Alabado Seas Dios de la belleza por la constancia de esa lluvia ligera que cae apenas perceptible a nuestros ojos; lluvia que trae vida acariciando todo lo creado con su presencia suave y serena. Gotas que progresivamente generan los pequeños hilos de agua que unidos a muchos más verán nacer los ríos. Ríos que al converger darán presencia tumultuosa al gran Amazonas que es fuente de vida en abundancia para todos y todas.
Danos Señor entrañas de comprensión del tejido fino de la vida, desde lo más pequeño y simple, y hasta tu magnífico cosmos, en donde has colocado al ser humano en un sitio privilegiado con capacidad de crear y recrear vida, siendo humilde colaborador contigo, aun cuando tantas veces fallamos ante este designio.
Alabado Seas Señor, por lo delicados trazos de tu creación en los que se expresa la asombrosa conexión de todas y cada una de las cosas creadas sobre la faz de la tierra. Que nuestros latidos se unan al flujo de vida que brota, suena y resuena sin parar en cada partícula que Te revela y que expresa Tu misterio de amor donado en totalidad.
Y con los pueblos de esta Amazonía, Oh Señor de la encarnación, Jesús de la entrega hasta la muerte trágica por las injusticias de ayer y hoy, y Cristo de la certeza de la nueva vida en la incontenible resurrección, que sepamos reconocer Tu verdad en la diversidad de cada cultura en aquellas tierras. Que sepamos discernir la verdad de tu llamado en la voz y en la vida de los pueblos y comunidades que viven en relación armónica con la tierra, con los otros, y con la fuerza divina.
A través de la vida humilde, pero radicalmente entregada a Ti, de San Francisco de Asís, te pedimos que nos guíes por la verdad para encontrar nuevos caminos para la Iglesia y para una Ecología Integral en esta Amazonía. Nos consagramos a Ti, en este Sínodo, para discernir Tu sueño maravilloso para tantos hijos e hijas que viven ahí. Que te reconozcamos resucitado y resucitando en las esperanzas y luchas cotidianas de sus vidas, en su sabiduría, y en su anhelo del Reino a través del Señor Jesús.
!LAUDATO SI!
Mauricio López Oropeza