El segundo día del encuentro de los Pueblos Fronterizos en la vasta región Panamazónica concluyó en Cobija, la ciudad más poblada del departamento de Pando, en la Amazonía boliviana. El evento, impulsado por la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y motivado por organizaciones aliadas como el Consejo Indigenista Misionero (CIMI) y el Equipo de Apoyo a los Pueblos Indígenas Libres (EAPIL), ha sido un espacio crucial para el intercambio de experiencias y la identificación de los principales problemas que afectan a estas comunidades indígenas.
Por Óscar Tellez / REPAM
Ferney Pereira, sacerdote Ticuna de la triple frontera Brasil – Colombia – Perú destacó la importancia de visibilizar las problemáticas de los pueblos originarios en las fronteras. “Visibilizar nuestras problemáticas nos sirve para caminar juntos y plantear estrategias que ayuden a mitigar las dificultades”, afirmó. Este enfoque en la visibilidad es fundamental para fortalecer la lucha y resistencia de estos pueblos.
Fortalezas de los pueblos
Durante el encuentro, se han identificado fortalezas comunes entre los pueblos, tales como el territorio, el idioma, la espiritualidad, la resistencia, la producción respetuosa y responsable con el medio ambiente, la unión desde la diversidad, la salud indígena y la educación impartida por los sabios y sabias de las comunidades. Estas fortalezas son la base de su resistencia este sistema extractivo que cada vez es más voraz.
“Identificar nuestras fortalezas y los desafíos que enfrentamos cada día nos ha permitido pensar en trabajar y crear redes sólidas entre los pueblos, con el fin de tener un mayor impacto en los procesos que se llevan a cabo en cada territorio”, comentó Angélica, indígena kukama y representante de la triple frontera entre Brasil – Colombia – Perú. La creación de redes sólidas es esencial para la resiliencia y el empoderamiento de estas comunidades.
Angélica también resaltó que, ante el abandono estatal, cuentan con aliados estratégicos, como la Iglesia, que mantiene una presencia en lugares de difícil acceso. Se enfatizó la necesidad de visitar los territorios para conocer mejor la dura y dolorosa realidad de estas comunidades y así conectar de manera más profunda con sus luchas. La presencia de aliados es un pilar en la continua resistencia de estos pueblos.
Resiliencia indígena
Pese a los despojos y el racismo latente, la resistencia, persistencia y resiliencia de estos pueblos les han permitido seguir siendo fronteras vivas. Este encuentro ha servido también para hacer memoria de las muertes y la masacres que han sufrido y están sufriendo miembros de los pueblos indígenas amazónicos, hechos que no deben pasar desapercibidos, ya que la lucha y existencia son fundamentales para conservar el planeta en condiciones habitables. La perseverancia de estos pueblos frente a la adversidad es un testimonio de su inquebrantable espíritu de lucha y resistencia.
Los representantes de los pueblos indígenas y las organizaciones presentes han coincidido en que pese a las distancias existentes entre las fronteras y las diferencias que puedan tener los pueblos, las amenazas y problemáticas que tienen lugar en sus territorios son las mismas. El extractivismo desmedido de recursos genera una serie de violaciones a derechos fundamentales y que, tristemente, se convierten en el denominador común en los distintos territorios.
Del lado de los pueblos
Son organizaciones como la iglesia en sí misma, la REPAM, el CIMI, el EAPIL, las Cáritas, algunas organizaciones indígenas y los propios movimientos sociales pro-Amazonía quienes brindan la confianza a las poblaciones indígenas para motivar sus luchas, la reivindicación de sus derechos, la soberanía de sus territorios y el respeto a los derechos fundamentales. La reflexión del día evocó la vieja frase ‘’La unión hace la fuerza’’, dando a entender que el caminar juntos sigue más que vigente.