaginan si aparezco en San Pedro con esto?”, provocando las carcajadas de los obispos.
Fuente: CELAM