Desde hace 6 meses realiza su voluntariado en la triple frontera que es el sitio amazónico donde se encuentra la línea divisoria de: Brasil, Colombia y Perú. Ella es Lorena Pérez, una ecuatoriana laica, que decidió ser voluntaria en esa zona y lo hace con el Proyecto Panamazonico de la CPAL
Desde hace algunos años sintió el deseo de acompañar y apoyar una de las obras que tiene la Compañía de Jesús, y esa aspiración llegó en julio de 2016, cuando empezó su proceso de voluntariado y se trasladó a vivir junto a las comunidades de las tres fronteras, dice Lorena quien recuerda que su permanencia en ese lugar de la pan amazonia será de un año.
Su formación no tiene nada que ver con alguna labor o trabajo social, al contrario ella es una administradora de empresas y que creyó que podía hacer algo más allá de su profesión. Pertenece a la Comunidad Cristiana, CVX, laicos con espiritualidad ignaciana que viven los Jesuitas y la compañía de Jesús en el mundo.
Escogió la Amazonia porque es una zona frágil del continente americano y que ahora está vista por todo el mundo a partir de la Encíclica Laudato Si, la importancia del cuidado del medio ambiente y la casa común.
Entre las acciones que realiza dentro de su voluntariado son: transmitir la fe desde la formación cristiana, pretende tener el encuentro con ese dios amor que puede trasformar la vida de las personas y la del mundo. La labor concreta que ella desempeña es de carácter pastoral con las comunidades indígenas ribereñas de la triple frontera. Al inicio de su labor le costó ganarse la confianza de la gente, pues ella era extraña para la comunidad y poco a poco se adentró en la vida cotidiana y sus necesidades.
Vive en Leticia que es la capital del departamento del Amazonas en Colombia y se moviliza entre las ciudades de Tabatinga (Brasil) y Santa Rosa de Yavarí (Perú).
Transcurre el diálogo y al ser consultada sobre la situación ambiental en la zona, menciona la presencia de una contaminación en dos niveles: primero la mega contaminación a través de la explotación petrolera y minera, pues los residuos de la explotación, los troncos de los árboles talados desembocan en el río, así como los desechos plásticos.
En la triple frontera hay etnias como los: Tikunas, kukamas, Yaguas, Uitotos y cada una vive al ritmo de la canoa.