«Comunicar la Amazonía: visualizar la riqueza para superar los prejuicios» es el título de la conferencia que impartió Luis Miguel Modino en la sesión inaugural del 35° Congreso Internacional de la Sociedad de Teología y Ciencias de la Religión (SOTER) que se desarrolla del 11 al 14 de julio en Belo Horizonte, Brasil con el tema «La Amazonía y el futuro de la humanidad: pueblos originarios, atención integral y cuestiones ecosociales».
Por Paola Calderón Gómez
Luis Miguel Modino, se hizo sacerdote en la Arquidiócesis de Madrid. En 2006, llegó a Brasil y desde 2016 vive en la Amazonía, lo que hoy le permite compartir una serie de reflexiones que surgen del encuentro con la gente, de esa escucha que considera una actitud fundamental, porque ha constatado que solo al escuchar, somos capaces de valorar y descubrir las riquezas que allí existen, el esplendor de la Amazonía en el que afirma debemos insistir, porque pese a los dramas seculares no pierde su fuerza, más bien nos llama a comunicarlo.
Este conocimiento logra abrir la mente para superar los conceptos que nos transmitieron sobre la Amazonía y sus pueblos. Condicionamientos mentales y emocionales, alejados de la realidad sobre aquello que debemos esperar y lo que no conviene hacer en estos ambientes, por lo que señala que “una mente abierta es una condición indispensable para superar los prejuicios”.
Para el comunicador “es evidente que el conocimiento de la realidad y escuchar nos ofrece esta posibilidad, nos ayuda a entrar en la vida de los demás, comprendiendo así lo que motiva su forma de entender la realidad”. En este sentido, asegura que es necesario soñar y hacer realidad los sueños junto a los pueblos que habitan la Amazonía, reconociendo que la han preservado por milenios y que de forma lamentable desde hace mucho tiempo están “colocados al margen de las decisiones, por ser considerados contrarios al progreso de los blancos». Además, porque la Amazonía siempre ha sido vista desde lo lucrativo o aquello que puede ofrecer desde lo económico.
Sufrimientos históricos
Situación que más allá de la lamentación puede constatarse en ciertos episodios de la historia de Brasil que enumeró durante su intervención; como es el caso del gobierno de Getúlio Vargas que entre 1930 y 1946, se enfocó en la consideración de la Amazonía como una fuente de riqueza para el país, concepción que en este tiempo alcanzó su nivel más profundo. Sin olvidar a todos los que llegaron durante los últimos cuatro siglos buscando “caucho, madera, soya, minerales, ganado, pescado, tierra…y una larga lista de productos que en distintos momentos de la historia han sostenido la economía de Brasil y la economía mundial,” advierte.
Desde su perspectiva el periodista afirma que se trata de “una actitud que se ha perpetuado a lo largo de los años, fomentando una política de dominación, que se enfrenta claramente a la actitud de cuidado presente en los pueblos originarios,” lo que termina por ignorar la riqueza cultural de quienes ancestralmente poblaron la región amazónica. Circunstancias que indica, llevaron a la depredación de los recursos para el beneficio de unos pocos en tiempos de la Dictadura Militar y que siguen vigentes, así hayan dejado de usar el lema “Integrar para no entregar” es una acción que se mantiene.
Así, Luis Miguel Modino aborda las consecuencias de estos episodios: el sufrimiento de los pueblos de la Amazonía que se agudiza con el tiempo “en una región de extrema riqueza, la población está muy necesitada y las políticas públicas garantizadas por la Constitución brasileña de 1988 están ausentes en la región,” precisa.
Se trata de una política que piensa «depredar para que unos pocos se beneficien,» realidad que acompaña la historia de la Amazonia hasta hoy. Las consecuencias del fenómeno son claras para el sacerdote. A esta vulneración constante de los derechos fundamentales de la población, se une el falso concepto de civilización que casi a todos nos acompaña y que explica como esa relación que se establece entre los pueblos indígenas y el ser salvajes, lo que hace parte del subconsciente de la cultura occidental y que ahora también es asumida por los mismos indígenas.
Interculturalidad como base
Afirmación que trae a su memoria las palabras de Doña Siloca, la mujer indígena del pueblo Baré, que en el Alto Río Negro le dijo: «Ya estamos civilizados». Estas son las actitudes sobre las que debemos reflexionar, -indica- el falso concepto de civilización que impide y termina por marginar las cosmovisiones y las culturas relacionándolas con algo inferior.
