En el ámbito del encuentro en el que se está gestando el Programa Universitario Amazónico, en el marco de la Pontificia Universidad del Ecuador, ha tenido lugar la Sesión de apertura de la Cátedra Universitaria Panamazónica: Cardenal Claudio Hummes, cuya figura ha sido presentada brevemente por Mauricio López, uno de los más estrechos colaboradores del purpurado brasileño en los últimos años, especialmente en todo el proceso del Sínodo para la Amazonía y todo lo que provocó ese Sínodo y sus consecuencias.
Por Luis Miguel Modino
Luis Liberman comenzó recordando lo vivido en su último encuentro con el cardenal Hummes, el 20 de junio de 2022, pocos días antes de morir. En aquel encuentro con quien definió como amigo, pastor y profeta, el purpurado insistió en la CEAMA y en la Universidad Amazónica. “Ahí donde había una necesidad estaba Don Claudio”, afirmó Liberman, de quien dijo que siempre vivió con esperanza, entendida como camino a recorrer, como compromiso con el prójimo.
El fundador del Instituto para el Diálogo y la Cultura del Encuentro, afirmó ver en Don Claudio un hombre de alegría, alguien que tuvo una voz fuerte en defensa de la Casa Común. Según Liberman “esta cátedra es un espacio inspirador, es un espacio que en todo caso nos va a permitir hacer germinar el legado de Don Claudio, el legado de una Iglesia latinoamericana que junto al Papa Francisco se atrevió a desafiar al poder real, que nunca se paró en una zona de conforto”.
El fundador del Instituto Universitario del Agua y Saneamiento dijo ver a Don Claudio como “alguien que nos enseñó a ser mejores, y ser mejor es entender al otro, entender al prójimo, es tender la mano, es darnos cuenta, es aprender a escuchar, es asumir que el futuro es nuestra responsabilidad”.
El aliado de los pueblos indígenas
Haber conocido a Don Claudio Hummes, alguien con “una luz que va más allá de todos los tiempos”, es visto por Patricia Gualinga como un privilegio. En su primer encuentro, le convenció que iba a haber cambios en la relación entre la Iglesia católica y los pueblos indígenas. Poco a poco fue descubriendo en el cardenal Hummes al amigo, al aliado de los pueblos indígenas, a alguien convencido de la defensa de la Amazonía, que sabía el rumbo a tomar.
Alguien abierto al cambio, dispuesto a encontrar a Cristo, a Dios en los pueblos indígenas, en la naturaleza, en sus luchas y rostros, es como veía la líder indígena ecuatoriana a quien fue presidente de la REPAM y la CEAMA, dispuesto a transformaciones profundas, con fuerza para generar cambios, algo que, según Patricia, consiguió. Por eso resaltó que el cardenal Hummes creyó en los pueblos indígenas, en su conocimiento, en el acompañamiento, en la escucha, en el tejer juntos.
El gran aporte que deja el cardenal Hummes, según Gualinga, “es esa transformación que tiene que venir desde la Amazonía, es esa lucha para conservar un ecosistema amazónico, es ese acompañamiento a los pueblos indígenas, es ese entender al diferente”. Finalmente, señalo que “para nosotros es un gusto haber podido tener esa presencia y esa luz, porque eso nos permite avanzar”.
El Francisco de la Amazonía
El cardenal Pedro Barreto, vicepresidente de la REPAM y la CEAMA en el tiempo en que Don Claudio fue su presidente, habló de la figura del purpurado brasileño desde tres puntos: el espíritu, la actitud y su acción pastoral. Desde su espiritualidad franciscana hizo su seguimiento de Jesús en la Iglesia mirando a Francisco de Asís, según el cardenal Barreto, resaltando como Don Claudio fue inspirador del nombre del actual Papa con aquella famosa frase, todavía en la Capilla Sixtina, “no te olvides de los pobres”. Para el purpurado peruano, “Don Claudio es el Francisco de la Amazonía”, viendo la nueva cátedra como un desafío.
Sobre sus actitudes, el cardenal Barreto destacó en Don Claudio su compromiso con la Amazonía, con una esperanza activa, alguien que animaba a caminar juntos, a consolidar el proceso de la CEAMA y de la REPAM. En ese sentido, Barreto dijo estar siguiendo los pasos de Don Claudio. En él también destacó su alegría, algo que le hacía cercano, alegría en el Señor. Otra actitud que resaltó fue el coraje, debilitado en su cuerpo, siendo emérito, el coraje para soñar nuevos caminos, como alguien que dejó el mejor vino para el final, alguien con una espiritualidad de prudencia y firmeza.
Conservación de ecosistemas y defensa de los pueblos originarios
El padre Luis Arriaga, también jesuita, centró así mismo su ponencia en tres puntos, comenzando por el fundamento de la defensa de los derechos humanos de los pueblos originarios desde la misión de la Iglesia; la urgencia y relevancia de esta defensa en el territorio amazónico; y algunas propuestas para la cátedra hoy presentada.
El presidente de AUSJAL, Asociación de Universidades Jesuitas en América Latina, partió de la dignidad de la persona como fundamento de la defensa de los derechos humanos, mostrando en que contextos eso debe ser llevado a cabo, algo que se hace claramente visible en los pueblos indígenas, llamando a trascender la mirada, desde las experiencias locales, para llegar a reivindicaciones contextualizadas.
El rector de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México insistió en la importancia de la Teología contextualizada, con un nuevo locus teológico, que nos desafía a encontrar a Jesús en todas las cosas y personas, y a ser constructores de su proyecto. Eso también en el territorio amazónico, teniendo en cuenta la realidad de los pueblos originarios, que habitan ecosistemas decisivos para la vida, gestionados con una mayor eficiencia. Desde ahí insistió en la necesaria conservación de estos ecosistemas y la defensa de los derechos colectivos de los pueblos originarios, como clave en la lucha por detener y revertir la crisis climática y de derechos.
Arriaga llamó a que las estrategias pongan siempre en el centro a las personas y su dignidad. Desde ahí hizo algunas propuestas, entre ellas, hacer del discurso y la praxis de los derechos humanos un punto de llegada; construir una mirada internacional e intercultural que les permita tener la capacidad de conectarse con los problemas globales y locales; construir lecturas, espacios y acciones de incidencia desde la complejidad; y proyectos de investigación que deriven en acciones concretas, estructurados desde una mirada de la inter y la transdisciplinariedad.
Fuente: CELAM