La REPAM pide que se hagan todos los esfuerzos posibles para que se escuche la agonía de este bioma y de sus pueblos y exige medidas concretas y con monitoreo permanente para que se cumplan las promesas de financiación por las pérdidas y daños, acordadas en la COP 27.
Por Comuncación REPAM
La Red Eclesial Panamazónica (REPAM) nació en 2014 como una iniciativa de la Iglesia católica para promover el cuidado de los pueblos, territorios y ecosistemas amazónicos.
Desde entonces, nos hemos dado cuenta de que la situación en la Amazonía es cada vez más grave, acercándose a un punto de no retorno. Profundamente dolidos por la agonía de este bioma y de sus pueblos, y conscientes de su importancia para el planeta, expresamos nuestra preocupación frente a:
1. La crisis climática y el colapso sistémico en la Amazonía, con los recientes períodos de calor inusual, incendios descontrolados, la fuerte sequía, con niveles nunca registrados de ríos y lagos, aislando a numerosas comunidades y dejando a miles de personas sin acceso al agua potable y a servicios de salud, educación y alimentación.
2. El extractivismo, la deforestación acelerada, concesiones, hidrovías, proyectos de hidroeléctricas y carreteras que se implementan sin una consulta previa, libre e informada a los pueblos. La ampliación de la frontera agrícola, los monocultivos y la agroindustria provocan una gigantesca pérdida de biodiversidad, impiden los modos de producción local, amenazando la soberanía alimentaria. El uso de agroquímicos y de mercurio contamina las fuentes de agua, el aire y el suelo, afectando el acceso a los bienes de la naturaleza y provocando graves enfermedades para la población.
3.El desarrollo minero-energético en la Amazonía, superpuesto a áreas protegidas y territorios de comunidades, que amenaza la integridad cultural y territorial de los pueblos indígenas, campesinos, ribereños, afrodescendientes, siendo más preocupante aún la situación de los pueblos en contacto inicial y en aislamiento voluntario.
4. Las falsas soluciones de la economía verde, con la promoción de los bonos de carbono y la mercantilización de la biodiversidad de la Amazonía, sin aportes efectivos al cambio que se necesita.
5. El narcotráfico, los actores armados legales e ilegales que amenazan y asesinan las defensoras y defensores de los derechos humanos y ambientales. La protección de estos líderes y lideresas debe ser prioritaria, incluso a partir de la implementación y la ratificación del acuerdo de Escazú. Nos preocupan también el aumento del feminicidio, la pérdida de perspectivas y los suicidios de los jóvenes.
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