La Comisión Episcopal Especial de Lucha contra la Trata de Personas (CEPEETH) de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) lanzó el lunes 18 de abril una nota de repudio a la violencia contra el pueblo yanomami.
Por Luis Miguel Modino
La nota, firmada por el presidente de la CEPEETH, Mons. Evaristo Spengler, «se dirige a la opinión pública para expresar, con vehemencia, su indignación y repudio por la violencia sufrida por el pueblo yanomami, especialmente por la invasión de la minería en su territorio, la violencia sexual contra las mujeres y las niñas y el total abandono del gobierno».
La declaración se basa en el informe «Yanomami Under Attack: Illegal Mining in the Yanomami Indigenous Territory and Proposals to Combat it» (Minería ilegal en el territorio indígena yanomami y propuestas para combatirla), publicado el 11 de abril por la Hutukara Asociación Yanomami, que «denuncia la dramática realidad en la que viven las comunidades yanomami del Amazonas y Roraima«.
Ataques criminales contra las comunidades yanomami
La minería «creció un 46% en las reservas indígenas en 2021», denuncia la nota, y también que «las cifras de ataques criminales contra las comunidades yanomami son alarmantes y desesperantes«. La situación es tan grave que se han denunciado «violencias sexuales y violaciones sufridas por adolescentes y mujeres yanomami, perpetradas por mineros invasores que realizan actividades delictivas de extracción de oro».
A ello se suman las consecuencias de la contaminación por mercurio, «que afecta a la salud de los ríos y los bosques y a las poblaciones que viven en ellos». Esto lleva a CEPEETH a afirmar que «el pueblo yanomami está amenazado, violado y en gran vulnerabilidad bajo condiciones de vida precarias, hambre, desnutrición y sujeto a adquirir enfermedades endémicas, infecciosas y contagiosas como la malaria, entre otras”.
Inoperancia del gobierno federal brasileño
El informe también señala los efectos de la Covid-19 para los pueblos indígenas, denunciando que «todo esto es fruto de la inoperancia del Estado brasileño, en particular del gobierno federal, que viene desarrollando explícitamente acciones para expulsar a los pueblos y comunidades de sus tierras tradicionales; sobre todo otorgando títulos de propiedad a quienes se apoderan de las tierras públicas, especialmente donde se encuentran los pueblos indígenas, quilombolas, comunidades tradicionales y áreas ambientales».
La CEPEETH, «fiel a su compromiso místico-profético con los gritos de los pobres y de la tierra», muestra en la nota su solidaridad y compromiso con los líderes indígenas en la voz de Darío Kopenawa, quien exige un mayor compromiso del gobierno brasileño en el combate a la minería ante la violencia y vulnerabilidad que sufre el pueblo Yanomami. Por ello, la CEPEETH «repudia y denuncia con indignación toda forma de explotación y violencia, especialmente la violencia sexual contra las mujeres, las adolescentes y las niñas”.