La formación de los que un día serán los sacerdotes de la Amazonía fue una de las reflexiones del Sínodo para la Amazonía. Las conclusiones se recogieron en el Documento Final del Sínodo y en Querida Amazonía, que está cumpliendo dos años de su publicación.
Por Luis Miguel Modino
El padre Zenildo Lima, rector del Seminario San José de Manaos, fue uno de los auditores de la Asamblea Sinodal. Reflexiona sobre los progresos realizados, reconociendo que «se han visto un poco frenados por este contexto de pandemia». Aun así, es una oportunidad para «tomar conciencia de la necesidad real de una verdadera reformulación de los caminos, de los itinerarios, de los procesos pedagógicos en la formación sacerdotal«.
Conocer las reflexiones del Sínodo y de los documentos conclusivos, donde se confirman las intuiciones ya presentes en el Seminario San José de Manaos, «ahora se convierte en una condición necesaria aquí en nuestro seminario para que un joven candidato al ministerio sacerdotal sirva a las iglesias de la Amazonía«. De ahí la importancia de las iniciativas que están surgiendo en el Seminario San José, como el Núcleo de Reflexión Pluriétnica, «expresión de los intentos de cambio, y lo que es bonito, de los seminaristas, desde dentro».
El padre Zenildo defiende una necesaria conversión eclesial y una revisión de la ministerialidad, que ayude a una mayor presencia de la Iglesia en las comunidades. Un proceso que está ayudando a reformular la formación de los seminaristas, para «repensar el ministerio sacerdotal», insistiendo en «un ministerio que sea capaz de trabajar con el ministerio de las mujeres«. Todo ello genera confianza y ayuda «en este camino que estamos haciendo como Iglesia de la Amazonía».
Discutir nuevos caminos para la formación sacerdotal
Una de las reflexiones del Sínodo para la Amazonía, que recoge el Documento Final y Querida Amazonía, que está cumpliendo dos años de su publicación, es la formación de los futuros sacerdotes. ¿Cómo se está llevando eso a cabo después de dos años?
Si queremos hablar de vías de avance o de concreción de las indicaciones o caminos de «Querida Amazonía», podemos abordarlo desde dos perspectivas, una de desarrollo más práctico, más concreto, que se ha visto algo frenada por el contexto pandémico. Sobre todo, en lo que se refiere a las articulaciones o exigencias pastorales que implican una mayor movilidad por parte de la Iglesia. Otra se refiere a la actualización de las comprensiones.
En este campo de la formación sacerdotal, la gran contribución, y podemos hablar de un gran desarrollo en los procesos de formación sacerdotal en las iglesias de la Amazonía, se refiere a la conciencia de la necesidad real de una verdadera reformulación de los caminos, de los itinerarios, de los procesos pedagógicos en la formación sacerdotal.
No tengo información de que ningún seminario haya dado pasos concretos en esta dirección, salvo la propia CEAMA, que ha iniciado un proceso, y este mes de febrero habrá un encuentro sobre este tema, que pretende discutir nuevos caminos para la formación sacerdotal a la luz del Sínodo, el Documento Final y la Querida Amazonía.
Formación presbiteral permeada por la Querida Amazonía
Incluso aquí, en el Seminario de San José, en Manaos, donde se forman los seminaristas de las nueve iglesias que componen el Regional Norte 1 de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), una iniciativa que surgió el año pasado fue el Núcleo de Reflexión Multiétnica. ¿Qué lectura se puede hacer de esto?
Concretamente en nuestro Seminario Arquidiocesano de San José, que es un seminario de la Arquidiócesis, un seminario de la provincia, un seminario del Regional, en cierto modo, en primer lugar, el Sínodo trajo la confirmación y la claridad de lo que teníamos como intuiciones aquí en la casa, aquí en el Seminario.
Si podemos hablar de desdoblamiento, más allá del estudio, ahora se ha convertido en una condición necesaria aquí en nuestro seminario para que un joven candidato al ministerio sacerdotal para servir a las iglesias de la Amazonía, tiene que entrar en contacto con las reflexiones del Sínodo y las indicaciones de los documentos conclusivos, el Documento Final y Querida Amazonía.
Un segundo elemento, la concepción de cómo se piensa la totalidad del proceso de formación en el Seminario de San José de Manaos, está permeado por estas perspectivas de la Querida Amazonía, y concretamente de sus sueños. Es decir, se tiene en vista que el sacerdote egresado del Seminario de Manaos, alguien con esta capacidad de involucrarse con las grandes cuestiones que desafían la vida de los pobres, el sueño social; que tiene la capacidad de dialogar con las emergencias culturales y teológicas de las poblaciones amazónicas, el sueño cultural; la necesidad de entender que el ministerio tiene que realizarse dentro de una nueva dinámica eclesial que no puede estar marcada por el clericalismo, el sueño eclesial; y necesariamente, la pastoral de un sacerdote formado en la Amazonía tiene que considerar la gran tarea de cuidar nuestra Casa Común, el sueño ecológico.
