Mons. Geovanni Paz, obispo de Latacunga y presidente de la Comisión de Culturas de la Conferencia Episcopal ecuatoriana expresó su preocupación tras el segundo episodio de ocupación policial y militar de la comunidad de Palo Quemado y Las Pampas ocurrido este 23 de julio.
Por Paola Calderón Gómez
Gesto que tanto la comunidad como el obispo interpretan como una expresión hostigamiento y presión por su opinión contraria a la explotación minera en esta región ecuatoriana y la cercanía de la consulta popular que podría acabar con esta práctica.
“Tenemos mucha preocupación por lo que está sucediendo en la comunidad de Palo Quemado y Las pampas, el domingo pasado llegaron el ejército y la policía armados a la parroquia, yo les he dicho que los campesinos solo tienen sus picas, azadones, sus instrumentos de trabajo,” narró el obispo en un video mensaje difundido por la Red Nacional de Pastoral Ecológica.
Para el prelado resulta inadmisible que lleguen armados a los territorios cuando no se trata de delincuentes y no existe explicación para que aparezcan tanto militares como miembros de la Policía. Explicando que en estos días las comunidades de esta zona siguen en resistencia, Mons. Paz expresó con claridad que los habitantes de esta zona dicen ¡No a la minería!
Iglesia respalda a la comunidad
Al mismo tiempo explicó que la solicitud de la comunidad es que los mineros salgan de estos territorios porque se encuentran en sus propiedades causando graves problemas por efecto de esta actividad económica.
“El impacto, la ruptura del tejido social es una realidad, la contaminación ambiental que está llegando hasta los ríos, la destrucción de la casa común es lo que nos preocupa muchísimo,” indicó al reafirmar su apoyo a la resistencia de la población en Las Pampas y en La Florida, reconociendo que en el sector de Palo Quemado hay mucha división entre la gente, diversidad de opiniones por las diferentes ofertas económicas que hacen las compañías mineras a los habitantes.
Sin embargo, desde su rol de pastor de una comunidad y representante de la Iglesia para el acompañamiento de las culturas, ratifica su apoyo a las comunidades indígenas y campesinas. “Acompañamos todos aquellos procesos que defiendan la vida, porque nuestra opción es la vida y como dice el Papa Francisco, debemos cambiar hacia una verdadera conciencia ecológica integral,” concluyó.
Los habitantes de la parroquia Palo Quemado de manera reciente hicieron una marcha en contra de la minería porque consideran que se trata de un problema para las familias y futuras generaciones, teniendo en cuenta que su principal actividad económica es la agricultura.
Movimiento Indígena presente
Alex Toapanta, presidente del Movimiento Indígena presente en la Parroquia de Palo Quemado lamentó que se estén empleando recursos públicos para que militares y policías ocupen estos territorios, mientras la ciudad carece de la protección de los uniformados.
“Cuando este país se cae a pedazos, cuando el país está viviendo una ola delincuencial muy alta, es lamentable que se utilicen recursos del estado para la militarización de los sectores utilizando a los elementos policiales que bien podrían estar dando seguridad en la ciudad. No obstante, se encuentran aquí buscando armamento, munición. Aquí no hay municiones queridos amigos de los medios de comunicación”, afirmó el joven.
“Aquí hay trabajo, aquí hay producción. Aquí hay leche, hay carne y panela, eso producimos,” declaró. Así, el líder pidió en nombre del Movimiento Indígena que “los militares se controlen y se pongan del lado del pueblo que trabaja para que en este momento el país pueda estar bien económicamente”. “No es justo que nos vengan a requisar como si fuéramos unos viles delincuentes,” porque la comunidad se ha sentido arrinconada, coartada en su derecho a la libertad para expresarse.
El derecho a la resistencia
Alex Toapanta recordó que en la provincia del Cotopaxi existen 90 mil hectáreas destinadas para la explotación minera y el Movimiento Indígena unido al Consejo de Gobierno y otras organizaciones de la sociedad civil, firmaron una resolución durante la Asamblea Provincial efectuada la semana pasada en la cual advierten que las comunidades sentarán su voz de protesta ante las empresas mineras que se estén intentando entrometerse, dirigir o dividir a las comunidades.
En esta línea seguirán expresando su desacuerdo, una voz de lucha que les garantice el cumplimiento del artículo 98 de la constitución política ecuatoriana en el que se lee que «los individuos y los colectivos podrán ejercer el derecho a la resistencia frente a acciones u omisiones del poder público» es decir, se trata de garantizar el derecho a la protesta.
“Aquí hemos permanecido en el territorio y aquí permaneceremos, nos quedaremos cuidando la vida y la producción,” afirmó el presidente del Movimiento Indígena al advertir que ellos (militares y policía) no pueden vulnerar los derechos de los pampeños, un lugar donde hay una planta de producción de panela orgánica con calidad de exportación por lo que el Movimiento Indígena se une a este proceso para acompañarlo y darle cobertura.
Velar por las generaciones futuras
Por su parte Martha Masapanta lideresa de la parroquia se unió diciendo que “No quieren la empresa minera porque son exportadores de panela a gran escala” lo que muestra el esfuerzo de la comunidad en la producción, comercialización y ahora la conquista de otros mercados con los trámites que se están realizando para iniciar su proceso de exportación a Italia.
Por eso, desean seguir viviendo como agricultores humildes seguros de decir ¡No a la minería, si a la vida! porque como afirmó otra de las habitantes a medios locales para ellos la tierra es su Madre, «nosotros solo la estamos defendiendo porque no queremos que nuestros hijos estén en peligro,” lo que claramente puede suceder con la práctica de la minería metálica o la excesiva exploración y explotación petrolera en Ecuador.
Fuente: ADN Celam