La expectativa que tienen los pueblos amazónicos de la visita del Papa Francisco, es que transmita un mensaje de esperanza, un mensaje de conversión, a partir de la propia vida e identidad de los pueblos, pero, dirigido a toda la humanidad y un mensaje de valentía, de salida clara y convincente para defender sus identidades, sus derechos.
Por otro lado, pedir de la iglesia una respuesta mucho más cercana a su contexto, a sus necesidades y a los momento profundamente complejos que están viviendo frente a los graves signos de explotación y de extracción que se están viviendo y que tienen una afectación claramente mayor para los pueblos indígenas y en estos territorios amazónicos, también, es la vida toda del planeta la que está en riesgo.
También, esperan que el papa Francisco haga una mención específica a los elementos centrales de la Encíclica Laudato Si (Alabado Seas), que tienen en el centro la mirada de ecología integral. En esa mirada se menciona sobre todo la ecología cultural. Entonces, los pueblos amazónicos están seguros que el Papa va hacer un reconocimiento explícito de los valores espirituales, de la capacidad de relacionarse de estos pueblos con su entorno, con el medio ambiente, y de la espiritualidad que está viva y presente en todas sus relaciones dinámicas, en sus prácticas culturales y en su propia organización.
Los pueblos amazónicos aspiran también a que ese mensaje sea uno de reconocimiento, como ya lo hecho antes, de pedido de perdón y de una invitación seria y clara para crear nuevos caminos junto con la iglesia y con otros grupos de buena voluntad para ir respondiendo juntos a una realidad que ya es ineludible.
Por último, esperan que el Papa Francisco pida concretamente a estos pueblos indígenas que le expresen cuáles son sus inquietudes y necesidades más profundas. Que puedan exigir, a través de él a la iglesia y a la sociedad una reconducción en los temas que hay que hacerlo para la renovación de nuestra manera de acompañar y ciertamente una perspectiva de crear caminos pastorales en los que como Iglesia seamos capaces de acompañar mucho más cercanamente a las particularidades de este pueblo que quiere seguir viviendo su identidad cultural, pero que también quiere, en muchos casos, construir su proceso y camino como creyentes en este mensaje de Cristo pero desde las semillas y bosques del Verbo que ya están en medio de su realidad.
Mauricio López, desde Puerto Maldonado, Perú