-A dos días del terrible incendio que asoló la comunidad de Cantagallo, un nuevo hallazgo se convierte en prueba de la responsabilidad que tuvo el alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio, en la tragedia.
Como han reportado medios de comunicación de todo tipo, el siniestro en la comunidad shipibo de Cantagallo ha dejado a cerca de 500 familias en el desamparo absoluto. Allí no solo vivían sino que la mayoría también trabajaba, generando el sustento para los suyos.
Pese al esfuerzo de los bomberos, poco se pudo hacer por los hogares que se ubicaban en las zonas más altas, que se redujeron a cenizas sin que les llegue una sola gota de agua. En la parte baja la historia no fue tan diferente.
Para quien no conoce Lima, Cantagallo se ubica en la margen derecha del río Rímac, en el distrito del mismo nombre. Las condiciones en las que vivían las cientos de familias no eran las mejores, sin la permanente prestación de los servicios básicos, y sin la seguridad jurídica sobre sus predios.
A fines de los años noventa se instalaron en esta zona de la capital peruana, y cada una había sabido mantener los modos de vida propios de una comunidad indígena, con sus creencias y tradiciones particulares. Cabe precisar que en la zona baja viven decenas de familias no indígenas, que también han sido afectadas.
Hoy, las críticas por el siniestro apuntan fuerte hacia el alcalde de Lima, Luis Castañeda Lossio. Esto en razón de que su gestión paralizó la reubicación de la comunidad modificando el plan maestro del proyecto Río Verde, el cual contemplaba, entre otras cosas, la construcción de un conjunto habitacional para los shipibos.
Este proyecto formaba parte del Proyecto vial Vía Parque Rímac, antes llamado Proyecto Línea Amarilla, el cual se firmó el año 2009, justamente cuando Castañeda ejercía como alcalde, en el marco de su segundo periodo (hoy ejerce su tercer mandato).
Río Verde, que se crea en la gestión de Susana Villarán (alcaldesa de Lima del 2010 al 2014), contemplaba el traslado de más de doscientas familias a un terreno de más de siete mil metros cuadrados ubicado en Campoy, en el distrito de San Juan de Lurigancho. Para ello se creó un fideicomiso.
La actual gestión edil, la de Castañeda, asumió el cargo el 2015 y en lugar de continuar con el proyecto de traslado, optó por destinar el dinero de dicho fideicomiso a la construcción de un cuestionado by-pass en la céntrica avenida 28 de Julio.
Según explicó el alcalde, poco después de ocurrido el incendio, la gestión anterior (la de Villarán) jugó con las “ilusiones” de las familias porque -según él- Río Verde nunca existió.
No obstante, un documento hecho público hace pocas horas, demuestra que Río Verde sí existió y que fue más bien la Municipalidad de Lima, con Castañeda a la cabeza, la que vendió el terreno para los shipibos en marzo de 2015. Más información en el siguiente enlace: goo.gl/BDmrmM
Mientras se espera una explicación a este hallazgo, varias son las preguntas que quedan por responder. Por ejemplo, el origen del siniestro. Y lo preparado que se encontraba la Municipalidad ante la posibilidad de su ocurrencia.
Según declaraciones de los afectados, la Municipalidad había instalado tiendas de campaña cerca de la comunidad varios días antes de la tragedia.
Lo cierto hasta ahora es que cientos -tal vez miles- de personas se han movilizado en solidaridad con las víctimas y las donaciones no dejan de llegar. Sin embargo, hay algunos materiales e insumos que faltan como guantes y botas de hule para remover escombros.
Asimismo, linternas, baldes grandes con tapa para guardar el agua que llega en cisternas, cocinas para hacer olla común, platos, ollas y cubiertos, pañales y ropa para niños de 0 a 12 años, colchones y alimentos no perecibles.
Compartimos a continuación algunas imágenes de lo que dejó el incendio ocurrido la madrugada del último viernes. Es importante seguir apoyando. Fotos: Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica (CAAAP).