Un proyecto misionero que supera las fronteras, en una Amazonía donde los ríos unen, es el objetivo que se han planteado los Misioneros de Guadalupe, inspirados y desafiados por el mensaje de la Exhortación Apostólica postsinodal Querida Amazonía.
Por Luis Miguel Modino
La decisión fue tomada en el XI Capítulo General de los Misioneros de Guadalupe, instituto fundado en 1949 por los obispos de México para llevar a cabo la misión ad gentes, celebrado en noviembre de 2020 en la ciudad mexicana de Guadalajara, donde decidieron “ser un Instituto en salida que responda a todos los ámbitos de la misión”. Una decisión que les ha llevado a revisar sus compromisos y procediendo a entregar, conservar y abrir nuevos compromisos.
Querida Amazonía, en su número 61, dice que “La Iglesia es llamada a caminar con los pueblos de la Amazonía”. Ya en su número 90 llama “…promover la oración por las vocaciones sacerdotales” y “ser más generosos llevando, a los que demuestran tener vocación misionera, a optar por la Amazonía”.
Una misión entre Perú y Brasil
En la Triple Frontera Brasil-Perú-Colombia, los Misioneros de Guadalupe trabajarán en la Diócesis de Alto Solimões, en la ciudad de Tabatinga, en los barrios periféricos de Umariaçu I y II (Ticuna) y en el área del Ifam-Kokama. También lo harán del lado peruano, en el Vicariato de San José del Amazonas, donde asumirán la parroquia de Caballo Cocha y la Comunidad de Pebas, lugar este último, donde también se colocará el año de formación pastoral y espiritual de sus seminaristas (CESPA).
Los Misioneros de Guadalupe pretender “retomar nuestro carisma misionero de acuerdo a la realidad actual; responder al llamado de la Misión inspirados en la Querida Amazonía: ser presencia y estar al servicio de nuestros hermanos y hermanas de los pueblos originarios, de las comunidades ribereñas y de los barrios periféricos; seguir una ruta amazónica desde Pucallpa (Ucayali) hasta el Amazonas (Manaos). pasando por puntos estratégicos, Solimoes, Javari, etc.”.
Integrar la misión con los indígenas de diferentes países
En relación al Pueblo Ticuna, pretende sumarse al esfuerzo que se está llevando a cabo para relacionar, comunicar, integrar la actividad evangelizadora entre los Ticuna que viven en Colombia, Brasil y Perú.
Para llevar a cabo esta misión, los Misioneros de Guadalupe están creando equipos misioneros integrados por misioneros laicos asociados, seminaristas, diáconos, sacerdotes diocesanos asociados a los Misioneros de Guadalupe y con los sacerdotes Misioneros de Guadalupe, en colaboración con los obispos de las Iglesias Particulares donde van a llevar a cabo su misión, siguiendo y realizando los Planes Pastorales de las diócesis y vicariatos.
Acompañar la vida de los pueblos
Según el padre Eugenio Romo, la nueva misión pretende hacer realidad algo que le señalaba el cardenal Pedro Barreto, presidente de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), que le hacía ver que “había que ir más allá de fronteras geográficas y políticas para mirar la Amazonía como una realidad territorial donde viven etnias que necesitan ser acompañadas pastoral y espiritualmente en su caminar”.
Según su Padre General, “los Misioneros de Guadalupe hemos decidido romper esa realidad geográfica, política, para ver e ir hacia estas etnias. Por lo que hemos decidido que nuestra presencia misionera se enfoque en el Vicariato Apostólico de Pucallpa, en el Vicariato Apostólico de San José del Amazonas, en la Diócesis de Alto Solimões y en la Arquidiócesis de Manaos”, insistiendo en su decisión de acompañar aquello que pidan los obispos.
Los Misioneros de Guadalupe pretenden acompañar comunidades indígenas, algo que ya hacen con diferentes pueblos, y que es visto por su General como “un paso muy importante que los Misioneros de Guadalupe estamos dando al considerar la Amazonía como misión ad gentes”, algo para lo que se encomiendan a la Virgen de Guadalupe. Una misión que quieren llevar a cabo junto con laicos, “entendiendo la vocación del laico no como alguien que nos viene a ayudar a los sacerdotes, sino al laico como alguien que tiene su propia vocación de predicar a Cristo”, afirma el padre Romo, que insiste en que “sacerdotes y laicos nos complementemos y podamos responder a las necesidades de estas comunidades”.
Fuente: ADN Celam