En un comunicado Monseñor Ernesto Romero, obispo del Vicariato Apostólico de Tucupita, indica que algunas autoridades civiles y la Guardia Nacional Bolivariana han entorpecido el paso de gran parte de la ayuda recabada y actúan de manera soberbia y ofensiva hacia los miembros de la Iglesia y de otras instituciones en la zona del Estado de Mérida.
Por Carmen Julia Luján
Ante los desastres producidos por los efectos fuertes lluvias y deslaves en el Valle del Mocotíes, Mérida y otros lugares de Venezuela, desde el Vicariato Apostólico de Tucupita, a la cabeza de monseñor Ernesto Romero, se lamenta con indignación y se denuncia los abusos y atropellos de la Guardia Nacional Bolivariana que no permite la llegada de las ayudas caritativas en beneficio de los afectados.
En un comunicado el obispo señala que algunas autoridades civiles y la Guardia Nacional Bolivariana, lejos de cooperar, como institución de servicio desinteresado al pueblo, ha entorpecido el paso de gran parte de la ayuda recabada y, además, actúa de manera soberbia, altanera y ofensiva hacia los miembros de la Iglesia y de otras instituciones en la zona del Estado de Mérida.
La nota indica que el efecto de este desastre natural ha afectado gravemente el Valle de Mocotíes en el estado Mérida, causando tantas pérdidas humanas y económicas. También el Litoral Central de La Guaira está amenazado de nuevo por las fuertes lluvias. En el Llano, en el estado Apure, experimenta ver sus campos y cosechas venidas a menos por las constantes inundaciones. Asimismo, el estado Delta Amacuro se ha visto afectado.
Según medios de comunicación locales al menos 35.646 personas resultaron afectadas y 8.098 viviendas sufrieron daños de consideración. A esto se suma alrededor de 166 vías y 10 puentes presentan problemas en su infraestructura causados por las inundaciones.
En este contexto, señala el comunicado, la respuesta caritativa de la Iglesia, y de otras instituciones religiosas y civiles, no se ha dejado esperar. Al conocerse los acontecimientos, se generaron acciones heroicas de solidaridad sin límite. Gracias a esta disponibilidad de una Iglesia se pudo gestionar apoyo en alimentos, medicamentos, ropa y materiales necesarios para colaborar a los afectados.
Desde el comunicado, se invita a las autoridades, en nombre de Dios y de los pueblos afectados, a colocarse al servicio de las instituciones que sí están colaborando, de manera que los insumos lleguen a sus destinos lo más pronto posible. Y se exhorta dar prioridad a los vehículos de carga para hacerles más expedito el viaje hasta los lugares que esperan la ayuda.
Desde el Vicariato Apostólico de Tucupita se recuerda que “la auténtica vocación de los Cuerpos de Seguridad del Estado es el honor de ser garantes de vida, justicia y paz. Recuerden que la institución que representan no nació para defender una parcialidad política, sino para la guarda y defensa del pueblo venezolano de cualquier atropello y maltrato”.
Asimismo, agradece a las instituciones y grupos solidarios, a Cáritas Nacional que realizan la extraordinaria e inmediata labor para recolectar los insumos necesarios en las diversas partes del país, por la generosidad de los católicos y personas de buena voluntad, ya que, a pesar de la crisis económica y la Pandemia, no ha habido “temor” a dar, sino “amor” para compartir.
// Foto Portada: Consecuencias de las inundaciones / Vatican News repentinas en Tovar