-Encuentro estuvo marcado por el pedido de los pueblos indígenas de contar con una iglesia más presente en las periferias.
Del 31 de agosto al 2 de setiembre se desarrolló en Lima la Primera Asamblea Territorial camino al Sínodo para la Amazonía, que tendrá lugar en octubre del próximo año en Roma con la participación de los obispos de todo el mundo. En esta primera asamblea en el Perú participaron hombres y mujeres de los Vicariatos Apostólicos de Pucallpa, San Ramón y Puerto Maldonado, así como miembros de los pueblos originarios Asháninka, Harakbut, Huni Kuin o Cashinahua, Machiguenga, Nomatsiguenka, Shipibo-Konibo y Yanesha.
El programa se desarrolló en base al documento preparatoria del Sínodo -Amazonía, nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral-, que se presentó en junio de este año y que tiene una versión popular cuya elaboración estuvo a cargo de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), red que articula a la Iglesia en la Amazonía (en nueve países) y que tiene el encargo de Roma de llevar el proceso preparatorio al Sínodo desde el propio territorio amazónico. Se ha previsto así la realización de unas 45 asambleas territoriales en toda la Amazonía. En el caso del Perú, son tres las programadas, la segunda asamblea se desarrollará en la ciudad de Yurimaguas, del 18 al 20 de este mes, y la tercera en Iquitos, del 18 al 20 de octubre.
A continuación compartimos algunas imágenes de lo que fue el primer encuentro en la capital peruana.
David Martínez de Aguirre, obispo del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado: “Nosotros tenemos una gran responsabilidad desde nuestras iglesias, desde nuestros ríos, desde nuestros rincones, de construir iglesia y dejar que el espíritu nos ayude a aportar novedad a la iglesia universal que va a significar una renovación y una revitalización”.
Ismael Vega Díaz, director del Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP), institución fundada en 1974 por los obispos de la selva: “La Amazonía está viviendo una crisis profunda por una permanente intervención extractivista, por una intervención humana irracional donde predomina la cultura del descarte”.
Delio Siticonatzi, del pueblo Asháninka, profesor de NOPOKI, sede indígena de la Universidad Católica Sedes Sapientiae: “La Iglesia debe aprender a valorar las espiritualizadas de los pueblos amazónicos, debe aprender a valorar lo que hay en el bosque”.
Norma Sánchez Chapay, profesora de la comunidad asháninka de Pankirentzy, en la provincia de Purús, región Ucayali, quien alertó sobre la situación de su provincia que es fronteriza con Brasil y donde, según dijo, es importante que tenga más presencia la Iglesia.
Exposición de grupos. En la imagen, delegados del Vicariato de Puerto Maldonado exponiendo sobre el impacto que tiene la falta de conectividad de la zona del Purús.
Saúl Escobar Rodríguez, docente de NOPOKI, en Atalaya, región Ucayali. También es diácono permanente.”La Iglesia tiene que acompañar, no dejar solo a los hermanos y hermanas; coordinar con los líderes, con los representantes de las organizaciones y trabajar temas como la contaminación y el cuidado del medio ambiente […] las comunidades saben de la naturaleza; para poder sacar una planta medicinal sabe que tiene que pedir autorización a la planta para que sea efectivo, para que pueda curar al enfermo, lo mismo con la pesca, con la caza.”
Exposición de grupo. Delegación del Vicariato de San Ramón, sobre el papel de los jóvenes y el valioso servicio que ofrece NOPOKI, institución que acoge en sus aulas a estudiantes de cerca de veinte pueblos indígenas u originarios.
Trabajo de grupos a partir de las preguntas que plantea el documento “Amazonía, nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral”, el cual se divide en tres partes: Ver – Juzgar/Discernir – Actuar. Se dedicó un día para cada punto, obteniendo valiosos resultados los cuales luego fueron sistematizados.
Intervención de Blanca Francisco, estudiante de NOPOKI, sobre la importancia de respetar y aprender de otras culturas y de otras creencias religiosas que se practican en la Amazonía.
Victoria Amaringo Pishua, del pueblo Asháninka, manifestó su preocupación porque la Iglesia empiece a trabajar más cerca de los jóvenes. Manifestó además, en otro momento frente a todo el auditorio y en su idioma originario, la alegría que le generó los temas abordados durante el encuentro. “Todo lo que se ha hablado aquí, lo llevaré a mi comunidad”, dijo.
Respondiendo a las pregunta del documento del Sínodo. En la imagen casi al centro, Gaetano Galbusera, obispo del Vicariato de Pucallpa.
Monseñor David Martínez de Aguirre sobre cómo trabajar para tener una iglesia con rostro amazónico.
María Lucía Gavilanes, de la parroquia Inmaculada Concepción de Quillabamba, que atiene a 53 comunidades campesinas y ve la pastoral urbana en la zona que es ceja de selva. En estos momentos se encuentran trabajando un plan pastoral para escuchar las necesidades de la gente “que forma parte de lo que el Papa Francisco nos ha dicho de que trabajemos en una pastoral del encuentro, en una pastoral de la escucha y en una pastoral de la imagen y la acogida”.
Romina Gallegos, representante de la REPAM y una de las facilitadoras de la asamblea en Lima. “Lo que estamos haciendo es un camino inicial para continuar los procesos de articulación en la Amazonia, lo importante es lo que el Sínodo está detonando […], el Sínodo está determinando que nos planteemos desafíos en conjunto”.
Equipo de sistematización, a cargo de la relatoría y de recoger todo lo expuesto por los y las participantes. Esta información se unirá a las voces y propuestas surgidas de otros territorios. Hasta enero del 2019 se tiene previsto la recolección de información proveniente de la propia Amazonía.
Representantes de los tres vicariatos en dinámica final (al centro), antes de que los y las participantes inicien la partida.
Foto final.