Berta Cáceres descansa en paz, luego de ser apagada su voz revolucionaria por los asesinos del ambiente, por los verdugos de la vida. Hoy la llora Honduras, lloran las culturas ancestrales de la América india, se indigna ante tu muerte todo el sur del continente. Todas las mujeres de la América mestiza sienten dolor por tu partida. También todos los hombres de buena voluntad sienten el dolor de tu ausencia. Pero estás PRESENTE, Berta indígena, Berta líder, Berta Mujer, Berta de la cultura Lenca.
Lloramos y nos indigna tu brutal asesinato: se le ha disparado a una mujer, a una madre, a una esposa, a una hija, a una activista que defendió el medio ambiente, se ha cegado la vida de quien defendió la vida y alimentó la esperanza.Berta comenzó desde muy joven a comprometerse con su pueblo y con la defensa del medio ambiente. Ella fue cofundadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras ( COPINH ), organización de base creada para luchar por los derechos del pueblo y los de la naturaleza.
Berta Cáceres encabezó el movimiento de oposición para detener la construcción de una represa hidroeléctrica que pudo haber acabado con las tierras de siembra de las comunidades nativas e impedido el acceso al agua potable y de riego. Su acción valerosa mereció el reconocimiento internacional al serle otorgado el Premio Goldman 2015, considerado el más importante galardón que se otorga a quienes se distinguen por su labor activista en pro del medio ambiente.
¿Por qué mataron a Berta? Porque dedicó su vida a defender la vida; porque su caminar por esta tierra estuvo dedicado a la defensa de los derechos humanos. Porque Berta estuvo siempre presente cuando se trató de defender nuestra Casa Común. La mataron los que detentan el poder económico porque ella no les tuvo miedo nunca.
Como reza el comunicado de la REPAM (Red Eclesial Pan Amazónica) y del MCMC (Movimiento Católico Mundial por el Clima) sobre su muerte, es todo el mundo el que hoy llora indignado por el asesinato de Berta. No es la primera y, desgraciadamente, no será la última defensora o defensor de la vida y de los pueblos nativos que muera violentamente. Es la vocación de mártires la que asiste a quienes están dispuestas/os a dar su vida por la Tierra y por los derechos de quienes la han habitado y aún no han sido “integrados al progreso”.
La voz de Berta gritaba claro que otro mundo es posible. En eso se mantuvo hasta el último aliento. Que esta semilla, dolorosamente sembrada, dé sus frutos y nazcan miles de Bertas, de Bertas valientes, de carne y hueso, de corazón libre y amoroso, de senos generosos para amamantar la esperanza y de vientre fértil para dar a luz una verdad que ilumina a todas y todos: Dios nos dio la Tierra, en abundancia, para ser repartida justamente, para ser cuidada y respetada por sus hijas e hijos.
Alzamos nuestras voces de protesta y conminamos a las autoridades hondureñas para que este crimen no quede en la impunidad y prevalezca la justicia.
Paz en tu tumba, Berta mujer, Berta líder, Berta madre, Berta Lenca, Berta hermana.
Texto completo del Comunicado de REPAM y MCMC.
Imagen vía laprensa.hn.