Joao Batista Wapichana es uno de los líderes más queridos por su comunidad. Yo lo conocí por el cariño y la admiración con que Mayra, una joven wapichana, hablaba de él. Ha defendido el territorio de la tierra Indígena Raposa Serra do Sol (Roraima-Brasil) y nos habla también, que el papel de los jóvenes es no desmayar, encontrar nuevas formas. “Yo ya estoy viejo”, me dijo, les toca a ustedes.
Ahora, estamos próximos a conocer el documento de trabajo que guiará las discusiones del las Asambleas Sinodales Territoriales. Joao, tiene una palabra de sabiduría, que explica su relación con Dios y la Iglesia.
“¿Qué significa ser miembro de Cristo? Para ser miembro de la Iglesia y miembro de Cristo es necesario palpar y sentir la realidad de la naturaleza donde yo convivo. Conversar con el propio ambiente vivo y sagrado. Tengo que conversar con mi hermano para ver si estoy haciendo bien. La naturaleza también habla. Llevo 48 años siendo catequista.
“Para ser miembro de la Iglesia y miembro de Cristo es necesario palpar y sentir la realidad de la naturaleza donde yo convivo”
En mi comunidad, Raposa Serra do Sol, comenzamos desde niños. No nos debemos agradar solo a nosotros mimos sino a otros. No podemos ser una flor que hoy está bonita y mañana ya está marchita. Sería bueno que nuestra Iglesia trabajara dentro, del modo que el pueblo convive. En mi comunidad realizamos nuestros cultos con nuestros padres y rezadores.
Tenemos nuestra lengua, todo en conjunto marcamos la hora de los cultos, aprovechamos la luna, aprovechamos el tiempo del año. En nuestra oración indígena traemos nuestro alimento con colaboración de la comunidad, una Iglesia funcionando en conjunto. Las celebraciones las tenemos en nuestra lengua: cantos, lecturas, danzas, todo en nuestra lengua.
Yo les leo un pasaje de la Biblia y luego cada uno comparte lo que entendió de la lectura, todos participan, ellos expresan lo que Dios les ha comunicado en la lectura. La iglesia tiene que ser vivida de acuerdo a nuestro latino, corazón, y pensamiento. Nosotros celebramos en el exterior siempre, junto a la naturaleza.
Un padre vino a preguntarnos qué es la Iglesia para nosotros, qué entendemos que es la Iglesia. Nosotros le dijimos que la Iglesia no es un lugar, sino el hecho de estar todos juntos reunidos. No hay tal cosa de una Iglesia vacía, eso no es Iglesia. Donde estamos reunidos es Iglesia: la casa, afuera, la naturaleza, donde quiera que estemos reunidos. Ir a la Iglesia es ir a una reunión para conversar con Dios. Un hermano dice: mi casa es una casa de oración. No es diferente lo que hacemos nosotros: hacemos un compartir.
Cuando el Padre va a la comunidad lleva la eucaristía para quienes hicieron la primera comunión. Cuando no está el Padre tenemos que seguir compartiendo la Palabra de Dios. Nosotros llevamos la palabra a los más pequeños, a toda la comunidad. Nosotros vamos a la casa de los que más necesitan, a donde se sufrió destrucción, los que están pasando por alguna dificultad, ahí nos encontramos para rezar. Compartimos lo que nos enseña el Señor. Nos reunimos a respetar la vida, lo que nos regala la naturaleza. De ella venimos, ella nos cubre, ella nos da todo lo que necesitamos, la medicina, los alimentos, todo. Ahora el capitalismo compra esa riqueza que tiene la naturaleza.”