Mauricio López Oropeza, Secretario Ejecutivo de la Red Eclesial Pan Amazónica, hace un balance de los logros alcanzados en la pasada COP21, celebrada entre el 1 y 10 de diciembre de este año. También hace referencia a los retos pendientes. La Cumbre COP-21 ha sido considerada como la última oportunidad de la humanidad para evitar que la vida desaparezca en el planeta.
Mauricio López comienza su balance resaltando los aspectos positivos: fueron 195 países los firmantes del acuerdo y, por esta razón, podemos considerarlo como histórico; además, el Acuerdo recoge lo postergado en otras cumbres. El mantener por debajo de los dos grados centígrados la temperatura de la Tierra como punto de referencia es el alcance clave de este Acuerdo que es jurídicamente vinculante (obliga a ser cumplido por quienes lo han firmado). Al ser vinculante el Acuerdo, hay que estar pendientes de cómo asume cada país el compromiso firmado en París.
Otro logro importante alcanzado es el fondo de 100.000 millones de dólares destinados a los países en vías de desarrollo con el fin de que busquen e implementen nuevas fuentes de energía, diferentes a las que emplean recursos fósiles. Cada cinco años se revisará el cumplimiento del Acuerdo, con el fin de que este seguimiento garantice los compromisos firmados. Será la ciudadanía la que presione a sus respectivos gobiernos para que sean fieles a los compromisos adquiridos.
Con respecto a la Pan Amazonía, Mauricio considera que la estrategia fue ambiciosa y pertinente: aspirar a lo más alto, aunque la humanidad haya fracasado repetidamente en el intento de cumplir anteriores acuerdos ambientales adquiridos en anteriores Cumbres. La Amazonía, al igual que el resto de América Latina, tiene zonas muy vulnerables en el tema del calentamiento global.
Otro tema a destacar: a pesar de los intentos disuasivos de los países más desarrollados, quedó claro en la Cumbre que no hay dos crisis: la ecológica y la social. No, la crisis es una misma, la crisis es socio-ambiental y, desde esta perspectiva, se defenderán los Derechos Humanos de los menos favorecidos.
López destacó la presencia indígena en la COP-21, haciendo escuchar sus voces. REPAM los acompañó siempre. En otro sentido, la Iglesia, representada por el Cardenal Hummes, hizo entrega de más de 2 millones de firmas, siendo la mitad de ellas recogidas por el Movimiento Católico Mundial contra el Cambio Climático.
El resumen de Mauricio concluye dando una mirada a los países más poderosos y cómo se sintieron y actuaron en la Cumbre. En síntesis, el Secretario Ejecutivo de la REPAM considera que la Cumbre deja rasgos de esperanza, pero es importante que la ciudadanía comprenda que tiene que hacerse sentir en cada país, creando nuevas plataformas de seguimiento a los acuerdos emanados de la COP-21. Así lo hará la REPAM en los nueve países que integran la Red. La incidencia de la REPAM continuará, acompañando a las nacionalidades indígenas que moran la gran Selva.
Somos conscientes de la trascendencia de los Acuerdos firmados en la COP-21 y compartimos con regocijo ese ambiente de esperanza que surgió una vez concluida la Cumbre. Quiera Dios que esta vez sí podamos hacer algo por el cuidado de la Casa Común.