Una Iglesia que vive un momento de dolor y de esperanza se ha reunido este 6 de julio en la Catedral de São Paulo para despedir a aquel que fue su arzobispo desde 1998 a 2006, el cardenal Claudio Hummes.
Por Luis Miguel Modino
En una celebración presidida por el Nuncio Apostólico en Brasil, Mons. Giambattista Diquattro, el cardenal Odilo Scherer invitó a los presentes, entre ellos un buen número de obispos, presbíteros, miembros de la Vida Religiosa, familiares del cardenal fallecido, y diferentes representantes del poder público y de la sociedad civil, a vivir la celebración exequial con una actitud de fe.
Al inicio de la celebración fue destacado en Don Claudio por representantes del poder público algunas de sus enseñanzas, su lucha contra la desigualdad social, en favor de los pobres, en defensa del medio ambiente, de las minorías, de los pueblos indígenas. También la frase que el purpurado fallecido le dijo al ahora Papa Francisco, que no se olvidase de los pobres, algo a lo que se invitó a los presentes a no olvidar.
Amor a los pobres, a la familia y a la Amazonía
En nombre de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB), su secretario general destacó en la vida, servicio y ministerio de Don Claudio su amor a los pobres, a la familia y a la Amazonía, recordando el brillo de los ojos del cardenal Hummes al presentar la Querida Amazonía. Mons. Joel Portela agradeció su testimonio de vida y servicio al Evangelio, pidiendo que ahora pueda contemplar al Dios al que anunció.
El representante pontificio en Brasil leyó el mensaje del Papa Francisco ante la muerte de su amigo el cardenal Hummes, mostrando su pesar, pero también su gratitud a Dios por “los largos años de su dedicado y celoso servicio, siempre pautados por los valores evangélicos, a la Santa Madre Iglesia en los diversos encargos pastorales”, destacando su labor en años recientes en favor de la Iglesia que camina en la Amazonía.
Agradecimiento de quien fue su auxiliar
En la homilía, el cardenal Scherer afirmó que Don Claudio “dedicó su vida entera a proclamar que Jesús es el Hijo de Dios, el Salvador, y a ayudar a otras personas a encontrarse con Él y también a creer en Él”. El vicepresidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), señaló que “hoy estamos aquí despidiéndonos del querido cardenal Claudio Hummes, después de su vida larga, trabajosa y ejemplar”.
Recordando la vida de Don Claudio, el arzobispo de São Paulo afirmó que “en la Iglesia no somos nosotros quienes elegimos los compañeros de misión, sino que son designados por la providencia de Dios”. El cardenal Odilo dijo conocer vagamente a Don Claudio cuando en 2001 fue nombrado obispo auxiliar de São Paulo, diciendo haberle impresionado “la libertad y la confianza con que trataba sus auxiliares”, a quienes encargaba tareas inmensas después de reunirse y dar las coordenadas pastorales y administrativas.
Evangelización renovada y caridad organizada
Entre las preocupaciones del cardenal Hummes, el vicepresidente del Celam destacó la evangelización renovada y la caridad organizada. Alguien que siempre quiso ver “el empeño social de todas las comunidades”, que se preocupaba con el desempleo creciente y profundizar la evangelización en su totalidad, insistiendo en que la misión necesitaba ser retomada, pues la Iglesia es misionera por su propia naturaleza, lo que la tenía que llevar a estar en estado permanente de misión.
Una marca misionera, que según el cardenal Scherer, también imprimió Don Claudio en su misión como prefecto de la Congregación del Clero en Roma, llamando a que la dimensión misionera integrase la formación de todos los sacerdotes, pues “el ministerio ordenado es misionero por su propia naturaleza”.
Lanzó semillas de Evangelio, esperanza y vida nueva
En su misión como presidente de la Comisión Episcopal para la Amazonía de la CNBB, que aceptó sin titubear, el cardenal Scherer recordó que suponía viajar mucho, de manera poco confortable, visitar a los obispos, escuchar a la gente, evaluar las situaciones de los indígenas y ribereños, pensar en medios para dar un dinamismo misionero en aquella región, algo que el cardenal Hummes “hizo con dedicación e idealismo juvenil”.
También recordó que de sus iniciativas y reflexiones nació la REPAM, fue llamado por el Papa Francisco a preparar el Sínodo para la Amazonía, del que fue relator, y fue impulsor de la CEAMA. En sus 10 años como misionero en la Amazonía, el cardenal Hummes, destacó el arzobispo de São Paulo, esta región “ganó la atención del mundo entero y la acción de la Iglesia recibió allí un nuevo e importante impulso”.
“A lo largo de su vida Don Claudio lanzó muchas semillas de Evangelio, de esperanza y vida nueva. Que ellas broten y fructifiquen a lo largo del tiempo y que él ahora descanse de sus fatigas”, concluyó el vicepresidente del Celam.
Compañeros de camino en la misión amazónica
Al final de la misa, antes de la sepultura del cardenal Hummes, fue leído el mensaje del cardenal Pedro Barreto, presidente de la REPAM y de la CEAMA, compañero de Don Claudio en su misión amazónica en los últimos ocho años y medio, donde mostró su pesar, pero también su creencia en que ya está en la presencia de Dios. El purpurado peruano le definió como un pastor sencillo y firme para expresar sus convicciones de fe y sus elecciones claras en favor de los más pobres y olvidados. Junto con ello que su amor y pasión por toda la Creación de Dios y su opción preferencial por la Amazonía y sus pueblos originarios, considerándolo alguien que inspiró los nuevos caminos para la Iglesia y para una ecología integral.
El cardenal Barreto destacó el legado de Don Claudio de apostar en los últimos, en los invisibles, en la humanidad, insistiendo en que “supo enseñarnos el camino para Jesús en el anuncio del Reino de Dios desde los pueblos amazónicos y de la biodiversidad de su entorno natural”, así como indicar el camino sinodal que la Iglesia recorre hoy.
Fuente: CELAM