El Sínodo para la Amazonía buscó nuevos caminos también en el campo de la educación. Como recoge el Documento Final, “los pueblos indígenas aspiran a lograr mejores condiciones de vida, sobre todo en salud y educación, a disfrutar del desarrollo sostenible protagonizado y discernido por ellos mismos y que mantenga la armonía con sus formas tradicionales de vida, dialogando entre la sabiduría y tecnología de sus antepasados y las nuevas adquiridas”.
Por Luis Miguel Modino
Francisco afirma en Querida Amazonía que “hace falta asegurar para los indígenas y los más pobres una educación adaptada que desarrolle sus capacidades y los empodere”. Una educación que ayude a construir puentes entre la tecnología y la armonía con sus formas tradicionales de vida.
Se trata de algo que tiene que ver de modo preferente con los jóvenes indígenas, aunque también con jóvenes afrodescendientes, ribereños, extractivistas, migrantes o refugiados. De ahí la necesidad de una Iglesia encarnada en la Amazonía, también en acciones concretas en el campo de la educación, que, no podemos olvidar, es un derecho humano, como pide el Documento Final del Sínodo para la Amazonía, insistiendo en que la educación evangeliza.
En ese sentido, ante la fragilidad de la educación sobre todo en los pueblos indígenas, se están dando pasos en el campo de la educación intercultural y bilingüe, con la Red de Educación Intercultural Bilingüe de la Amazonía (REIBA), que articula propuestas educativas que respondan a las necesidades de las comunidades, respetando, valorando e integrando en ellas la identidad cultural y la lingüística.
Fuente: ADN Celam