Madrid, 08-04-2016 (REPAM).- Con una oración que recogía los avances de lo avanzado en el Encuentro de REPAM con las redes solidarias internacionales, se inició el segundo día de trabajo. Comenzamos la mañana reflexionando sobre el agua, el agua que crece y se transforma en río, el río de la vida. El desafío es ser ríos que purifican y no desviar nuestras aguas terminando en pantanos:
“…Y sucederá que dondequiera que pase el río, todo ser viviente que en él se mueve, vivirá. Y habrá muchísimos peces, porque estas aguas van allá, y las otras son purificadas; así vivirá todo por donde pase el río. Y junto a él se pararán los pescadores, y desde En-gadi hasta En-eglaim habrá un lugar para tender las redes. Sus peces serán según sus especies, como los peces del mar Grande, numerosísimos. Pero sus pantanos y marismas no serán purificados; serán dejados para salinas. Junto al río, en su orilla, a uno y otro lado, crecerán toda clase de árboles que den fruto para comer. Sus hojas no se marchitarán, ni faltará su fruto. Cada mes darán fruto porque sus aguas fluyen del santuario; su fruto será para comer y sus hojas para sanar” (Ezequiel 47, 1-12).
Luego de la oración comunitaria, el padre Peter Hughes nos acercó a las novedades y desafíos que tiene hoy la Iglesia: “Ayer el Secretario de Cáritas Española, Sebastián Mora, en el momento de aportar símbolos, puso su reloj sobre la mesa para que fuese símbolo del TIEMPO porque estamos en un nuevo tiempo y en una nueva forma de este tiempo… junto a este tiempo, es fundamental también el LUGAR. ¿Desde dónde operamos?, DESDE qué situación partimos, dónde nos encontramos… porque tendrán muy diferentes significados las palabras y las acciones dependiendo DESDE cada situación donde nos encontremos… Debemos aprender a pensar el mundo de nuevo, no solo una nueva amazonia, sino también un mundo nuevo”.
En su momento, Sebastián Mora provocó a las organizaciones a tener capacidad de renovación y de tránsito. “El rol clásico de las organizaciones se está agotando y debemos repensarnos”. Por ejemplo, repensarnos desde la diversidad. Acabar con el infierno de lo idéntico, de los estándares comunes, de los procesos de calidad. Avanzar hacia la unión en la diversidad, el trabajo complementario en red… Nuestras organizaciones no saben trabajar juntos y mucho menos entre diversos. Podemos tener un mismo horizonte, pero tenemos que aceptarnos y unirnos en las diferencias.
Otro de los desafíos que tenemos como organizaciones es repensarnos en salida. Actualmente, podemos decir que “somos entidades agitadas pero que no nos movemos. Somos como lavadoras, damos vueltas pero sin movernos del mismo sitio y estamos en lo centrifugado (la ropa se pega a lo superficial y el centro se queda vacío) y cada vez el centro es más grande. Debemos repensarnos en salida pero sin agitación”.
Finalmente, Sebastián Mora, señaló que somos organizaciones auto-referenciales. “Afirmamos que tenemos identidad, pero ésta es estática, hemos perdido el dinamismo”. Además, indicó, “Nos creemos organizaciones inteligentes pero vivimos en un estado de ignorancia informada. Nunca hemos tenido tanta información como hasta ahora y vivimos en la máxima ignorancia. Las periferias son para vivirlas no para domesticarlas”. Esto nos ha llevado a perder la capacidad de incidencia. “Nuestra misión es hacer puentes y túneles, puentes visibles y fuertes y túneles que nos relaciones con las nuevas y diversas realidades. Estamos perdiendo nuestra base social y ahí tenemos una llamada a construir. Esto es posible, deseable y exigible”
Reporta, María José Nieto Hernández (Cáritas Española)