¿Cómo ha sido el acompañamiento de SAIPE en el desarrollo de la Agenda Indígena?
“El awajún ha aceptado la presencia de la Iglesia en la zona con su educación. Por otro lado el ILV con su educación. De alguna forma entre la Iglesia y el ILV han hecho un daño, porque cada ha venido con su manera de pensar, lo que debe ser una educación, cada uno ha venido con su plan de evangelización, cómo ellos ven a Cristo Jesús, al señor, tanto el gringo, tanto la iglesia católica. El indígena ha sido sorprendido. Y el indígena con su espiritualidad propia, esos ha sido como macheteado como el Ugkaju, lo han atropellados.
Después de esto lo han querido construir. Eso es difícil ahora, porque ahora tienes que armarlo. Ya que lo has destruido ármalo ahora. Y es difícil retroceder y el awajún tiene un disfraz del cristianismo. Y ahora el awajún tiene un disfraz del cristianismo y también tiene duda de su espiritualidad. Eso se ha hecho. Entonces ahora, yo he visto que el joven que se ha preparado, se le ha dado la primaria, la secundaria, se le ha mandado a enseñar. Pero hemos seguido destruyéndole su espiritualidad. Ese fondo no le hemos dado. Le hemos dejado a su suerte al awajún. En vez de valorarle su identidad, en vez de valorarle su espiritualidad, le hemos seguido dando que Cristo Jesús va a venir y le va castigar con san Pedro.
Esa idea lo ha llevado al indígena. Pero claro, el awajún ha sido siempre, no rechazando, pero siempre a la expectativa, no ha dejado sus tres plantas maestras: la toé, tabaco y la ayahuasca. Lo ha mantenido medio escondido, no poniéndole asa a la vista, ¿por qué? porque realmente viene el curita o viene el gringo y le va decir ese es trabajo del diablo. El gringo está [mirando] y el cura le va recriminar porque toma. Entonces, eso ha hecho de que realmente la educación nuestra [indígena] vaya por debajo, no lo haya hecho pública, por ejemplo como la toma de la guayusa. Ahora se quiere hablar: hay que tomar guayusa. Pero quien te va a creer si realmente lo has destruido. Entonces, el papá, mamá, lo está llevando en la casa. Ninguna institución asume ahora eso.
Entonces, ha sido y va ser una gran batalla para recuperar eso. ¿Cómo recuperar nuestra cultura, cómo recupera nuestros valores ancestrales? Allí está el trabajo de los jóvenes. Si es que nosotros no formamos a los jóvenes, ellos no van a recuperar, porque aunque les digas: así tienes que ser vivido lo que es tuyo, no lo van a vivir porque tú lo has destruido (…). Ahora lo queremos rescatar, hay que volver [a lo nuestro]. Eso no lo dice el indígena, pero lo llevamos dentro, y se expresa de una manera diferente.
Cuando la iglesia y la Compañía de Jesús se dio cuenca, dio un salto, ¡pum! se retrocede como la culebra: oye mira lo que hemos hecho… Ahí SAIPE ha permaneció como la Iglesia en la zona, no ha predicado, no ha evangelizado, no ha bautizado… Por lo menos la Iglesia se ha retrocedido… Desde ese punto la Iglesia ha empezado a husmear qué es lo tiene el indígena en su propia cultura. Entonces, ha descubierto, creo yo: que lo que tú haces, awajún, lo que estás haciendo, ése lo que tú estás buscando, ése lo que yo he traído también, eso es lo que yo quiero predicar, eso es lo quiero mostrarte. La iglesia dice: me he equivocado, en vez de hablarte yo te he obligado a que creas en lo que he traído, éste te lo he traído… Pero lo que tú tienes es el Jesús que yo que conocido también, ahí lo tienes porque te está comunicando a través de la naturaleza, el famoso Yo. Porque el Ajutap dice: Yo soy. Ése es lo que tú debes conocer. Y eso es lo que debía explicarte y me he equivocado. (…) Desde ese punto se parte cuando se habla de las áreas sociales que la iglesia ha ido ejecutado: la salud, la educación, la defensa del territorio (…).