De esta forma, la propuesta de Modino es asumir la interculturalidad como un fundamento de cualquier proceso comunicativo, por lo que recuerda al Papa Francisco cuando afirma que cada pueblo que ha logrado sobrevivir en la Amazonía «tiene una identidad cultural propia y una riqueza única en un universo multicultural, debido a la estrecha relación que los habitantes establecen con su entorno, en una simbiosis -de tipo no determinista- difícil de comprender con los esquemas mentales de los demás». Al respecto, advierte que esta referencia a los esquemas mentales es fundamental a la hora de superar prejuicios y nos “reta a avanzar en el camino de la interculturalidad, aun siendo conscientes de la dificultad de asumir algunas realidades que forman parte de las culturas amazónicas”.
El desafío es construir puentes, por lo que invita a cuestionarse: ¿Cómo me acerco a las culturas amazónicas? Una pregunta fundamental para superar los prejuicios, que explica subyacen “en nuestro subconsciente, y sin duda interfieren en nuestro pensamiento, en nuestra mirada, en nuestra forma de hablar, en nuestra manera de acercarnos a los demás, especialmente a los que son diferentes o a los que siempre nos han hecho notar que son diferentes”.
Otros caminos comunicativos
Sobre el particular afirma que no debemos olvidar que la diversidad, ya sea cultural o de cualquier otro tipo, nos enriquece y es una condición indispensable para superar los prejuicios. “Cuando una persona no acepta la diversidad, difícilmente superará los prejuicios que se han introyectado en su personalidad a lo largo de su vida,” insiste y no debemos olvidar que “la deconstrucción de los prejuicios es una dinámica que lleva tiempo y esfuerzo, pero que avanza a mayor ritmo cuando ahondamos en la riqueza que nos ofrecen quienes son diversos, diferentes, pero dispuestos a escuchar y dialogar, actitudes que no pueden faltar en todos y cada uno de nosotros”.
Actualmente Luis Miguel Modino trabaja en el Centro para la Comunicación del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam), labor que alterna con su tarea de asesor de comunicación para la Región Norte1 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), corresponsal en América Latina de Religión Digital, colaborador de Vatican News, IHU Unisinos y Párroco del Área Misionera São José do Rio Negro de la Arquidiócesis de Manaos.
Roles diversos que le permiten compartir su propia trayectoria en la Amazonía y en la comunicación amazónica, travesías de las que surgen diez conceptos que le han ayudado a pensar en otros caminos comunicativos para una región que advierte es desconocida para la mayor parte de la humanidad y que pese a vivir en ella desde hace años, siente que conoce de forma limitada, tanto en lo geográfico como en lo existencial. La oportunidad de hacer vida la escucha y superar los prejuicios que nunca son ajenos a nosotros.
El decálogo
Una propuesta creativa que nace del asombro, de una admiración profunda, de la percepción de la belleza en la Amazonía y sus gentes. Una belleza que estremece, cuestiona y sobrepasa, lo que para un periodista como Luis Miguel Modino es la posibilidad de abrir un mundo nuevo para otros, provocarlos, dejarles incómodos ante la dura cotidianidad y compartir algo de esa disonancia con el mundo que le cuestiona e impulsa a seguir su camino como un misionero que comunica las realidades de los pueblos amazónicos.
Un decálogo de actitudes para comunicar el mundo que resulta innombrable o carente de sentido para muchos así como una fuente inagotable de saber para otros tantos y que vienen muy bien frente a la propuesta reflexiva que en el marco del 35 º Congreso Internacional de la SOTER invita a pensar en las formas de comunicar la Amazonía:
Ensuciarse los pies para llegar a las periferias geográficas y existenciales
Se trata de una postura ante la vida y las personas que habitan en la periferia que al ser comunicadas, llenan de riqueza la vida de una sociedad ávida de saber qué es aquello que completa la vida de estas personas. Las «historias de las periferias» y de quienes las habitan, “nos marcan, nos ayudan a conocer y comprender realidades ocultas,” afirma.
Escuchar para conocer la vida de la gente
“No basta con llegar, es necesario escuchar, y escuchar con calma”. Esto porque de acuerdo con la experiencia del sacerdote en la Amazonía, “ellos escuchan más de lo que hablan, pero también les gusta ser escuchados, incluso escuchados con el corazón, dejando que sus historias de vida penetren en el corazón de aquellos con los que interactúan”.
