Mons. Eugenio Coter, Obispo del Vicariato Apostólico de Pando y Presidente de la Red Eclesial de la Amazonía Boliviana (REPAM Bolivia), hace un recorrido de la presencia y servicio de la Iglesia Católica en la Amazonia boliviana frente a la pandemia de COVID 19.
Una mirada de la Realidad
En una mirada de la realidad, Mons. Coter, hace notar que el impacto de la pandemia en tema de contagios, ha ido en escala ascendente ya que, desde el 17 de marzo, cuando comienza la pandemia a manifestarse en la Amazonía, hasta el 17 de agosto, se alcanzó los 901.476 casos positivos, 23 mil fallecidos y un porcentaje de gente recuperada.
En este sentido la Amazonía boliviana confronta contagios muy significativos y al inicio las personas permanecieron en aislamiento. Pero también experimentaron un desconocimiento de la enfermedad y de cómo evitar los contagios.
Surgen diversas situaciones a lo largo de estos meses que agravan la situación de contagio como: La realidad de salud del área rural, que muestra toda su fragilidad; La pobreza del campo, la gente tiene que comer, pero no tiene la fuerza física para cosechar; Condiciones higiénicas, el uso del barbijo, el lavado frecuente de las manos, el uso de alcohol, no es accesible para el campo; Bonos vía banco, rechazo para uso del ejército, con la intensión de protegerse del virus.
Por otro lado, “el narcotráfico, el aprovechamiento del bosque, la tala de árboles, en esta temporada no ha parado”, las calles expeditas y menor control por parte de las autoridades han dejado el paso libre a estas acciones y aún más vulnerable a los pueblos indígenas y a la amazonia.
Uno de los casos más seguidos por la REPAM Bolivia y por la Iglesia de Beni, surgió en Buena Vista, lugar donde se alertó de la situación de narcotráfico y se permitió tomar conciencia del problema. Además un problema que se arrastra desde el año 2019.
También hubo una “negación política” de la pandemia, un intento político de manejo de la pandemia, que negaba su existencia y la atribuía a un invento de la derecha, utilizando a las comunidades y a los sectores sociales para fines políticos, aprovechándose del sufrimiento de la gente, promoviendo y llevando gente a las marchas donde se contagiaron por la imprudencia e irresponsabilidad.
Presencia y servicio
Frente a la realidad que exige respuestas concretas, la Iglesia responde de manera espiritual y con proyectos específicos de ayuda humanitaria, en alimentación, medicinas, equipamiento de hospitales y postas sanitarias, además de un gran aporte a la educación.