Palabras de Monseñor Rafael Cob como nuevo presidente de la REPAM

Discurso del nuevo presidente de la Red Eclesial Panamazónica – REPAM, que asumió oficialmente el cargo el martes, 9 de agosto. La vicepresidencia está conformada por Yesica Patiachi, Hna. Carmelita Conceição e Mons. David Martínez.

Estimados hermanos y hermanas, un saludo fraterno a todos los que conformamos esta Red Eclesial Panamazónica, REPAM.

A los que componemos la nueva Presidencia, juntamente con mi persona los vicepresidentes Mons. David Martínez de Aguirre, Hna. Carmelita de Lima Conceição y Sra. Jesica Patiachi.

A mi antecesor en esta Presidencia y amigo de camino desde la fundación de la REPAM, el Cardenal Pedro Barreto, trabajador infatigable en favor de la Amazonía.

A la Secretaría General en Manaos: Hermano João Gutemberg, Rodrigo Fadul y demás miembros.

A cuantos en este día están conectados desde los países que conforman la REPAM: Brasil, Venezuela, Colombia, Bolivia, Perú, Ecuador, Guyana, Guyana Francesa y Surinam.

A cuantos conectados desde los diversos países y que internacionalmente comparten nuestro ideal común de defender la vida de nuestra Amazonia y de los pueblos que la habitamos.

Mi saludo especial a mi Vicariato de Puyo, donde sembramos la semilla de la REPAM, y a las instituciones fundantes: al CELAM presidida por Mons. Miguel Cabrejos; a la CLAR de los religiosos/as, presidida por la Hna. Liliana Franco; al SELACC – Cáritas presidida por Mons. José Luis Azuaje; a la Comisión Episcopal para la Amazonía, de la CNBB, de Brasil.

También saludo a cuantos en este camino de 8 años han dejado huella profunda con su testimonio y entrega generosa, como Mauricio López con quien compartimos los pasos de la primera etapa del camino.

Se hace camino al andar

Después de un serio discernimiento, nos han elegido presidente de esta Red para seguir sirviendo a la Iglesia en la Amazonía que amamos y en donde vivimos, igualmente a la Iglesia universal sin fronteras con la que hacemos camino sinodal.

Como humilde obrero en la viña del Seño, acepto este encargo consciente de que necesitamos el Espíritu que hoy guía nuestra Iglesia, la ayuda de mis hermanas y hermanos que conformamos la presidencia y la ayuda fraterna de todos ustedes que hoy nos escuchan.

Agradecimientos

Mi primer pensamiento es de agradecimiento al Dios providente de la vida, que con su ternura paternal y maternal nos da cada día el tiempo y la fuerza para realizar su proyecto, cuidar a su obra creadora, de la casa común para todos, y la defensa de los derechos vulnerados de los pueblos originarios de esta tierra amazónica.

Agradecer al que desde el cielo nos contempla, el Cardenal D. Claudio Humes, al que en este día recordamos a un mes de su pascua y partida al cielo. Cofundador de esta Red, que, como pastor apasionado por la misión en la cuenca amazónica, fue tejiendo sin descanso, articulando con creatividad y espíritu profético en favor de los pobres, construyendo puentes de colaboración y abriendo nuevos caminos de evangelización, defendiendo una ecología integral como respuesta al gran desafío de nuestro planeta tierra.

Encuentro de REPAM con representantes de pueblos indígenas de la Amazonía en 2016

Agradecer al cardenal Pedro Barreto, a quien reconocemos como fundador de la REPAM, quien siempre me ha recordado que la REPAM empezó en Puyo, en aquella Asamblea General celebrada en 2013.

Agradecer al Papa Francisco, impulsor de este camino renovador en la Iglesia, que supo ver en la REPAM el instrumento providencial suscitado por el Espíritu para llevar adelante este proyecto sinodal para la Iglesia Universal. Él lo hizo convocando el Sínodo, para ser la luz venida desde la periferia que ilumina el centro. Ello hizo posible el acontecimiento inédito que es referencia para toda la Iglesia, el Kairós como oportunidad divina, con un horizonte común y guiados por el mismo Espíritu. Avanzamos remando juntos en la misma barca hacia aguas más profundas, leyendo los signos de los tiempos para responder a los desafíos presentes de nuestra realidad.

Desafíos de la Red

Quiero hoy compartir con ustedes los desafíos que pienso que debemos trabajar. En la vida humana los desafíos son parte del camino para crecer. La respuesta a todo desafío es el amor, un amor que se desborda, como es el amor de Dios en su misericordia, la cual debemos imitar y vivir.

Saber escuchar y contemplar

Estamos en un mundo en que nos cuesta contemplar. Si contemplar es más que ver y escuchar es más que oír y pensar es más que razonar, nuestro primer desafío, es saber contemplar y escuchar, afinar nuestro oído a las voces que suenan con fuerza a nuestro alrededor reclamando ser escuchados.

El derecho a ser escuchados es, sin duda, una necesidad cada día más urgente en medio de nuestro mundo que tantas veces se hace el sordo o se vuelve indiferente ante las voces de los que sufren y ven vulnerados sus derechos.

