“¡El Papa Benedicto XVI fue un fiel seguidor de Jesús! Hombre de Iglesia”, declaró el cardenal Leonardo Steiner poco después de la muerte del Papa elegido el 19 de abril de 2005.
Por Luis Miguel Modino
El arzobispo de Manaos recordó que, en el momento de su elección, el Papa Benedicto se presentó como «un simple y humilde trabajador en la viña del Señor», sintiéndose «consolado por el hecho de que el Señor sabe trabajar y actuar incluso con instrumentos insuficientes».
Un simple peregrino
En el momento de su renuncia, anunciada el 11 de febrero de 2013, «se despidió agradecido como un ‘simple peregrino que comienza la última etapa de su peregrinación en esta tierra‘, que ha concluido hoy», subrayó el cardenal Steiner.
De su vida como Papa, destacó que «las catequesis, los escritos permanecen como enseñanzas, como obras de inspiración teológica y catequética». El purpurado definió a Benedicto XVI como «¡el Papa del amor!«, recordando la Encíclica Deus caritas est, que «es uno de los textos que despiertan a la esencia de la vida humana, pero también de la fe. Trató de presentar los fundamentos de la fe, especialmente retomando el misterio de la Encarnación y la fe como encuentro».
Una persona afable
De los encuentros con el Papa Benedicto XVI, el arzobispo de Manaos destacó su afabilidad, que «permanece como signo de su personalidad, colegialidad y comunión». En una entrevista concedida a Radio Rio Mar, de la Archidiócesis de Manaos, recordó un encuentro con el difunto Papa durante su visita ad limina, cuando era obispo de la Prelatura de São Félix do Araguaia. En aquel momento, el cardenal Steiner dijo que le llamó la atención una pregunta relativa a los pueblos indígenas: «¿tienen suficiente tierra?».
Algo que después incluso comentó con Don Pedro Casaldáliga, «diciendo que él tiene una percepción, tiene una sensibilidad y sabe que la tierra para los pueblos indígenas es esencial, es la casa, es el lugar, es la vivienda, es la tierra, pero es más que tierra, es el lugar de vida, de encuentro». Por eso, el arzobispo de Manaos insistió en relación al Papa Benedicto XVI que «lejos de todas estas cuestiones, estuvo atento a cuestiones tan importantes para los pueblos indígenas como la cuestión de la tierra«.
Un Papa en una época muy difícil
Asimismo, el cardenal destacó que en su ministerio petrino «sirvió a la causa de la paz, del ecumenismo, de la dignidad de la persona humana, en fidelidad al Concilio Ecuménico Vaticano II». Un Papa que «vivió una época muy difícil, de acusaciones de pederastia, de abusos sexuales, y trató de dar pasos, tomó medidas, trató de abordar el tema de una manera muy digna. También fue él quien inició una profunda reforma dentro del Banco Vaticano, eran tiempos realmente muy exigentes para un hombre que era un intelectual». El cardeanl insistió en destacar que estamos ante la figura de «un gran Papa, estamos muy agradecidos a Dios por habernos dado a Benedicto XVI».
Tras su renuncia, «al darse cuenta de que ya no podía estar al frente de la Iglesia en el Ministerio Petrino», el arzobispo de Manaos afirmó que el Papa Benedicto XVI «continuó sirviendo a la Iglesia como Papa Emérito estando en comunión con el Papa Francisco, ofreciendo su vida por la Iglesia», subrayando que durante su tiempo como Papa Emérito «permaneció allí, como alguien fiel a la Iglesia, como alguien obediente al Papa Francisco, esa obediencia colegial, esa obediencia ministerial que expresó de manera tan hermosa».
Por último, el cardenal Steiner afirmó que «unidos al Papa Francisco, rezamos con gratitud por la vida y el ministerio de Benedicto XVI y para que sea acogido en el amor de la Santísima Trinidad», pidiendo que «participe de la gloria de la Vida, del Amor, de la Trinidad».
Fuente: ADN Celam