París, 02-12-2015 (REPAM).- Para el experto brasileño, Ivo Poletto, una de las expectativas a lograr en la COP21 es que nuestros gobiernos se comprometan a aumentar sus compromisos y responsabilidades para reducir el calentamiento global del planeta. Pero también que sean capaces de generar mecanismos de control y vigilancia de dichos acuerdos.
Poletto, quien es miembro de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM) y asesor nacional del “Forum Mudanças Climáticas e Justiça Social” de Brasil, afirma también que la responsabilidad de defender el bioma amazónico es una tarea urgente, no solo de los pueblos que habitan dicha región, sino de todos los pueblos del mundo y de la Iglesia.
“Sería una tragedia para el mundo entero que desaparezca el bioma amazónico. Y, conocemos que hay grandes actividades económicas que la están afectando… En general los proyectos que usan decenas de miles de hectáreas de la Amazonía para sembrar, por ejemplo, palma aceitera, caña de azúcar, granos para exportación, soja, o criar ganado vacuno…”, comenta Ivo Poletto, en la siguiente entrevista:
¿Qué expectativas concretas tienes sobre lo que se puede lograr en la COP21?
Como posibilidad real espero que se consiga primero que los países se dispongan a incrementar sus propuestas de acciones voluntarias. Porque la suma de las acciones propuestas hasta la fecha son insuficientes para garantizar que el calentamiento global sea menor a los dos grados centígrados.
Como lo ideal sería que el calentamiento global no supere el 1.5 grados, esperamos que se logre, por presión y por los diálogos en la COP21, un acuerdo de generosidad y justicia para llegar a esa meta.
Una segunda expectativa real es que se logre un mecanismo internacional, de la ONU, de acompañamiento, control y de verificación de la implementación de los acuerdos. Esto permitiría mejorar las metas y también exigir o hasta sancionar a los países que no cumplen con lo que se han comprometido.
Deseamos entonces que se llegue a acuerdos responsables, para poder enfrentar el calentamiento global, para que la vida en el planeta tenga mejores condiciones.
¿Cuáles son los impactos reales que ya están afectando a la PANAMAZONIA?
Debemos partir de que somos conscientes de la necesidad de la Amazonía para el conjunto de la humanidad. Sería una tragedia para el mundo entero que desaparezca el bioma amazónico. Y, conocemos que hay grandes actividades económicas que están afectando la vida de los bosques amazónicos. En general los proyectos que usan decenas de miles de hectáreas de la Amazonía para sembrar, por ejemplo, palma aceitera, caña de azúcar, granos para exportación, soja, o criar ganado vacuno. Estos proyectos empresariales están despareciendo los bosques y todo tipo de vida que allí teníamos.
Una segunda gran amenaza contra el bioma amazónico es la utilización de los ríos. Ya sea para la construcción de mega hidroeléctricas, o como vías de transporte (hidro-vías) para sacar los granos y los minerales.
Sumados estos grandes proyectos en todos los países amazónicos, la velocidad de la deforestación y destrucción es muy preocupante.
Por lo tanto, tanto en la COP21, como en cada uno de nuestros países amazónicos, tenemos una gran tarea a enfrentar: Nuestros pueblos y comunidades amazónicas requieren tomar consciencia de la importancia de la Amazonía. No deben dejarse engañar con la propaganda de proyectos de progreso y desarrollo económico. Que asuman la defensa de la Amazonía como un bioma integral. Se trata también de reaprender. Reaprender a generar alternativas económicas con los bosques amazónicos y con sus ríos; de ninguna manera contra los bosques, contra la flora, contra la fauna o contra los ríos.
Los pueblos y comunidades que no viven en la región amazónica tienen también la responsabilidad de tomar consciencia de la importancia de la Amazonía para toda la humanidad y de movilizarse para defenderla.
En ese esfuerzo, la Iglesia católica tiene una gran responsabilidad. Puede ayudar a tomar conciencia y puede ayudar en la movilización mundial para defender el bioma amazónico.
¿Qué puede hacer un ciudadano común. Qué cambios podemos hacer en nuestra vida cotidiana?
Creo que el punto principal, es que las personas debemos recuperar nuestra cultura originaria. Cultura originaria que es diferente a la cultura del consumismo, a la cultura del descarte, de la que nos habla el Papa Francisco. Nuestra cultura originaria, que nos dice que nosotros somos parte de la naturaleza, somos parte de la tierra.
La Amazonía, es entonces una oportunidad que tenemos en nuestros países para darnos cuenta que todavía es posible hacer una tipo de economía diferente, hacer un tipo de convivencia diferente con la naturaleza. Porque ya hemos destruido varios biomas en la naturaleza (En Brasil por ejemplo, casi hemos destruido la mata Atlántica. Estamos acabando con nuestra sierra). Tenemos que asumir que la Amazonía es importante para el equilibrio hídrico y para la reducción del efecto invernadero en la atmósfera.
Pero, por otra parte, podemos trabajar también en la dimensión que nos plantea el Papa Francisco: Buscar en la raíces de nuestra fe y en las raíces de nuestras culturas originarias motivaciones, místicas, fuerza interior para cambiar nuestros modos y sistemas de vida. Trabajar para vivir de manera más sencilla, gastando menos los recursos que la naturaleza nos ofrece.
Por otro lado, aprender a convivir con la naturaleza, a tener una relación con cada ser vivo y también con los seres que no son vivos. Tenemos que generar una mística de integración. De ver la presencia divina en cada ser, respetando y amando a toda la creación. Hacer lo contrario debe ser asumido como pecado.
Escucha la entrevista de Mauricio López, Secretario Ejecutivo de REPAM: