Uno de los llamados que hacen las organizaciones católicas internacionales es que las instituciones nacionales e internacionales así como la comunidad empresarial adopten políticas y comportamientos que promuevan los derechos humanos, la justicia social y el desarrollo sostenible.
Se reconoce ampliamente que el cambio climático puede hacer desaparecer décadas de esfuerzos de desarrollo. En consecuencia, no se trata de elegir entre desacelerar el cambio climático o luchar contra la pobreza y el hambre. Por el contrario, la acción para combatir el cambio climático es fundamental para erradicar la pobreza, el hambre y la desnutrición. Por tanto, estos procesos están estrechamente vinculados y su éxito es interdependiente.