Este 24 de octubre, las instalaciones de la Oficina de Derechos Humanos y Medio Ambiente de la Merced, acogió a un gran número de lideres y lideresas Ashánincas- Yáneshas y Machiguengas provenientes de distintas comunidades de la Selva Central de la jurisdicción del Vicariato Apostólico de San Ramón- Perú, con el fin de reflexionar sobr la situación de los defensores de derechos humanos y las acciones que afectan a su territorio.
Este encuentro se organizó dentro del marco del FORO PERSONAS DEFENSORAS AMBIENTALES Y EL ACCESO A LA JUSTICIA organizado por la Corte de Justicia de la Selva Central, Caritas, Vicariato Apostólico y MISERIOR.
El encuentro sacó a flote los problemas de siempre y a los que tienen que enfrentar solas las comunidades: las invasiones, la tala y la quema de los bosques; siembra de hoja de coca para el narcotráfico y escasez de los recursos; las limitaciones al acceso al agua y el pago por el uso del mismo; la falta de la consulta previa y de titulación de sus tierras ancestrales; la persecución y asesinato de los defensores y defensoras; la inoperancia y la ausencia de los operadores de justicia.
“todo está conectado” y “nadie se salva solo”.
Muchos planes de desarrollo, mucha presión al territorio y a los recursos naturales para generar ingresos y traer el desarrollo, pero el problema de fondo no se ha resuelto: la pobreza.
Las comunidades están abandonadas a su suerte. El acceso a los recursos y a la tierra está vedado por un sistema de relaciones comerciales y de propiedad estructuralmente perverso. Tenemos que retomar el rumbo de la igualdad, de la justicia, de la equidad. Por más que se pretendan negar, esconder, disimular o relativizar, los signos del cambio climático están ahí, cada vez más patentes. “nadie se salva solo”, nos recuerda el Papa Francisco.
“Ahora no corremos. Lo corrieron a nuestros padres, a nuestros abuelos. Si nos vamos ¿A dónde vamos a ir? No hay terrenos. Muchos hacen denuncias, pero no hay resultados. El temor es grande. Hay una mafia grande detrás de todos estos problemas y chocan con la familia. Psicológicamente no se puede vivir, comentan los líderes sobre las invasiones.
La justicia tiene patas cortas.
La verdad es que, la alianza entre los funcionarios estatales y la corrupción, termina dejando afuera lo que no forme parte de sus intereses inmediatos. Hay demasiados intereses particulares y muy fácilmente el interés económico llega a prevalecer sobre el bien común. Así resonó en el evento este punto: “las invasiones, los desastres contra la naturaleza se realizan en zonas bien alejadas. Se denuncia, pero no hay nada”. Nos estamos adaptando a una sociedad que nos está imponiendo nuevas reglas. Somos buenos luchadores con nuestras flechas pero nos ganan con los juicios y papeles.
En el encuentro también estuvieron representantes, guardianes y guardianas de la Reserva Comunal Yanesha, una reserva que fue creada con el objetivo de proteger y conservar las cuencas, la flora y fauna de la región con el fin de reivindicar los antiguos territorios de los yaneshas que habitan la zona desde tiempos inmemoriales. Actualmente esta reserva ha sido invadida por colonos, quienes estarían talando, quemando y mal usando los recursos de la zona. “Nos dicen que somos ociosos. No saben que somos los protectores. Voy a defender esta reserva comunal con mi vida. Nuestros defensores han sido disparados. No hay muertos, solo un par de huequitos, dicen las autoridades. necesitan murtos para que investiguen”, nos comenta la líder.
EL FORO.
Por la tarde, el FORO PERSONAS DEFENSORAS AMBIENTALES Y EL ACCESO A LA JUSTICIA fue acogida por la presidenta de la de la Corte Suprema de Justicia de la Selva Central, Dra. Ana María López e inaugurada por el Obispo Monseñor Zerdin, ambos instaron a trabajar y unirse por la defensa del medio ambiente y los derechos humanos.
Este foro tuvo como ponentes representantes del Alto Comisionado de Naciones Unidas de Derechos Humanos del Perú, la Dirección General de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, el Vicariato de San Ramón y Cáritas.
Aunque los esfuerzos desplegados nos son suficientes para responder a todos estos gritos de dolor, indignación, abandono y violencia, quedó también a flote algunas buenas prácticas que se vienen implementando para la protección de nuestros defensares y defensoras como el protocolo de actuación Fiscal para la prevención e investigación de los delitos en agravio de personas defensoras de derechos humanos, creación de instancias especializadas en la investigación del delito contra las personas defensoras, unidades especializadas dentro de la policía y fiscalía, con los recursos, formación y protocolos de cooperación necesaria para investigar crímenes contra quienes defienden derechos humanos entre otros.
Desde REPAM, conscientes que, si no se controla el poder político nacional, regional, municipal, tampoco es posible un control de los daños ambientales. “tenemos una gran deuda: el saneamiento físico legal de los territorios comunales y el reconocimiento de la justicia ancestral”, sostiene Adda Chueca, coordinadora de la Oficina de Derechos Humanos y Medio Ambiente de la Merced. Nos sumamos a la deuda y a seguir remando.
Fuente: REPAM