Mons. Robert Flock se encuentra de visita en la Arquidiócesis de Salzburgo – Alemania. La mañana de este 8 de enero, presidió la Santa Misa y predicó en Abtenau. Al comenzar su Homilía expreso su alegría y privilegio de compartir la Eucaristía de la Solemnidad del Bautismo del Señor en el contexto de la Celebración de cincuenta y cinco años de relación de Hermandad.
Por Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra
Para abordar el tema de la Iglesia Sinodal, Mons. Flock compartió sus experiencias en 3 sínodos. La primera participación se realizó en Estados Unidos y recuerda que aplicamos las enseñanzas del Concilio Vaticano II. Su segunda participación fue en el Sínodo de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra en el que se promovió la mayor participación posible de los laicos y sobre su tercera participación que fue en el sínodo panamazónico en el que se trabajó la idea de Caminar Juntos como Iglesia y el cuidado de la naturaleza.
En ese contexto, Mons. Flock quiso transmitir su preocupación en el sentido de que el 30% de la Amazonía ha sido deforestada y remarcó el hecho de que en San Ignacio y toda Bolivia, los lagos y acuíferos se están secando. Asimismo dijo que no solo hay daño ecológico sino hay gran perjuicio a los pueblos originarios por las migraciones y avasallamientos de territorios, reservas forestales y predios privados
Solemnidad del Bautizo del Señor 8 de enero de 2023
Pfarrkirche Abtenau. Heiligen Blasius Von Sebaste
Es una alegría y privilegio compartir la Eucaristía de la Solemnidad del Bautismo del Señor.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo.
Es una alegría y un privilegio compartir con ustedes la Eucaristía en esta Solemnidad del Bautismo del Señor. De antemano quiero felicitarles por su fiesta patronal el próximo 3 de febrero. Según he podido captar por Wikipedia, hubo una Iglesia católica aquí por lo menos desde el año mil ciento noventa y uno, y que fue dedicado a San Blas en mil cuatrocientos once. Significa siglos de convivir en esta comunidad como cristianos católicos, compartiendo la fe que nos hace hermanos.
Celebramos cincuenta y cinco años de relación de Hermandad.
Como ustedes saben. estamos aquí precisamente por la Hermandad que compartimos entre la Diócesis de San Ignacio de Velasco y la Arquidiócesis de Salzburgo; hay otros dos en esta experiencia de Weltkirche: la Diócesis de Daegu en Corea y la de Ikela-Bokungo en el Congo. Además de celebrar cincuenta y cinco años de esta relación, estamos compartiendo desde las respectivas Iglesias nuestra perspectiva sobre el tema de la Sinodalidad y también sobre las preocupaciones ecológicas, recordando la Encíclica del Papa Francisco “Laudato si”. Comparto con ustedes un poquito sobre ambos temas.
Ya desde el inicio del año pasado, Mons. Franz Lackner había indicado que quería compartir las experiencias sobre la sinodalidad, ya con la visita a San Ignacio de una delegación de Salzburgo, que se realizó en el pasado mes de Julio. La verdad es que nosotros no habíamos hecho nada en San Ignacio sobre el Sínodo de la Sinodalidad, así que, para no quedar mal frente a ustedes de Salzburgo, yo me senté y escribí una carta pastoral para poner mi Diócesis en sintonía, contando mis propias experiencias de los tres sínodos en que he participado.
En mi participación del primer sínodo aplicamos las enseñanzas del Concilio Vaticano II
La primera fue en los Estados Unidos antes de salir como misionero a Bolivia, en el año mil novecientos ochenta y seis. Era un Sínodo Diocesano y nuestra tarea consistía en aplicar las enseñanzas del Concilio Vaticano II a nuestra Diócesis (La Crosse, Wisconsin). El trabajo era netamente académico por grupos especializados, duró quizás medio año, concluyó con una asamblea sinodal, y la promulgación de las nuevas normas diocesanas. No creo muchos de los fieles laicos sabían del proceso, pues no fueron consultados sobre los temas.
