La Federación de Mujeres Indígenas Huaynakana Kamatahuara Kana informó desde Nauta (Loreto) sobre la acción legal presentada para que el Gobierno peruano reconozca a su río como una persona jurídica. A nivel internacional existe una creciente jurisprudencia en ese mismo sentido. «No solo estamos actuando por nosotros, sino por las futuras generaciones (…) Exigimos la vida, la igualdad, y el respeto para la humanidad», afirmó la presidenta de Huaynakana, Mari Luz Canaquiri.
Por CAAAP- Perú
“¿Quién sufre en el Marañón? Nosotras las mujeres, las madres con nuestros hijos, somos quienes sufrimos con el agua contaminada. Nos estamos enfermando”. Con estas palabras iniciaba ayer su intervención desde el auditorio de Radio Ucamara de Nauta, en Loreto, la lideresa de la Asociación de mujeres Kukamas ‘Huaynakana Kamatahuara Kana’, Celia Fasabi. Junto a otras integrantes de dicha asociación, que en castellano significa ‘mujeres trabajadoras’, Fasabi participó de la rueda de prensa de presentación sobre la demanda que han interpuesto para exigir al Estado peruano el reconocimiento como persona jurídica de los ríos de la Amazonía.
Como para otros pueblos indígenas amazónicos, el pueblo kukama, asentado en la ribera del Marañón y sus afluentes, concede a sus ríos una entidad sagrada. Son seres que merecen respeto porque en sus aguas residen los seres espirituales y, en torno a ellas, gira la vida de sus comunidades, la vida de su Amazonía. Es por esa razón que las mujeres kukama organizadas, con apoyo de varias organizaciones aliadas, han decidido presentar una acción legal pionera para que se declare al río como un ser vivo.
“Hemos tomado esta decisión por los muchos derrames petroleros y la vulneración de derechos que vivimos. Estamos en una pésima situación, nuestros ríos están contaminados de metales y no contamos con los servicios básicos”, explicó durante su intervención Mari Luz Canaquiri, presidenta de Huaynakana Kamatahuara Kana.
Según se informó, el último 8 de septiembre la federación de mujeres kukama y sus abogados del Instituto de Defensa Legal (IDL) iniciaron esta acción judicial ante los tribunales para demandar a varias entidades gubernamentales, entre ellas, Petroperú, el Ministerio de Medio Ambiente y el Ministerio de Energía y Minas, por la violación de los derechos fundamentales del río Marañón.
Con esta decisión, las mujeres kukama se muestran firmes. Saben que, si ellas no hacen algo, nadie más lo hará. Aseguran también que, como consecuencia de los derrames y el consumo de peces contaminados, algunas mujeres reportan abortos, y los niños padecen de distintas enfermedades que sus madres no pueden atender porque el centro de salud de sus comunidades no cuenta con las medicinas necesarias.
Es en las comunidades menos favorecidas por el Estado donde habitan las verdaderas víctimas de tanto daño petrolero al río Marañón y sus afluentes. “No solo estamos actuando para nosotros los pueblos indígenas, sino también para las futuras generaciones. La Amazonía es el pulmón del mundo y debemos protegerla (…) Exigimos la vida, la igualdad, y el respeto para la humanidad”, reafirmó Canaquiri.
En este proceso también participan abogados y académicos canadienses de tres universidades, quienes presentaron un amicus curiae en la corte peruana el 29 de septiembre para respaldar la demanda de Huayanakana. El documento muestra cómo varios gobiernos provinciales han reconocido el derecho de los pueblos indígenas a administrar sus propios recursos. Además, el amicus describe la creciente importancia de la ley indígena dentro del proceso de evaluación del impacto ambiental en Canadá.
Detalles de la acción legal de Huaynakana
Las mujeres Kukama están pidiendo el reconocimiento de derechos específicos para el río Marañón. Estos incluyen el derecho a existir, fluir, vivir libre de contaminación, alimentarse y ser alimentado por sus afluentes, y ser protegido, preservado y restaurado. Estos derechos, indican los abogados, están de acuerdo con la Declaración Universal de los Derechos de los Ríos.
La creciente jurisprudencia comparada en todo el mundo, como el río Atrato en Colombia, el río Whanganui en Nueva Zelanda y el río Magpie en Canadá, está otorgando derechos sobre los ríos. En esa línea, desde Loreto se defiende que su río también debe de ser protegido por su alto valor cultural y espiritual. Cabe mencionar también que, en Perú, la Constitución protege los valores culturales de sus pueblos indígenas y el país es signatario del Convenio 169 de la OIT y de la Declaración Americana de Pueblos Indígenas.
Tanto durante la rueda de prensa como a través de la nota de prensa difundida posteriormente, se indica que la demanda interpuesta también pide a Petroperú que lleve a cabo el mantenimiento y reparación de su gasoducto peruano norte, objeto de constantes fugas en las últimas décadas, así como el establecimiento de comités locales de gestión de cuencas hidrográficas. Esto último, indican, busca garantizar la participación de los pueblos indígenas en la administración y conservación de sus recursos hídricos.
Con esta acción y su incansable voz, siempre atenta y vigilante, las mujeres Kukama exigen que el Gobierno peruano reconozca a las organizaciones indígenas como defensoras y representantes del río Marañón y sus afluentes. Por ello, proponen y solicitan la creación de una entidad denominada “Guardianes del Río Marañón”, institución que representaría al río y sus intereses en coordinación con las agencias gubernamentales. Así se le daría al río Marañón un lugar en la mesa durante las reuniones de alto nivel y, potencialmente, permitiría que el río influyera en las decisiones públicas y privadas sobre su Ser y Afluentes.