Caminar sin prisas
Cuando caminamos con prisa no nos damos cuenta de la riqueza de la gente y de la realidad que nos rodea y de acuerdo con el sacerdote, esta es una de las cosas más apreciadas por las comunidades de la Amazonia. Tomarse el tiempo para conocer y por ende respetar, valorar la grandeza de la sencillez.
Hacer visibles las culturas y las cosmovisiones
Las diversas formas de dominación contra los pueblos indígenas no cesan y ha de ser una prioridad para cualquier comunicador preservar las culturas y cosmovisiones propias en cada narrativa. “La lucha es grande contra un enemigo, que se materializa de formas muy diferentes y está empeñado en destruir las culturas, discriminadas,” declara.
Comunicar en red
Es preciso recordar que juntos somos más y esto también sucede en el campo de la comunicación. Es necesario tejer redes que fortalezcan las dinámicas comunicativas que permitan compartir la vida de la región y los pueblos que la habitan. Además, porque constituye un instrumento de resistencia frente a los ataques que en muchas oportunidades provienen de grupos de comunicación con poder.
Protagonismo de los comunicadores locales
Los comunicadores locales “tienen una visión de la realidad amazónica que difícilmente es asumida y transmitida por los que vienen de fuera”. Ejemplo de ello son los «lanceros digitales», que se presentan como mujeres y hombres que son comunicadores comunitarios de las nacionalidades, organizaciones y federaciones de base del Movimiento Indígena en la Amazonía ecuatoriana, ellos están enfocados en mostrar las realidades de su comunidad. Es mucho más fácil comunicar aquello que se conoce a través de la experiencia.
Comunicar con pasión
Aquí el sacerdote se refiere a la pasión que “cambia perspectivas, que ayuda a profundizar en la realidad, a encantarse y encantar a otros con lo que está presente en la vida en la Amazonia”. Frente a lo que podemos asegurar que la pasión es contagiosa, despierta el interés de los demás, encanta vidas y corazones y es uno de los mayores desafíos para superar las amenazas que pesan sobre la Amazonía y los pueblos que la habitan.
Comunicar el cuidado
Consiste en comprender que a todos nos corresponde ser guardianes de la obra de Dios. La actitud de comunicar el cuidado es un instrumento que nos ayuda a comprender que tenemos el reto de promover el cuidado de la creación, siguiendo el ejemplo de las comunidades amazónicas, solo así la sociedad global se dará cuenta de la necesidad de solidaridad en este cuidado ante el riesgo de destrucción que pesa sobre la Amazonia y el planeta.
Dar voz a los últimos
Valorar a cada persona. “Dar voz a los últimos nos muestra realidades que forman parte de la vida de la gente”. Encontrarnos con personas que hablan desde el corazón, nos lleva a considerar la realidad tal y como se vive, sin que pase por los filtros intelectuales que muchas veces la distorsionan. “Viajando por la Amazonia, nos encontramos con esas personas, situadas fuera de la historia, pero que enriquecen la historia de otros cuando son escuchadas”.
Procesos de comunicación
“Los procesos llevan tiempo, pero permanecen en el tiempo, sedimentan la historia, haciendo que responda mejor a la realidad vivida,” afirma el comunicador al insistir que los acontecimientos suelen ser fuegos artificiales que deslumbran, pero iluminan sólo por un momento. Entonces desde nuestra vocación de comunicadores no podemos tener miedo a los procesos, porque, aunque lleven mucho tiempo, no podemos dejar de reconocer que nada cambia en un instante. “Son los procesos los que nos ayudan a comprender que la vida puede ser diferente. Tiene que ser diferente para construir una nueva historia, donde el valor de cada ser humano sea reconocido por todos”.
Luis Miguel Modino cerró sus reflexiones recordando que «experimentar y comunicar elementos presentes en el proceso del Sínodo para la Amazonía marcó su vida como comunicador, pero también su vida personal; así como su experiencia de fe; por lo que considera que las palabras del Papa Francisco al cierre de «Querida Amazonía» en las que exhorta «a todos a avanzar por caminos concretos que transformen la realidad de la Amazonia y la liberen de los males» debe ser una prioridad para quien desea comunicar el Amazonas; porque al final «comunicamos para cambiar la realidad, para hacer que la vida de las personas, de todas las personas, incluso las que la sociedad descarta, sea mejor y que la felicidad se vislumbre como una meta alcanzada».
Fuente: ADN Celam