El arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo, ha emitido el ‘Edicto de Introducción de la Causa de Beatificación y Canonización del Siervo de Dios Luigi Bolla (1932-2013). El misionero salesiano entregó su vida al pueblo Achuar en la frontera amazónica entre Perú y Ecuador.
Por Querida Amazonía Perú
Yánkuam’ Jintia, nombre que el pueblo Achuar dio al hombre que caminó día y noche junto a él durante décadas, está un paso más cerca de la beatificación. Se trata del conocido y recordado padre Luigi (Luis) Bolla, misionero salesiano que evangelizó y defendió, soportando duras condiciones de vida, a los hermanos achuar localizados en la frontera entre Perú y Ecuador, a varios días de viaje de Yurimaguas, la ciudad de referencia más cercana.
Luego de que su congregación, de la que siempre se sintió uno más a pesar de, durante años, vivir sin estar integrado en ninguna comunidad religiosa por estar al servicio de su pueblo achuar, presentase la introducción de la causa de beatificación y canonización de este Siervo de Dios, ahora desde el Arzobispado de Lima esta solicitud ha sido aprobada y se abre el proceso respectivo. Así se ha comunicado desde la mencionada institución a través de un edicto que lleva la rúbrica del arzobispo de Lima, Mons. Carlos Castillo.
“Se invita a todos los fieles a proporcionar información y documentos útiles (cartas, escritos, etc.) referentes a la causa, para presentarlos al tribunal diocesano en la curia diocesana, en Jr. Chancay 282 – Cercado de Lima”, se lee en su portal web, así como en dicho edito que será informado “durante dos meses en la Catedral de Lima y se comunicará al Vicariato Apostólico de Yurimaguas (Perú), al Vicariato Apostólico de Méndez (Ecuador), y a la Diócesis de Vicenza (Italia)”.
Esta noticia provoca gran alegría no solo entre los miembros de la Sociedad de San Francisco de Sales (salesianos), sino también en todo el Vicariato de Yurimaguas y la Iglesia Amazónica pues el padre Luigi Bolla fue un gran ejemplo misionero que con su testimonio de vida, único y prolífico, inspira los nuevos caminos de la Iglesia sinodal, en salida e intercultural que solicita el Papa Francisco.