Ahora se está hablando, en esta etapa nueva, con los nuevos jóvenes, porque ya al viejo, no se puede hablar o volver a hablare. ¿Por qué? porque ya lo han construido; ya tiene miedo de lo que es el Jesús, [piensa que] ya lo va a castigar, ya no quiere tomar su ayahuasca [por pecado]. Entonces, ahora hay que formar un nuevo agente para que pueda asumir, no lo que ha escuchado, sino que pueda entender estos dos errores que ha habido. Y que pueda reconstruir, el mismo indígena, no el español, no el occidente, sino que hay que formar al indígena para que él entienda su propia proyección desde la cual pueda construir un nuevo mundo para él. De esta forma va a entender lo qué es el desarrollo humano, teniendo su espiritualidad, teniendo su cultura; teniendo su identidad va a construir.
¿Qué es lo que va ser SAIPE, como iglesia, la Compañía de Jesús? La Iglesia va a acompañar al indígena porque el indígena ya está haciendo lo que es suyo. Ese el proceso que hoy en día queremos que la iglesia, que está presente, [haga]. Ahora no va a imponer, sino acompañar lo que diga el indígena… Ese el trabajo que ahora la Iglesia, como Compañía, a través de SAIPE, debe ejecutar en esas áreas sociales: lo que nosotros queremos. Por ejemplo, esta construcción de la Nación Awajún dentro Estado peruano, es muy importante porque desde esta base debemos tener una autonomía propia. Y ahí se le va pedir al estado que dialogue con nosotros, para que acepte [reconozca] lo que nosotros buscamos, queremos y cómo queremos ver el desarrollo. No un desarrollo impuesto desde una visión occidental, sino que ahora construido poniendo a los jóvenes en formación, teniendo una espiritualidad donde el awajún es el propio misionero en su propia tierra.
Querernos ver un rostro indígena, perdón, un rostro cristiano, Cristo awajún, awajunizado, por decirlo. Nosotros la base tenemos: nuestra espiritualidad, donde el Ajutap le habla al awajún “Yo soy tu antepasado”. Y le habla al Moisés en la zarza ardiente “Yo soy tu Dios, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob”. El Ajutap le ha hablado a Moisés; y el Ajutap le está hablando al awajún desde su base. Eso lo tenemos. Todavía no lo han destruido esto: eso yo lo tengo, todos los jóvenes awajún, viejos awajún lo tienen. Entonces, es tiempo de que la Iglesia, como actor importante, tiene que ya entrar a trabajar, tallar la madera desde esta base, para que el indígena se autodetermine por sí solo. Y si quiere venirse a nuestro territorio que lo haga el indígena, pero con una formación, que él sea el actor importante, que él sea el gestor de su propio destino. Entonces esa parte, es muy importante (…) La presencia de la Iglesia, la Compañía de Jesús acá, a través de su ONG que es SAIPE, tiene que acompañar al indígena en su formación dar una formación adecuada, de acuerdo a la realidad que el indígena vive en el bosque. Somos bosquesinos y hay que da al bosque hay que darle el espíritu, porque el indígena conociendo al bosque es hermano. No lo va destruir, no hay que separarlo. Si lo separamos vamos a cotizar el [bosque]. Mientras que para el indígena no es negocio la tierra; para el indígena el boque, el árbol y el río no son negocio; son parte de la convivencia, porque ahí está cuando el indígena medita, observa, todo lo que es la cosmovisión, ahí está el rostro del Creador, no lo dice así, pero ahí está, se realiza, se siente realizado (…) Esa parte es muy importante. Que te críen los pollo, que te den la chacra, que te den no sé cuánto otros, que uses zapatos, si eres mueres, si pintas tus labios, pero que tengas una identidad fuerte y tengas una espiritualidad, eso es muy importante que el indígena ya se proyecta hacia el futuro, va ese difícil que l venda su tierra… y va ser responsables, si destruye su mundo va ser responsable en esa acción que está tomando.
