Reflexionar sobre un reto que puede considerarse de gran importancia para los pueblos y la Iglesia en la Amazonía: amazonizarse. Ayudar a asumir esta actitud ha sido el propósito de diferentes organizaciones eclesiales y sociales durante el último año.
Por Luis Miguel Modino – prensa CELAM
Con el deseo de “sensibilizar a la opinión pública brasileña e internacional sobre los peligros a los que está expuesta la Vida en la Amazonía, su territorio y sus poblaciones“, la REPAM-Brasil preparó un conversatorio para ayudar a reflexionar sobre esta realidad, mostrando “la gravedad de la situación a la que se enfrentan los pueblos en la Amazonía, agravada por la pandemia del Covid-19“.
Amazonizar es una palabra que se utilizó por primera vez en 1986, cuando el obispo de Río Branco, en Acre, Mons. Moacyr Grechi, utilizó el término en una carta pastoral: “Convocó al pueblo a asumir la causa de la Amazonía y la defensa de sus pueblos“. El Sínodo por la Amazonía popularizó la palabra y la campaña la retomó como eje, haciendo “un llamamiento a todas las personas para que se amazonicen“, algo que continúa.
Explotación sin límites que pone en riesgo la vida
El material preparado por la REPAM-Brasil comienza acogiendo, invitando a la oración y recordando la vida. El texto recuerda que “la Amazonía y sus pueblos son continuamente objeto de prácticas de explotación sin límites que ponen en riesgo toda la vida en ese territorio“. De ahí que insista en la urgencia de “acciones solidarias para garantizar la existencia de los pueblos originarios y las comunidades tradicionales“, informando de las acciones que están “desarrollando la Iglesia, las organizaciones populares y los movimientos sociales“.
Amazonizar debe llevar a “reconocer las luchas y resistencias de los Pueblos de la Amazonía que se enfrentan a más de 500 años de colonización y proyectos de desarrollo basados en la explotación desenfrenada“, informa el texto. Pero también es “el despertar de todos los pueblos en defensa de la Amazonía, de su bioma y de sus pueblos amenazados en sus territorios“. “Amazonizar también significa llevar al mundo el sentido, sensibilidad, contemplación y compromiso con la obra de creación“.
Situaciones de muerte en la Amazonía
Comprometerse a reconocer las violaciones de los derechos de los pueblos y del medio ambiente es amazonizar, frente a diferentes situaciones: Los incendios y la deforestación, un número que no hace más que aumentar cada año, como muestran los testimonios que aparecen en el texto; la búsqueda de oro y la minería en tierras indígenas, que aumentan las enfermedades, llevando a la muerte, como ocurre con los yanomami en Roraima, con los munduruku en Pará; los conflictos por la tierra, que en 2020 tuvieron el mayor número desde 1985; la criminalización y las amenazas a los líderes; los indígenas en la ciudad, a los que se les niegan los derechos fundamentales.
El guión ofrece una palabra de vida y luz frente a la realidad y “señala horizontes para vivir plenamente y comprometidos con nuestra casa común“. Para ello, recuerda los sueños del Papa Francisco en Querida Amazonía, pero también las reflexiones que surgen de los pueblos y culturas de la Amazonia, haciendo un llamamiento a asombrarse y a cuestionarse.
Como dice la oración final: “Es hora de que pongamos todo este equipaje en nuestra canoa y naveguemos por las aguas de nuestro inmenso Brasil. Es el momento de contribuir para que todo el mundo sea consciente de la importancia de la Amazonía y sus pueblos. ¡Es hora de Amazonizar el mundo!”