La marcha, impulsada por el Comité de Defensa del Agua de Iquitos por la protección de la biodiversidad, se realizará el próximo jueves 21 de marzo en la Plaza 28 de Julio, en la capital loretana.
n el marco del Día Mundial del Agua, el Comité de Defensa del Agua de Iquitos y el Vicariato Apostólico de Iquitos convocaron a la ciudadanía a participar de una movilización a favor del cuidado de este recurso para el próximo jueves 21 de marzo. La concentración, que espera reunir a ciudadanos, movimientos, instituciones y colectivos preocupados por la defensa de los ríos y la vida, se realizará en la la Plaza 28 de Julio, en la capital de Loreto, a las 3:30 de la tarde.
En la Amazonía peruana, el río Nanay una cuenca habitada por alrededor de 20.000 personas. Sus aguas abastecen de vida a más de medio millón de ciudadanos, incluyendo a los que viven en Iquitos. A pesar de que desde 2020 se han presentado denuncias por la contaminación de esta fuente de agua con toneladas de mercurio, se continúan realizando actividades de minería ilegal en esta cuenca sin una intervención efectiva por parte de las autoridades del Estado.
En entrevista para Radio La Voz de la Selva, Carla Ludeña, joven activista del Comité de Defensa del Agua de Iquitos sostuvo que los loretanos continúan consumiendo esta agua que a la larga afectará su salud. Señaló que pese a las innumerables manifestaciones de protesta, el gobierno no ha respondido ni atendido esta problemática. En ese sentido, hizo un llamado a los jóvenes y adolescentes a sumarse a este plantón y asumir su rol con el futuro del país.
El Vicariato Apostólico de Iquitos, por su parte, expresó, a través de un pronunciamiento, que el río Nanay es fundamental para sus habitantes, en especial los pueblos ikito y kukama, hoy afectados por las actividades extractivas y por el mercurio utilizado para la extracción de oro ilegal en los ríos. «El mercurio utilizado en esta actividad es muy peligroso para la vida: Desde los peces y plantas, hasta los animales y personas», mencionaron.
Fuente: Querida Amazonía