La Iglesia siembre ha estado presente acompañando al indígena en todo su proceso de lucha de su territorio. Y tiene que seguir acompañan con todas esta materias que vamos a dar. Por eso hemos fijado [nos hemos propuesto] que la formación, crear la Escuela de Líderes es importante. Teniendo toda esa base [de formación] el indígena se va a proyectar. El padrecito y el no sé quién, no pueden hacer mucho. Pero van estar presentes (…). La Iglesia, al estar presente, no hace todo; hace que se trabaje, pero acompaña al pueblo. Está presente. Eso lo demostró en la Curva del Diablo, cuando el indígena se enfrentó al gobierno peruano. La Iglesia ha estado presente, no se ha retirado; lo ha acompañado hasta terminar el juicio. El indígena ya se ha dado cuenta que la Iglesia es un aliado, difícil que lo separe. Ahora en los últimos años el awajún se ha convencido más de eso. Esto hace que el awajún respalde la acción social de la Iglesia en nuestra tierra. Yo creo que con toda la libertad que tenemos, libres, no sumisos, hay que aceptar a ese Cristo que viene, ese Cristo que está en nuestra historia hay que reconocerlo.”
SAIPE no impone agenda, sino recoge la agenda de la población indígena:
SAIPE, no ha sabido acompañar, pero ha acompañado a medida que el pueblo awajún wampis ha pedido. ¿Por qué? SAIPE es un conjunto de personas que trabajan. Estas personas no saben qué queremos nosotros. Pero SAIPE ha entendido la petición del pueblo cómo quiere que le acompañe. Si el pueblo le ha pedido que haga algo, SAIPE ha buscado el modo para que se realice la acción, hasta que el indígena lo haga por sí mismo. El indígena pide ahora que hay que lucha por el territorio, que hay que formar a los jóvenes. Entonces SAIPE tiene que ver las formas para proyectar por una formación para que el indígena luche por su territorio. No lo hace solo, porque el indígena le dice: hay que trabajar de esta forma. Fue el Consejo Aguaruna Huambisa (CAH) que ha pedido que SAIPE intervenga. SAIPE no trae agenda, recoge la voz del pueblo awajún. SAIPE no puede trabajar solo, depende de lo que la población demande.
La relación de SAIPE con el pueblo awajún y wampis es de aliado.
¿Cómo debe acompañar SAIPE en el desarrollo de la Agenda Indígena?
“SAIPE no es una ONG que ya tiene diseñado su manera de trabajar, diseña cuando nosotros le proponemos, diseña cuando nosotros le pídenos. Le decimos: así queremos, de esta forma queremos. Y SAIPE, con su equipo, diseña (…). Hay que construir, como lo estamos haciendo con la Escuela de líderes. En temas productivos ya tenemos diseños, pero no tenemos diseñados aún cómo formar al indígena, al awajún, en un contexto, en una situación desesperante, de una coyuntura difícil, de dos mundos que se encuentran, el occidente y el oriente (…). Ahí es lo que SAIPE tiene que poner, como cuando el brujo toma su ayahuasca, y ver, visionar, qué y cómo hacemos. Por eso el actor muy importante acá es el indígena. Éste va darle todos los insumos para que la cocinera cocine, para que la sopa salga rico… Esos insumos somos nosotros los de CPPAW y otros más. Que tenemos que visionar para que nos construyan un modelo de formación de una indígena acá en la zona para que también les pueda servir a otros. Pero nosotros queremos, estamos pensando, estamos visionando, cómo nosotros nos formamos para defender a nuestro territorio… Hay que hacer un trabajo para la formación de los indígenas en la selva, para que defiendan su bosque, sus animales, el río; no destruyan su naturaleza. Que haya esa convivencia, entre el ser humano y la naturaleza, y dentro de esa comunicación de convivencia, van a encontrar la comunicación del ser superior. Es de esa forma que debe acompañar SAIPE al pueblo awajún.
Santiago Manuin Valera
Pueblo awajun – wampís