Se trata de la única imagen de la Virgen Amazónica en Bolivia y será expuesta a partir de este sábado 18 de marzo en el Museo de las Misiones Franciscanas que se encuentra en el convento de San José de Tarata.
Por CEB
El autor de esta obra es Carlos Ignacio Rosas Pereira, natural de San Ignacio de Velasco, cuyas obras están basadas en cuadros religiosos y se encuentran en los templos de toda Bolivia.
La imagen de la Virgen Amazónica resalta la vocación mariana, mostrando la belleza de la Amazonia y toda la riqueza en especies animales que habitan en esta región.
El cuadro tiene como figura principal a la Virgen Amazónica, que en su atuendo lleva elementos de la región: en la cabeza una corona de pluma de guacamayo y flor de patujú, su vestimenta es un tipoy, una túnica blanca en cuyo centro se aprecia una franja con elementos de la Amazonia. En la mano derecha sostiene una planta de yuca, que es alimento tradicional del lugar. Al respecto, el autor explica que “la Virgen María sostiene una yuca y de un pedazo de caña de azúcar da vida, así como ella dio vida al niño Jesús y con eso da vida a toda la humanidad”.
Los rasgos de la Virgen se asemejan a las mujeres de la Amazonia, así como el niño Jesús que lleva en el brazo izquierdo, por lo que la tez de la piel es morena.
Alrededor de la Virgen se pinta el paisaje de oriente con la fauna del lugar: tulcanes, guacamayos, animales de pesca y caza como la garza y el capiguara.
Detrás de la Virgen pasa un rio que simboliza la vida y un árbol caído para dar naturalidad al panorama, finalmente un colibrí y mariposas que adornan el paisaje.
En su mensaje, el pintor Carlos Ignacio invita a las personas a visitar y conocer el museo para apreciar las obras y reflexionar sobre el cuidado de la naturaleza, “que sepamos cuidar y preservar lo que nos brinda ella (la naturaleza) para tener una mejor calidad de vida”, expresó.
El Convento, que está situado a 35 kilómetros de Cochabamba, en la localidad de Tarata, a unas cinco cuadras al oeste de su plaza principal, tiene aproximadamente 10 años de antigüedad. El ingreso al mismo no tiene un costo definido, el pago es voluntario, de acuerdo a la devoción y capacidad de cada visitante.
Fuente: Conferencia Episcopal Boliviana