En mi participación del segundo sínodo promovimos la mayor participación posible de los laicos
Mi segunda experiencia fue totalmente diferente. Durante cinco años (1999 -2003) trabajé como secretario ejecutivo para un Sínodo de la Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra. Promovimos la mayor participación posible de los laicos, dedicando un año entero al tema: “Qué es un Sínodo”. El segundo año fue sobre la Iglesia en la base, es decir en las capillas y comunidades que en su conjunto conforman las parroquias. El tercer año fue sobre la vida y organización parroquial, y el último año tocamos las estructuras y servicios Arquidiocesanos.
Quisimos promover el mínimo necesario de normas, pero el máximo posible de vida, renovando la Arquidiócesis como Iglesia misionera, comunitaria y servicial, y logramos mucho en este sentido. Resolvemos todos los puntos con grandes consensos menos un conflicto entre colegios y parroquias sobre la preparación de los Sacramentos de Primera Comunión y Confirmación, que fue resuelto después.
En mi participación del tercer sínodo la idea es Caminar Juntos como Iglesia
Mi tercera experiencia fue el Sínodo Pan Amazónico hace tres años, que forma parte del Sínodo de los Obispos, que el Papa Francisco quiere renovar mediante el Sínodo de la Sinodalidad. La idea, cono dice el Santo Padre, es sencilla: Caminar juntos como Iglesia. Pero la realización no es sencilla, pues hay divisiones sobre cuestiones de autoridad, atención pastoral, liturgia, etc., que amenazan provocar nuevos cismas en la Iglesia como aquellos de la Reforma Protestante. El desafío es lograr un discernimiento comunitario de la voluntad divina que nos autoriza decir que nuestras decisiones son del Espíritu Santo.
El 30% de la Amazonía ha sido deforestada, en San Ignacio y toda Bolivia, los lagos y acuíferos se están secando
El Sínodo Pan Amazónico tocó el mismo tema que la Encíclica “Laudato Sí”, enfocando la realidad de este pulmón planetario, que actualmente sufre una progresiva destrucción. Treinta por ciento de la Amazonía ha sido deforestada en los últimos cincuenta años, provocando efectos quizás irreversibles. En San Ignacio y toda Bolivia los lagos y acuíferos están secando.
No solo hay daño ecológico sino hay gran perjuicio a los pueblos originarios por las migraciones y avasallamientos de territorios, reservas forestales y predios privados
La preparación de este Sínodo de Obispos incluyó mucha participación de las bases. Me llama la atención que no se trata solo del daño ecológico, sino el gran perjuicio a los pueblos originarios. Lo vivimos en la “Chiquitania” por migraciones del interior y avasallamientos de territorios indígenas, reservas forestales y predios privados.
Para muchos, incluso para Jesús, Juan era un profeta enviado por Dios, para otros era un estorbo
Aquel día en que Jesús fue bautizado por Juan en el Jordán, hubo una pequeña diferencia do opinión entre Juan y Jesús. Al mismo tiempo, mientras mucha gente, incluso Jesús, consideraban a Juan como un verdadero profeta enviado por Dios, para otros era un gran estorbo. No ayudaba que llamara “raza de víboras” a los fariseos y saduceos. Lo eran, precisamente, por no discernir la voluntad de Dios, mucho menos cumplirla. En cambio, Jesús es presentado por Dios Padre en su bautismo como “mi Hijo Amado en quien tengo toda mi predilección”, porque su pan de cada día es cumplir la voluntad del Padre.
¿Cómo será discernir el caminar de una Iglesia que comprende más de mil millones de bautizados?
Si entre Juan Bautista y Jesús había una duda sobre quien debe bautizar al otro, ¿cómo será discernir el caminar de una Iglesia que comprende más de mil millones de bautizados, y que quiere restaurar la comunión con los demás cristianos, siendo todos nosotros pecadores? Significa que tenemos que aprender a mejor escuchar unos a otros, y sobre todo escuchar a Dios, que generalmente no habla con una voz desde el cielo como ese día cuando Jesús fue bautizado. Nuestra Hermandad entre Iglesias es parte de este esfuerzo. Aunque vivimos la misión de la Iglesia en lugares y situaciones muy diferentes, somos llamados a caminar juntos, a la luz del Señor. Que Dios bendiga nuestras Iglesias y nuestra hermandad.
Fuente: Arquidiócesis de Santa Cruz de la Sierra