Por: Mauricio García Terán, SJ
Las migraciones y el desplazamiento forzado son ciertamente una dura realidad que tiene un impacto a nivel mundial, presentándose situaciones críticas en algunos contextos como el Medio Oriente, África y el Mediterráneo, y América Latina. La región de la gran Amazonía no es ajena a esta problemática, antes bien la atraviesa de manera clara.
Dada la importancia de un evento como la Asamblea Especial del Sínodo de los Obispos para la Región Amazónica, resulta de particular interés considerar cómo el tema de la movilidad humana y la diversidad de dinámicas migratorias aparece reflejado en el proceso de reflexión del Sínodo de la Amazonía. Una mirada así puede ayudar a consolidar estrategias de análisis, intervención y acompañamiento pastoral en un contexto donde los migrantes forzados y refugiados exigen una respuesta clara de parte de la Iglesia.