Este 22 de marzo, Día Mundial del Agua, inició la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023, que se prolongará hasta el 24 de marzo con el objetivo de “alcanzar metas y objetivos acordados internacionalmente sobre el agua”. Desde la sede de la ONU en Nueva York, compartimos los aportes, expectativas y esperanzas de los representantes de la Iglesia en América Latina y España.
Por Renato Martinez – Ciudad del Vaticano
“Una cuarta parte de la población mundial, 2.000 millones de personas, sólo tiene acceso a fuentes de agua inseguras. La mitad, 3.600 millones, vive sin un saneamiento adecuado”. Con estas alarmantes cifras se inauguró este 22 de marzo la Conferencia sobre el Agua en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York. El evento, que incluye tres días de iniciativas y diálogos hasta el viernes 24 de marzo, está coorganizado por Holanda y la República de Tayikistán, con el objetivo de crear “un impulso global para acelerar la implementación y el progreso en los retos del agua”.
La conferencia se celebra apenas dos días después de la presentación del Informe 2023 del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), un documento que, según destacó su presidente, Hoesung Lee, “subraya la urgencia de tomar medidas más ambiciosas y demuestra que, si actuamos ahora, aún podemos garantizar un futuro sostenible y habitable para todos”.
Luis Liberman: La cuestión del agua sigue siendo urgente
Por su parte, Luis Liberman, Rector del Instituto Universitario del Agua y el Saneamiento y Fundador del Instituto para el Diálogo Global y la Cultura del Encuentro (IDGCE), que participa en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua 2023, recordó que el primer encuentro sobre este tema se realizó en la ciudad de Mar del Plata, en 1977, y que deja la luz las necesidades de un mundo sediento de respuestas de necesidades con respecto del cumplimiento del derecho al agua.
“El derecho humano al agua fue legislado por Naciones Unidas en el año 2010, se ha articulado con las propuestas del 2015, de la agenda 2030 de objetivos de desarrollo sostenible, los acuerdos de la COP de París y el aporte magistral y ético del Papa Francisco en su encíclica Laudato si, no hacen más que testimoniar las necesidades de tres mil millones de personas que padecen problemas de agua y de saneamiento, de los 800 niños que mueren por día por enfermedades del agua y hablamos de un número que termina convirtiéndose en un número mítico puesto que objetivamente no existe entre las habilidades específicas sobre cómo afectan las enfermedades del agua a la mortalidad infantil en forma sistemática”.
Henry Ramírez Soler: Se necesita más espacio de participación
Asimismo, Henry Ramírez Soler, misionero claretiano que forma parte del equipo de Misioneros Claretiano ante Naciones Unidas, PROCLADE Internacional, quien participa en la Conferencia sobre el Agua señaló al inicio de este evento que, hay grandes expectativas, y que la participación de la Sociedad Civil es inmensa. Además, destacó la importancia de escuchar la voz de los pueblos originarios que son protectores del agua.
“Vemos que es necesario generar mucho más espacio de participación para que las comunidades participen, expresen sus situaciones en torno al agua, al derecho fundamental al agua. Muchas comunidades indígenas, campesinas, afrodescendientes, son protectores de fuentes de agua, es necesario que Naciones Unidas y los Estados miembros escuchen estás voces, si no escuchamos las voces de los que protegen el agua, la vida del planeta seguirá en riesgo. Desde Naciones Unidas seguiremos haciendo los esfuerzos para que la vida, la voz de las comunidades sea escuchada”.
Sonia Olea Ferreras: Luchar por el acceso al agua limpia
En la Conferencia de Naciones Unidas también participa Sonia Olea Ferreras, miembro del equipo de Incidencia Política de Cáritas Española y responsable de Incidencia Internacional de la REPAM, junto a otros representantes de varios espacios de la Iglesia que trabajan en la Amazonía como la CEAMA, la Conferencia Eclesial Amazónica, el Programa Universitario de la Amazonía y otras organizaciones de América Latina. Como REPAM y Cáritas han presentado las vulneraciones y las violaciones del derecho humano a un agua limpia en los ríos, en los afluentes del Amazonas, contaminadas por la minería tanto legal como ilegal y contaminada por los derrames de petróleo que siguen cada día sucediendo de manera imparable.
“Dada la necesidad de producir ese líquido para ser utilizado en tantos países del mundo con la despreocupación de lo que supone de contaminación permanente y estructural para nuestra querida Amazonia. Y por otra parte también, como Cáritas Española llevamos ya desde antes de la pandemia, desde 2018, trabajando y luchando, haciendo reclamaciones jurídicas y también propuestas políticas desde la incidencia política para que las personas que el Estado español no tienen acceso a agua limpia la tengan en lugares urbanos, en lugares rurales, en asentamientos, en barrios, en cuevas, en una situación de calle, personas en una situación tremenda de indignidad. Y esta es nuestra presencia acá cómo Cáritas Española siempre cerca y siempre acompañando esas realidades”.
Mauricio López: Al servicio de los pueblos y comunidades
Por su parte, Mauricio López, Vicepresidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía y Director del Programa Universitario Amazónico, señaló que la delegación que ha llegado desde el territorio amazónico y que participa en la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Agua lo hace siguiendo “las invitaciones que el Papa Francisco nos hace para caminar hacia una sociedad justa, igualitaria, con una opción preferencial por los pueblos y por la amazonia. Estamos unidos en comunión al servicio de esta reforma de la Iglesia en la conversión del mundo y caminando juntos con los pueblos y comunidades”.
Diálogos interactivos
Paralelamente a las sesiones plenarias, la Conferencia contará con una serie de diálogos interactivos sobre los cinco temas principales acordados por los Estados miembros durante la Reunión Preparatoria del evento de octubre de 2022: Agua para la Salud; Agua para el Desarrollo Sostenible; Agua para el Clima, la Resiliencia y el Medio Ambiente; Agua para la Cooperación; y Decenio de Acción para el Agua. El primer día de la Conferencia, los delegados de los distintos Estados se centran en la igualdad de acceso al agua potable, el saneamiento y la higiene, y el papel del agua en el desarrollo económico y urbano sostenible.
Llegar a las zonas rurales
Este último tema se desprende del programa de seguimiento conjunto presentado por la OMS y Unicef, que abarca el periodo de 20 años 2000-2020. El informe señala que “ocho de cada diez personas sin servicios básicos de agua potable viven en zonas rurales, y aproximadamente la mitad de ellas en países menos desarrollados”. En este contexto, sin embargo, no faltan ejemplos de acciones concretas capaces de aportar innovaciones eficaces y duraderas en distintas partes del mundo. Entre ellas, las intervenciones en la región de Gilgit-Baltistán, en el norte de Pakistán. Gracias a una inversión multimillonaria del gobierno local con el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) de las Naciones Unidas, se puso en marcha un proyecto de construcción de 75 infraestructuras hídricas. Según el informe del FIDA, la construcción fue descrita por los agricultores locales como “un sueño para nuestros antepasados” y esencial para “la seguridad alimentaria de nuestro pueblo”. Fida Muhammad, responsable del programa del FIDA para Pakistán, señaló que los indígenas se ven obligados a trabajar en una zona “muy montañosa, en la que sólo el 2% de la tierra se considera cultivable”.
Fuente: Vatican News