Tenemos una nueva y más lúcida dirección para la dinámica del Seminario. Allí, iniciativas más concretas resaltan estos elementos, como este Núcleo de Reflexión Multiétnica, en un Seminario que ya cuenta con nueve etnias, nos ayuda de alguna manera a poner en práctica las reflexiones, ya sea desde el punto de vista del sueño social, o desde el punto de vista del sueño cultural. La comprensión de la dinámica de la fe, partiendo también de la experiencia religiosa de las poblaciones indígenas, en el caso de los grupos étnicos presentes aquí en el Seminario.
Todo percibe que, en este Núcleo de Reflexión, que está en sus inicios, en sus primeros pasos, tenemos una nueva respuesta muy concreta de una nueva vertiente en el Seminario. No se trata sólo de una actividad, sino de una actividad nueva dentro del propio Seminario, pues de lo contrario se correría el riesgo de ser vino nuevo en odres viejos. Pero ya es una expresión de intentos de cambio, y lo que es hermoso, de los seminaristas, desde dentro.
Revisión de la ministerialidad
Una de las reflexiones que surgieron en el Sínodo fue la de pasar de una Iglesia de visita, la que tradicionalmente han hecho los sacerdotes en la Iglesia de la Amazonía, a una Iglesia de presencia. ¿Cómo fomentar esto en aquellos que se están formando para ser los sacerdotes de la Iglesia en la Amazonía en los próximos años y décadas?
Esto implica la cuestión de la dimensión pastoral, la dimensión misionera de la formación sacerdotal. Los alumnos de las diócesis y prelaturas del interior del estado de Amazonas y Roraima, procedentes de comunidades indígenas y ribereñas, pasan buena parte del tiempo del proceso formativo en la gran metrópoli de Manaos, con la posibilidad de realizar experiencias pastorales en parroquias de la capital, algunas de ellas profundamente marcadas por el elemento urbano, y otras profundamente marcadas por modelos más centralizadores.
En el Seminario hemos dado prioridad a las experiencias pastorales que exigen más movilidad a los seminaristas. Experiencias pastorales en las comunidades de la periferia, ribereñas. Otra herramienta muy útil en este sentido, que también proviene de los seminaristas, es el Consejo Misionero de Seminaristas, COMISE, que realiza semanas misioneras. Va moldeando el perfil del sacerdote que queremos para un sacerdote en salida.]
Está claro que este paso, que es una reflexión, es casi una palabra de moda, de la pastoral de visitas a la pastoral de presencia, es un paso muy largo. Porque siempre seguiremos con esta dinámica de visitas pastorales, de itinerancias, mientras no podamos mantener una presencia más fija de la Iglesia. Pero estas visitas no dependen sólo de un cambio de estrategia pastoral, sino de una conversión eclesial y, en consecuencia, de una revisión de la ministerialidad.
Mientras todo se concentra en el ministerio sacerdotal, será necesario que este ministerio, que es más escaso, se haga presente en las comunidades a través de la visita. Cuando realizamos una revolución ministerial en la Iglesia, es más fácil asegurar la presencia de otros ministerios en las comunidades eclesiales.
Un ministerio que es capaz de trabajar con el ministerio de las mujeres
¿Cuáles son las perspectivas de avanzar en la aplicación de las propuestas del Sínodo para la Amazonía en la formación de los futuros sacerdotes?
Particularmente en nuestro Seminario San José estamos pasando por un proceso muy interesante de reconstrucción del proyecto pedagógico. Ya habíamos iniciado una reflexión que después, no digo que haya quedado obsoleta, sino que se ha enriquecido y repensado completamente con las indicaciones del Sínodo para la Amazonía. Luego, el hecho de mantener siempre el seminario diocesano cerca del camino de la Iglesia en la región. El seminario está en sintonía con las asambleas regionales, con las perspectivas de las reuniones del episcopado, pero sobre todo con lo que ocurre en las asambleas diocesanas de las iglesias particulares.
Este elemento ayuda mucho a pensar en estas dinámicas que pueden combinarse con lo que el Papa llama un sueño eclesial, y el Documento Final, de hecho, llama la atención sobre una conversión. Y aquí vale la pena que destaquemos la necesidad de repensar el ministerio sacerdotal, y por tanto el ministerio del seminarista del Seminario San José, dentro de esta dinámica, como acabo de decir, de la ministerialidad. Y aquí llamo la atención sobre un ministerio que es capaz de trabajar con el ministerio de las mujeres. No se puede pensar en el seminario y en el ministerio sacerdotal sin pensar en el conjunto de la ministerialidad, y sin pensar en la participación de las mujeres también en este aspecto. En el Seminario San José estamos muy abiertos y muy confiados en esta experiencia, en este camino que estamos haciendo como Iglesia de la Amazonía.