El Papa Francisco es maestro de la escucha, alguien a quien le gusta conocer la realidad a partir de las voces de los territorios. A nadie se le escapa que, en estos 10 años de pontificado, la Amazonía se ha ido convirtiendo en una de sus pasiones. Por eso quiere seguir escuchando, esta vez a tres mujeres indígenas a quienes recibirá en audiencia privada el próximo 1 de junio.
Por Luis Miguel Modino
Una carta al “Querido Abuelo Francisco”
Se trata de Patricia Gualinga, la Hna. Laura Vicuña Manso Pereira y Yesica Patiachi, vicepresidentas de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA) y de la Red Eclesial Panamazónica (REPAM), que le escribieron una carta “desde el corazón de la Querida Amazonía” al “Querido abuelo Francisco”, mostrando una vez más que los pueblos de la Amazonía sienten su cariño y cuidado.
El escrito comienza recordando el tercer aniversario de la Exhortación Querida Amazonia, diciendo que “llegaste a nuestro corazón, utilizando el lenguaje de la ternura y de los sueños, que para nosotros son presagio de una nueva era para la Iglesia en el inmenso territorio amazónico con sus culturas ancestrales”. También recuerdan el hecho de que se sintieron invitadas a “ser Iglesia en salida, samaritana y servidora, para vivir verdaderamente la sinodalidad, recuperando los orígenes de las primeras comunidades y el soplo del Espíritu, que inspiró el Concilio Vaticano II”.
Gracias por hacernos soñar y creer
Según las líderes indígenas de Ecuador, Brasil y Perú, “Dios nunca olvida su creación y plantea nuevas posibilidades”, y por ello agradecen a Francisco “por hacernos soñar y creer que podemos ser una Iglesia pobre entre los pobres, sinodal y ministerial”. Desde ahí le quieren hacer llegar a través de su carta, “la Buena Noticia del camino que fue sembrado por miles de mujeres y hombres en la Amazonía y que aceptaste con prontitud y más que eso, nos desafiaste a ‘desbordar’. Lo hemos entendido como ver más allá de lo ya conocido, tener la creatividad para atrevernos a dar nuevos pasos para ‘moldear’ el rostro de la Iglesia en la Amazonía, a no tener miedo a equivocarnos y retomar el camino, en el proceso de ‘aprender – desaprender – reaprender ‘”.
Recordando que la CEAMA “nos permite vivir la sinodalidad, en una dinámica de animación colegiada, con la presencia de varios ministerios, hombres y mujeres, que nos ponemos al servicio del pueblo de Dios, en la misión de anunciar la Buena Noticia del Evangelio y denunciar las estructuras de muerte, que no nos permiten vivir en plenitud”, la carta muestra los avances dados “en la experiencia sinodal en la Iglesia”. Sin embargo, advierten que el momento actual, pide constancia y audacia en el Espíritu y discernimiento “para no perder la comunión y la unidad con la Iglesia universal, para vivir la eclesialidad, lo sinodal y la ministerialidad en las comunidades de la Amazonía, visibilizando así el protagonismo de la mujer en la Iglesia, que dio y sigue dando vida a este suelo amazónico”, citando el Documento Final del Sínodo donde aborda el papel de las mujeres.
CEAMA: Mujeres y laicos en espacios de decisión
Las tres mujeres indígenas reconocen en la CEAMA el paso significativo, “al incluir a mujeres y laicos en espacios de real y efectiva incidencia en la organización, en las decisiones más importantes que podemos tomar para dinamizar la vida de la Iglesia en la Amazonía”. Esto es visto como “caminos nuevos para la Iglesia y para una ecología integral en las comunidades eclesiales”. El texto recuerda la presencia femenina “en innumerables comunidades, estimulando y motivando para que las personas no pierdan la fe y el sentido de la vida”. Al mismo tiempo, se hacen eco de “tensiones, que podrían ser superadas, si se reconocieran los nuevos ministerios para la mujer dada la urgencia de la realidad socio-pastoral de la Iglesia en la Amazonía”.
En el escrito le relatan “innumerables experiencias en curso en la Amazonía, de comunidades y parroquias siendo dinamizadas por mujeres laicas y consagradas y que lo hacen a su manera, en comunión y unidad con la Iglesia, pero verdaderamente lamentamos cuando estas experiencias se interrumpen porque no hay un verdadero reconocimiento institucional de la Iglesia”.
Un encuentro presencial de diálogo
Ante ello le piden al querido Abuelo Francisco, “propiciar un encuentro presencial de diálogo contigo, con el fin de buscar juntos caminos de comunión y de unidad, para reflexionar sobre los nuevos ministerios de la mujer en la Iglesia”, algo que se llevará acabo el 1 de junio como recoge la carta enviada por la Prefectura de la Casa Pontificia. Un encuentro “en discernimiento con y en la misma Iglesia”. Desde ahí, las mujeres indígenas ven necesario “adentrarnos en aguas más profundas y reconocer el servicio que la mujer presta a la Iglesia, entendiendo este servicio como una salida a las periferias, donde se necesita el pan de la Palabra de Dios”.
Finalmente, ante estos nuevos caminos para la Iglesia que se están transitando en la Amazonía con la CEAMA, consideran “que el ‘desbordamiento’ solo puede darse cuando lo acogemos en comunión y unidad”, por lo que solicitan una audiencia “para reflexionar y seguir discerniendo de forma dinámica en la escucha atenta del Espíritu sobre este tema, que sabemos está en tu corazón de Pastor, preocupado por encontrar nuevos caminos de fidelidad a Jesucristo y a la tradición de la Iglesia, como respuesta creativa al Espíritu de Dios, que hace nuevas todas las cosas”, algo que ha tenido respuesta 5 días después. Son las ganas de Francisco de escuchar a las periferias.