“Dios nos colocó en el Jardín del Edén y debemos dejar este mismo Jardín del Edén a las generaciones que nos siguen”.
Por: Miguel Ángel Cadenas, obispo del Vicariato Apostólico de Iquitos
El mundo en el que vivimos no es nuestro, es de Dios. Él nos colocó en el jardín del Edén para que lo cuidemos. Esta idea ya está en el Génesis (2, 15). Nuestra tarea es dejar a nuestros hijos un mundo en las mismas condiciones que hemos encontrado. Y, si podemos, mejor incluso que el nuestro. Pero cabe preguntarnos, ¿qué es “cuidar”? Para responder nos vamos a servir de tres idiomas amazónicos. Gracias a ellos podemos percibir diversos matices en el “cuidar”. En los tres idiomas elegidos existe más de una palabra para expresar qué significa “cuidar” y esto nos indica, por tanto, la importancia que esta idea tiene para los pueblos indígenas.
Comenzamos con el idioma ikito, una lengua en serio peligro de extinción. Según datos del Ministerio de Cultural del Perú, apenas 500 personas manifestaron poder hablarla en el último censo del año 2017. Hasta cuatro términos encontramos entre los ikito que evocan la intención de cuidar de algo o de alguien.
- ‘Cariiniini’: cuidar algo, en el sentido de mirar fijamente a alguien o algo.
- ‘Cut++t++ni’: cuidar a una mujer que está dando a luz.
- ‘Imaani’: [un animal] pone un huevo y lo cuida.
- ‘Tasiitaani’: cuidar un objeto como una casa o una presa para que no se pierda.
Podríamos comentar varias cosas sobre esto, pero nos centraremos en una sola. Para los ikito es fundamental conservar la vida: tanto de los animales que ponen un huevo y lo cuidan, como de las mujeres en situación de parto. Es tan importante que tienen una palabra propia para cada uno de esos momentos. Pero hay todavía más. ‘Cum+t++ni’ significa “hacer crecer, criar a un niño o un animal cuya madre ha muerto, en el parto por ejemplo”. La vida, nuevamente, se pone por encima de todo. Más aún hoy, en tiempos de violencia contra las mujeres y los niños, conviene recordar particularmente este significado.
Vayamos ahora al idioma huitoto-muinane. En este caso encontramos, al menos, tres vocablos:
- ‘Acádotde’: cuidar en el sentido de aguardar.
- ‘Acádua+bitde’: venir para aguardar o cuidar.
- ‘Jooc+(de)’: guardar bien, tener cuidado y vigilancia de muchos.
De nuevo, de entre muchos posibles comentarios, elegiremos uno. Para el pueblo Huitoto cuidar está relacionado con la espera, aguardar, indicando que cuidar no es un asunto puntual y rápido, sino que exige dedicar tiempo.
En tercer lugar, analicemos qué nos dice el idioma kukama.
- ‘Aipata’: cuidar, criar en el sentido de hacer crecer. Se utiliza para hijos/personas, animales y plantas.
- ‘Mainani’: cuidar en el sentido de proteger. Se aplica a plantas, ancianos, enfermos, animales (a todos los que no se pueden valer por sí mismos).
- ‘M+mara’: criar, domesticar, amansar, en el sentido de cuidar, proteger y alimentar, se aplica a los animales y plantas pequeñas.
Aquí comprobamos cómo ‘aipata’, para los kukamas, significa ‘cuidar en el sentido de criar’. Y es que los kukama consideran esta tarea tan importante que la extienden a los niños, a los animales y a las plantas. De ahí que maltratar animales y plantas sea tan grave como maltratar a una persona.
En este breve análisis es evidente que dejamos muchos matices. Sin embargo, con un simple vistazo al diccionario se confirma y se aprecia, por ejemplo, la importancia que para los pueblos indígenas tiene cuidar a las mujeres en el momento del parto, según nos recuerdan los ikito. En estos tiempos en que algunos de sus compañeros las abandonan, es una llamada a la responsabilidad. Del mismo modo, vivimos en una época de prisas, estrés y ansiedad. En contraposición a ello, los huitoto-muinane nos indican también la importancia de dedicar tiempo al cuidado. Necesitamos concentrarnos en lo que estamos haciendo y hacerlo bien. Por último, los kukama nos recuerdan que la vida no es únicamente la atención al ser humano porque, de igual manera, debemos tratar a plantas y animales.
Y de los idiomas indígenas a las investigaciones actuales. Ya hace años que los pescadores denuncian que, cuando revisan sus trampas, no solo pescan peces, pues también estas agarran plásticos de todo tipo y origen. Pero vamos más allá de los ríos. Científicos del Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP) han encontrado microplásticos en los peces que se venden en los mercados de Iquitos. Así están las cosas. ¿Todavía quedan dudas? Es urgente: Necesitamos cambiar nuestro estilo de vida y evitar los plásticos.
Y en momentos de pandemia, otro ejemplo más: Los síntomas en las personas que padecen covid-19 y habitan en espacios con peor calidad de aire (dióxidos de nitrógeno que producen los buses, motocarros, motos…) se agravan más, hasta poder llegar a morir. Necesitamos otros modos de transportarnos en las ciudades y en los ríos. Es tiempo de un cambio de matriz energética.
Un tercer ejemplo: durante la última década la selva amazónica libera más cantidad de dióxido de carbono a la atmósfera de la que absorbió, debido al cambio climático, la deforestación y los incendios.
Y, por último: la basura. Hay que colaborar entre todos: consumir menos y sacarla a su debido tiempo. Pero, además, necesitamos plantas de tratamiento de aguas residuales que regeneren las aguas antes de ser vertidas al río. Urge tomar medidas.
Dios nos colocó en el Jardín del Edén y debemos dejar este mismo Jardín del Edén a las generaciones que nos siguen.