Misioneros indígenas evangelizando a los propios indígenas. La Misión Ticuna que tuvo lugar del 9 al 27 de enero de 2023 en la comunidad Mari-Mari de la Parroquia de Tonantins y en la comunidad Patiá de la Parroquia de Santo Antônio do Iça, en la Diócesis de Alto Solimões, podría resumirse en esta frase.
Por Luis Miguel Modino
Estamos ante un ejemplo más de lo que nació del Sínodo para la Amazonia, el protagonismo indígena en los procesos de evangelización. El trabajo realizado por los 7 misioneros y misioneras del pueblo Ticuna, provenientes de las comunidades de Belém do Solimões, Vendaval, Piraña y Nupune, durante casi tres semanas, muestra su entrega y compromiso con el Reino de Dios.
La misión, coordinada por el diácono Antelmo Pereira Ângelo, primer diácono permanente del pueblo Ticuna, que estuvo acompañado por su esposa Lucinda, es uno de los compromisos asumidos por este pueblo en el III Encuentro General Diocesano de la Pastoral Ticuna, que tuvo lugar del 4 al 8 de enero de 2023, en la Parroquia de San Francisco de Asís, Belém do Solimões, buscando avanzar en una evangelización intercultural, en hacer realidad una Iglesia con rostro amazónico y rostro indígena.
En ese encuentro, durante cinco días de intenso trabajo, los participantes trabajaron en grupos y recibieron formación en torno a los cuatro pilares que sustentan las Orientaciones para la Acción Evangelizadora de la Iglesia en Brasil: Palabra, Pan, Caridad y Acción Misionera.
Formación teórica y práctica
A lo largo del tiempo de la misión, hubo formación teórica y práctica sobre la Palabra de Dios, la Catequesis, el Diezmo, la Celebración Dominical de la Palabra, la Vocación, elemento que cobra especial importancia en este momento en que la Iglesia de Brasil celebra el III Año Vocacional, la Ecología, que hace realidad un mayor compromiso con el cuidado de nuestra Casa Común, y la sobriedad, importante lucha contra las amenazas del alcoholismo y las drogas.
Según los misioneros, todo fue muy bien recibido por las comunidades, desde los niños hasta los ancianos. Una acogida que tiene mucho que ver con el hecho de que se trata de una labor misionera realizada en lengua Ticuna y a la manera Ticuna, teniendo en cuenta su propia cultura y cosmovisiones.
Todo ello se manifestó en las oraciones, en las dinámicas, en la limpieza en común, en el compartir la comida, ayudando así a superar los retos de los largos viajes en motor peque-peque, con lluvias torrenciales y sol abrasador. Pero siempre con la alegría presente en la vida de cada misionero, nacida del Amor de Dios y del pueblo.
Fuente: ADN Celam