Sepamos escuchar en la realidad que vivimos, la escucha es no solo un derecho sino la mejor medicina en la búsqueda de soluciones a una convivencia cada día más necesaria de respeto y armonía. La Iglesia no es ajena a los gritos de la Amazonia ni de los pueblos que en ella vivimos.

Contemplar es más que mirar. Saber Contemplar juntamente con la escucha es un desafío que continuamente debemos practicar y aprender. Contemplar va más allá que mirar; es cuestionarse: ¿qué nos enseña lo que vemos? Es preguntarnos: ¿qué nos dice a nuestra vida y a nuestro pensar?

La selva con su flora o su fauna no está solo para mirar la belleza de una vida exuberante que capta nuestra mirada. Contemplar la selva es contemplar la hermosura de la creación de Dios, para decir como Francisco: Laudato Si, oh mi Signore; preguntarse ¿para qué Dios creó esta maravilla natural? Profundizar en ese amor divino que crea y nos recrea para que sepamos que todo lo creado por Él tiene una finalidad en el equilibrio planetario que necesita nuestra casa común.

Es acercarse a esa naturaleza que como maestra nos enseña cada día, en el árbol y en el río, en las aves y las flores, toda una lección de armonía. Donde, como nos dice Laudato Si, “todo está interconectado”.  El mundo necesita armonía, humanizar nuestra sociedad, donde todos nos necesitamos, nuestra tierra necesita de nuestro cuidado y nosotros necesitamos de esta tierra.

Razonar con la cabeza y con el corazón

El escuchar y el contemplar nos debe llevar a pensar que más allá de razonar solo con la cabeza, también hay que hacerlo con el corazón. Nos lleva al actuar como el buen samaritano, que no se contentó con mirar al que estaba caído en el camino, sino que al contemplar lo que ve, actúa, se compadece y se solidariza con el necesitado.

Dejemos que el corazón y el sentimiento se trasforme en caridad y amor a esta tierra, nuestro hogar. Ese amor nos llevará a un actuar diferente del que solo se deja llevar por la codicia de acumular riquezas, de aquel que ve la Amazonia como una despensa inagotable donde extraer para sí, sin pensar en las consecuencias negativas para los demás. El amor a la selva nos lleva a defender la vida de esta tierra, regalo de Dios para el mundo.

Identidad de la REPAM

La REPAM nació como red para ser ese cauce de vida, articulando todos esos aportes solidarios que, llegados de diferentes mentes y corazones, y se trasforma en fuerza y fortaleza para luchar por la justicia y la vida de nuestra casa común.

Defender la identidad de esta red se convierte en desafío permanente para seguir caminando juntos, por el camino sinodal de un pueblo que camina unido, con un horizonte común y movidos por un mismo espíritu.

Comunión e integración

Otro desafío será fortalecer la comunión e integración como Iglesia a nuestras Conferencias Episcopales de nuestros países amazónicos en una causa común. En ese espacio teológico, que es cuidar la creación de Dios, donde nuestras preocupaciones como Iglesia va más allá de las ideas y buenos deseos.

Para apostar por abrir nuevos caminos de evangelización y construir una pastoral de conjunto en la que la naciente institución CEAMA (Conferencia Eclesial de la Amazonía), fruto de nuestro Sínodo Amazónico, hermana eclesial con la que haremos camino compartido para responder a los desafíos pastorales de nuestras jóvenes comunidades que necesitan la vida en plenitud.

Seguir soñando juntos

Otro desafío será seguir soñando, como nos pide nuestro Papa Francisco en su exhortación de Querida Amazonia. Soñar juntos con una Iglesia con rostro amazónica, inculturada y encarnada. Soñar con una Iglesia donde los pobres sean escuchados en sus justos reclamos. Soñar con una ecología integral vivida como respuesta urgente para el equilibrio climático.

Devolver a las comunidades, en sus territorios, la riqueza del Documento Final del Sínodo Amazónico y la exhortación del Papa “Querida Amazonía”.

Protagonismo de las mujeres

No podemos olvidar el protagonismo de las mujeres líderes en nuestra Amazonía, a nivel social y a nivel pastoral en la Iglesia. Agradecer la vicepresidencia de las mujeres en nuestra REPAM y continuar fortaleciendo y valorando su servicio eclesial, que con su creatividad e intuición cooperan en la renovación de una Iglesia más misionera, fraterna y sinodal.

En sinodalidad

La Iglesia Católica, convocada por el Papa Francisco, se prepara para un acontecimiento trascendental para la vida de la Iglesia como pueblo de Dios: un Sínodo sobre la Sinodalidad. La REPAM, en el Sínodo Amazónico, ha sido y es ejemplo y referente de una metodología sinodal.

Sínodo Amazónico – octubre 2019

Seguiremos colaborando y sembrando para cosechar los frutos que Dios desea. Guiados por el Espíritu y siendo dóciles a su inspiración, seamos eficaz instrumento eclesial. Todo ello acompañado de una mística y espiritualidad, donde se sustente nuestro trabajo. Que María, Reina de la Amazonía, como Madre, nos acompañe en nuestro caminar en esta nueva etapa que iniciamos con el Plan pastoral de la REPAM 2022-2024.

Muchas gracias a todos los hermanos y hermanas, hijos de un mismo Padre común que nos ama y quiere que, como pueblo de Dios, seamos testigos de su amor a la creación.