La situación en las fronteras venezolanas está tomada por la violencia y el desespero. Desde hace dos días, se vienen generando enfrentamientos que ya han dejado víctimas mortales en el paso entre Venezuela y Brasil en la Amazonía venezolana.
“Es un enfrentamiento de pueblo contra pueblo. Parece que nos estamos desconociendo como hermanos y viendo en el otro a un enemigo.” Comparte Peggy Vivas, misionera laica marista, del Vicarito de Caroní, que justamente ejerce su misión en esta frontera.
Desde el pasado jueves 21, la Guardia Boliviariana, ha intentado entrar 4 autobuses con militares armados y un convoy militar a la frontera, pasando por territorio indígena pemón, a lo que esta etnia indígena respondió con resistencia y cerrando las posibilidades de paso, aduciendo que “no estamos en guerra, no queremos en guerra, no entendemos porque vienen de esta manera armados” . Ello implicó un violento y grave enfrentamiento, donde la Guardia abrió fuego y dejó a 1 mujer ….. fallecida y a 15 personas heridas. El cierre de la frontera ha triado como consecuencia más violencia y muerte, ya que en el lado venezolano de la frontera, no se cuenta con los insumos necesarios para la atención médica, las ambulancias no son permitidas de transitar y heridos y enfermos se encuentran en una situación de vida o muerte.
La comunidad indígena pemón está dividida, como muchos sectores del país, un grupo demuestra su apoyo al régimen de Nicolás Maduro, y con algunos objetos como palos, piedras, lanzas, están enfrentándose con grupos también armados de estos elementos, que desean que se reabra la frontera y se de paso a la asistencia humanitaria.
La violencia no ha parado y el día de ayer 22 de febrero, el Escuadrón de Caballería y Motorizado del Ejército Venezolano – ESCAMOTO, junto con el grupo pemón en respaldo al régimen, cerraron el paso a la frontera con una barricada y otras líneas de soldados en diferentes puntos de la frontera, impidiendo el libre tránsito y el paso de la asistencia humanitaria. “Ustedes también son Venezuela y están sufriendo” es el grito que se escuchaba de la gente enfrentándose en medio de la barricada.
El día de ayer convocaron a una reunión por la situación de crisis, donde supuestamente asistirían diputados y otras autoridades, para conversar sobre la situación de asistencia humanitaria. Pero no llegó nadie, “solo vimos este escenario de guerra de hermanos contra hermanos”. Mons. Felipe, obispo de Caroní, se acercó a intentar una mediación y diálogo, pero fue respondido con la misma violencia, de parte de la barricada y el general a cargo; “no hay posibilidad de diálogo” expresó.
Los funcionarios del Municipio de Gran Sabana, en la cabeza de su autoridad principal, no aportan a una solución a esta situación, e invitan a la población a acudir al enfrentamiento. “La solución no es botar gases, ir con palos y piedras, no podemos seguirnos descociendo entre nosotros, no podemos apuntar a que hechos como esto nos digan que en Venezuela, sí puede haber una guerra civil”, expresa la misionera con mucho dolor.
Hasta horas de la noche, se seguían viendo imágenes de la barricada en la frontera, la gente exigiendo el paso de la ayuda y el libre tránsito. Muchos rumores de convocatorias a más refuerzos, todo en una tónica de violencia, que solo genera mayor zozobra y desespero.
“Vemos como todo este proceso nos ha separado como nación, estamos siendo capaces de enfrentarnos con violencia, siendo hermanos, hasta de la misma etnia, se han creado profundas divisiones. En este punto, está siendo difícil establecer el diálogo. “No queremos respuestas violentas, queremos salidas pacíficas”.